Unicaja

La nueva vida de Paulao en Múnich

  • El canterano cajista se retiró con 28 años por problemas de rodilla y es entrenador en una Academia alemana con nuevos valores 

  • “Soy más malagueño que brasileño”, asegura

Paulao Prestes, con su equipo en la IBAM.

Paulao Prestes, con su equipo en la IBAM.

Paulo Sergio Prestes (Monte Aprazivel, 1988) formó parte de la ola brasileña que a mediados de la década pasada desembarcó en Los Guindos. Vitor Faverani, Augusto Lima y Rafa Luz fueron otros miembros de esa camada que fue asentándose en la Costa del Sol gracias a los contactos de Paco Aurioles en el país sudamericano. En condiciones normales, Paulao Prestes debería estar apurando sus últimos años de baloncesto en activo. Fue el segundo jugador del Unicaja, tras Fran Vázquez, en ser drafteado por la NBA. Los Timberwolves le seleccionaron en el puesto 45 en 2010. Pero las lesiones cerraron su carrera hace ya casi cuatro años. Jugó sus últimos días en el Paulistano brasileño.

Paco Aurioles y Vitor Faverani, con Paulao Prestes. Paco Aurioles y Vitor Faverani, con Paulao Prestes.

Paco Aurioles y Vitor Faverani, con Paulao Prestes.

Paulao, pívot corpulento de 2.10 metros, buenos movimientos y contundencia bajo el aro, llegó a Málaga acabada su etapa junior, en 2006. Integró ese Clínicas Rincón Axarquía que subió a LEB Oro y que llegó a jugar eliminatorias por el título. Había ambientazo de baloncesto en Torre de Benagalbón. Con Faverani dominaba en LEB y debutó en el primer equipo de la mano de Sergio Scariolo, con 19 años, tanto en ACB como en Euroliga. Entonces no tenía pasaporte español y era más complicada su utilización en el primer equipo, pero en épocas de lesiones el italiano tiró de él.

Paulao, en un partido de Euroliga en el Carpena. Paulao, en un partido de Euroliga en el Carpena.

Paulao, en un partido de Euroliga en el Carpena.

Después de cesiones en Murcia y Granada, de jugar en Lituania y de una opción postrera en Gran Canaria, Paulao acabó su carrera en Brasil. Las rodillas habían cercenado una carrera prometedora. Ahora lleva residiendo tres años en Múnich, donde es entrenador en la Internationale Basketbal Akademie Munchen (IBAM) donde prepara a jóvenes de 17 a 19 años para el salto al profesionalismo o a la NCAA.

“Yo vine a Alemania porque mi suegra vivía aquí, cuando tuve mis problemas serios de rodillas. Tuve cinco cirugías en las dos rodillas. Yo conocía al médico de Múnich y una cosa llevó a la otra, ya estuve instalado aquí hasta acabar el proceso de las cirugías. Conocí a un entrenador y el trabajo que hacía, un día fui y desde entonces llevo ahí tres años en la Academia”, relata Paulao al otro lado del teléfono, contento de tener noticias de Málaga: “Terminé las cirugías y técnicamente podría volver a jugar, pero acabé harto de las lesiones. Quiero mucho al baloncesto, pero no quería trabajar duro seis meses, volver a jugar y lesionarme, tenía miedo. Encontré algo que me gustaba de verdad, esta nueva fase de mi vida, de entrenador individual y asistente. Estoy viendo los resultados en la pista, quiero hacer esto”.

Paulao, en un partido con el Clínicas Rincón. Paulao, en un partido con el Clínicas Rincón.

Paulao, en un partido con el Clínicas Rincón.

Aún no se maneja del todo con el alemán, sí su mujer y sus hijos, porque en la Academia se funciona en inglés. El parón del coronavirus ha venido en un momento en el que planeaba regresar a Málaga este verano tras varios años. Sus hijos, de hecho, son malagueños. Nicolas, de nueve años, ya mide nada menos que 1.62 metros y bota el balón. Arthur, el pequeño, tiene siete. “Se intentó entrenar, pero cerraron los gimnasios y fue todo más restrictivo. El 11 de mayo parece que se podrá empezar en grupos pequeños de jugadores. Aquí sí se puede salir a la calle quien vive en la misma casa y ya empezaron a volver a clase los chavales que están preparándose para ir a la universidad. Yo tenía un plan este verano para empezar a fondo con el desarrollo de jugadores, pero con esto ahora ya no sabemos realmente cómo podemos empezar. Mis hijos querían conocer Málaga, el sitio donde nacieron. Siempre preguntan por Benalmádena y Málaga. Pero el Gobierno alemán ya ha dicho que este año no se podrá ir a hacer turismo a España, que habrá que cambiar los planes. El otro día a amigos de jugadores de mi equipo le pusieron 150 euros de multa a cada uno por ir cuatro en un coche”.

