Paolo Galbiati, la esperanza del carácter Baskonia
El joven técnico italiano (41 años) se colocó en el foco en Trento y en Vitoria se piensa que puede ser el inicio de algo sólido
Las torres que fueron gemelas
El carácter Baskonia era envidiado a nivel nacional e internacional. Títulos, presencias en Final Four, una filosofía clara que todo el mundo entendía. En algún momento se rompió la cadena y no ha vuelto a girar igual. El bucle Ivanovic-Perasovic-Spahija más algunos bises como los de Scariolo o Pedro Martínez parecía no tener fin. El regreso del hijo pródigo, Pablo Laso, no salió como todos soñaban. Hubo cambios en los despachos, con la llegada de Xevi Pujol a la secretaría técnica tras varios milagros en Manresa, pero también se extendió con un cariz distinto al banquillo. La apuesta tenía sus riesgos y ha parecido caminar sobre el alambre, pero Paolo Galbiati (Vimercate, entre Milán y Bérgamo, 1984) intenta recuperar ese carácter algo extraviado.
Desde antes de cumplir los 30 años está Galbiati en los banquillos, trabajando en la cantera del Olimpia Milano. Estuvo al lado de Luca Banchi, Carlo Recalcati o el mítico Larry Brown, con el que estuvo en Málaga cuando dirigía al Auxilium Torino y se enfrentó al Unicaja en la Eurocup. Tuvo algún periodo como primer técnico interino en esa etapa turinesa antes de saltar al Biella de la A2. Dos temporadas en el Vanoli en la Lega, con un descenso, un año en Varese como asistente, dirección de Italia sub 18 y parte del staff de la absoluta y dos temporadas en Trento que cambiaron la percepción sobre él, colocándolo en el foco. Por ejemplo, lanzó la carrera de Saliou Niang (ahora en Virtus) y Quinn Ellis (ahora en Milán), jóvenes que se vieron impulsados bajo su tutela, como los americanos Kamar Baldwin (primero Baskonia, ahora Bayern), Myles Cale (Barcelona) o Anthony Lamb (Hapoel Jerusalem). Todo eclosionó con el título de Coppa conseguido en febrero pasado ante el Olimpia Milano, con una final colosal (79-63), justo el mismo día en que el Unicaja se coronaba en Gran Canaria ante el Real Madrid. Quedó cuarto en la temporada regular, pero fue eliminado por los milaneses en cuartos. En cualquier caso, había quedado el sello y el Baskonia quiso reconducir su filosofía con una apuesta diferente, intentando trasladar el baloncesto fresco y moderno que había exhibido en Italia.
Galbiati ya se suelta en español, dirige sus primeros partidos en Euroliga y en Vitoria hay la sensación de que puede ser el comienzo de algo. La tendencia ha cambiado en el último mes. La victoria a domicilio se resiste en Euroliga y eso le está lastrando. Las tres prórrogas del Palau el viernes dejaron tocado al equipo. "No quiero hablar de experiencia y no experiencia, porque estoy hablando de hombres y no de niños. Antes de otros puntos, hemos hechos falta en una canasta de tres puntos, la antideportiva… Necesitamos crecer. Tengo mucha frustración y es difícil hablar. No he ido al vestuario tras el partido. Tengo mis emociones dentro. Después en el hotel hablaremos con los jugadores, tenemos un partido importante en Málaga", decía, aún caliente, en la sala de prensa del Palau Blaugrana.
El partido de este domingo es capital para el Baskonia, que tiene un balance de 4-5 (un partido aplazado ante el Gran Canaria), fuera ahora mismo de puesto de Copa del Rey, competición en la que los vascos dominaron pero a la que ahora le cuesta estar presente en los últimos años, con la dura compatibilidad de Euroliga y ACB. En Europa, 6-11 es el balance para el 15º lugar. Los resultados no son precisamente brillantes, pero se percibe algo distinto. ¿Es el inicio de algo diferente? En Vitoria, plaza exigente, quieren pensar que sí.
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