La nube negra perenne
En un clásico venido a menos, el Unicaja recibirá a Baskonia mañana envuelto en un aire de decadencia que no se aguanta
Un grupo de aficionados prepara una protesta
En tiempos que quedan cada vez más lejanos, el Unicaja y el Baskonia disputaban finales (dos de Liga y una Copa en la primera década de siglo) y los equipos futboleros palidecían al enfrentarse a ellos. Llegaron a jugar a la vez una Final Four en Atenas, con el equipo malagueño conquistando el tercer puesto. El progresivo descenso en el escalafón cajista ha sido acusado. La última semifinal de ACB la pisó en 2017. No anduvo lejos en 2020, en la burbuja de Valencia, pero dejó con vida al Baskonia, que pegó su último gran pelotazo con el título de ACB. Es un clásico algo venido a menos.
En Vitoria hay debate sobre cómo es la situación del club, unida a la de un Alavés del que depende en buena parte económicamente y que puede ir al hoyo de Segunda División. Fuera del play off de la Euroliga, pero remontando para estar en el de ACB. Lo que fue una pelea de iguales ahora no lo es por cómo se despeña el Unicaja, con una nube negra encima. Es precisamente un vitoriano de formación baskonista, Ibon Navarro, quien llegó para apagar un fuego que empezaba a ser peligroso. Ha bastado para asegurar la salvación, que no es poco por cómo estaba el panorama, pero no ha dado para más, ni en BCL ni en la ACB. El equipo ha llegado a su tope.
No se recuerda una temporada sin alicientes todavía en abril. Sin opciones de play off, con lesiones que mermaron el potencial, con una plantilla que no transmite casi nada y la sensación de, ojalá, un fin de ciclo que debe finalizar este verano. Hay hartazgo en la afición, hay una protesta convocada por un grupo de aficionados contra el palco, la sensación de inestabilidad que llega desde la Fundación, propietaria del club, no ayuda... En fin, un panorama oscuro, son los peores tiempos del baloncesto en Málaga conocidos. Porque los traspiés que había cuando se iba hacia arriba, algún descenso o revés, eran comprensibles. Se van bajando plantas a una velocidad insostenible.
Hay que pedirle a la plantilla, ahora disminuida por las bajas, algo de dignidad y respeto a la camiseta y el escudo en estos últimos partidos. Antes del verano más importante que se recuerda en la entidad.
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