Hasta este cortocircuito, Paulao, que ve con preocupación la situación en su país con las actitudes de Bolsonaro, trabajaba la IBAM como entrenador de pívots en tecnificación y como asistente y entrenador en otro equipo. “Van saliendo jugadores interesantes, que pasan a Primera División, hay dos que lo están haciendo bien en la NCAA. Es una de las mejores academias del país”, relata sobre su vida actual, aunque tiene nostalgia de sus años en el Clínicas Rincón y el Unicaja: “A todo el que me pregunta le digo que Málaga fue la mejor etapa de mi vida. Tengo un recuerdo enorme, sobre todo de Paco Aurioles, una persona increíble y mejor entrenador. Él me enseñó todo. He sido muy pasional siempre y la forma de hablar, de actuar, de Paco, aparte del baloncesto, me enseñó a ser más tranquilo, a leer el juego. Disfruté con él, en los partidos y entrenamientos. Es un entrenador increíble. Si he jugado en la ACB y he podido disfrutar del baloncesto a alto nivel ha sido por él. Echo mucho de menos de la ciudad. Me siento más malagueño que brasileño, me gustó la ciudad, las personas, hice muy buenos amigos. En el futuro pienso vivir”.

El Clínicas Rincón, en Los Guindos. El Clínicas Rincón, en Los Guindos.

El Clínicas Rincón, en Los Guindos.

La proyección de Paulao, que fue máximo anotador (23 puntos) y reboteador (14.3) del Mundial sub 19 de Novi Sad (Serbia), en el que ganó el equipo local con Markovic, Macvan y Raduljica a la selección USA con Stephen Curry y el ahora cajista Deon Thompson, le llevó al draft de la NBA. “Fue un buen recuerdo en una época un poco complicado, tenía todo programado para viajar a realizar a EEUU pero tuva la lesión. Ya sabes cómo es este deporte, te da mucho pero no te lo quita. Me acuerdo ese día del draft. Me fui a dormir. Me llama mi representante brasileño y me decía que había salido 15 de la segunda ronda. Ahí no tenía problemas, estaba muy bien físicamente, estaba en forma. En Murcia también estaba bien, pero tras la lesión de tobillo, ése es el que fue el factor fundamental, cambié la forma de caminar y metí más presión en la rodilla”, rememora Paulao, que estuvo a las órdenes en Málaga de Sergio Scariolo y Aíto García Reneses: “Scariolo tenía mucha confianza en mí, el problema era el pasaporte español y era más difícil. Sergio es increíble. Siempre, siempre me ayudó mucho. Siempre tenía mucha paciencia. Me ponía a jugar cuando tenía alguna lesión. Siempre decía que tenía que trabajar. Es un gran entrenador. Aíto tenía su forma de jugar y sus preferencias. A Aíto no le gustaba mucho mi forma de jugar, pero hizo algo bueno, me dejó ir a otro equipo para que fuera progresando”.

En esa época en Málaga Paulao coincidía en los entrenamientos del primer equipo con pívots de máxima calidad. “Había jugadores muy buenos, el Unicaja siempre apostó mucho por los jóvenes pero ahí había mucho nivel. Estaba Haislip, tuve la oportunidad de entrenar mucho con Santiago y Ndong. Cada día entrenando con ellos aprendí muchísimo de los dos. La ética de trabajo de Ndong, la forma de defender, la forma de jugar Santiago en ataque... Aprendí muchísimo de ellos y hoy lo utilizo con los chicos”,

Paulao, a la derecha arriba, con su equipo. Paulao, a la derecha arriba, con su equipo.

Paulao, a la derecha arriba, con su equipo.

En Alemania se trabaja cada vez mejor el baloncesto en la base, pero Paulao aún ve lejos el nivel de España. “Son niveles muy distintos. En España tiene mucha tradición. Alemania está creciendo, hay muchos entrenadores internacionales, pero todavía le falta trabajo en la cantera. Es algo que lleva tiempo, España lleva haciendo eso toda la vida y ellos empezaron hace menos. La experiencia de los chavales, cómo juegan, la picardía... Se nota”, reflexiona el brasileño, que hace una defensa del papel del pívot en el baloncesto: “Para mí siempre el pívot va a ser importante. Todos los equipos grandes, los mejores, tienen líderes, pívot y base, da igual que juegue abierto, para tener equilibrio dentro y fuera. Ha cambiado, los pivots son más atléticos, tienen que taponar, correr, rebotear, jugar de cara. Un pívot hace el mismo entrenamiento del base. Los alemanes genéticamente son atléticos, son altos. Trabajo mucho con ellos, que sean capaces de botar el balón, jugar de cara, el tiro”.

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