Después del fichaje fallido de Devin Williams y la reacción rápida con Kravic, el Unicaja sigue activo en el mercado. Se busca un exterior que pueda subir el nivel del equipo. El diagnóstico de que la condición física y atlética era inferior a los rivales sigue vigente, como se pudo escuchar a Katsikaris en la última rueda de prensa. Sucede que ya lo decía al principio, en su llegada, y el problema persiste ahí, no se remendó en un verano para olvidar en el que la propiedad no tuvo mucho tino en los tiempos del relevo en la presidencia y la dirección deportiva. Ideas diferentes, responsabilidades que se diluyen y un resultado que se está evidenciando paupérrimo.

El Unicaja busca un refuerzo, tiene una plaza libre de extracomunitario y la G-League es el principal caladero. Hubo jugadores en ligas europeas por los que se preguntó, pero su salida es alta. También en el laboratorio particular de la NBA hay que pagar 50.000 euros habitualmente por sacar jugadores. Ha remitido en las últimas semanas el uso que se hace desde las franquicias de la NBA de jugadores del nivel más bajo. Puede cuadrar un base, pero también un exterior, como ya se planteó en su momento, que pueda defender varias posiciones exteriores. Se puede inscribir un jugador más en la Basketball Champions League durante el Round of 16 aparte de Kravic.