Unicaja

Un recuerdo alentador

  • Milosavljevic vuelve a Belgrado para enfrentarse al Estrella Roja, eterno rival y con el que obró su mejor partido como cajista

  • Aún completa etapas en su adaptación

Dragan Milosavljevic en el partido ante el Obradoiro del Carpena.

Dragan Milosavljevic en el partido ante el Obradoiro del Carpena. / mariano pozo

Hace un año se gestionaba por entonces un fichaje considerado estratégico en el seno de Los Guindos. El Unicaja ataba de forma oficiosa a Dragan Milosavljevic, al que luego en verano quisieron algunos grandes de Europa, un interés frenado por el acuerdo tácito con el club cajista. Tras varios meses de competición, el de Krusevac aún sortea etapas en su adaptación a un nuevo entorno, donde aún se espera ver la versión que encandiló a los rectores verdes. En ese ascenso vuelve a su añorado Belgrado para rendir visita a su eterno rival, el Estrella Roja, un equipo con el que dibujó su actuación más completa como cajista.

Hasta ahora, la temporada del alero puede tacharse de discontinua, aunque son varios factores que pueden explicar su acople tardío. Uno de ellos es la fecha de su llegada, en septiembre con la pretemporada -semanas clave para los nuevos- ya finalizada y la competición a la vuelta de la esquina. De hecho, no jugó la Supercopa en Las Palmas porque aterrizó un día antes. El desgaste del Eurobásket provocó que Plaza luego tuviera que dosificarlo, por lo que estuvo fuera algunos partidos más. Otro de ellos, que no es baladí, se trata del cambio sustancial de rol con respecto a Partizán y Alba de Berlín. De capitán general a complemento, lo que requiere adaptación a un hábitat bastante diferente. Todos los elementos tangibles del juego sufren un descenso que el jugador debe aceptar y ese proceso difiere en cada uno. Uno de ellos es el minutaje, más disminuido en la posición más saturada de la plantilla, donde lucha con Waczynski y Dani Díez.

Pese a mostrar ciertos picos en su rendimiento, Plaza siempre que la ocasión lo ha requerido ha sacado la cara por Milosavljevic. "Tiene un margen de mejora brutal. Prioriza que los que tienen más rango asuman más protagonismo, es muy prudente. Estamos en ese proceso y creo que en años venideros será un jugador fundamental", comentaba el técnico hace unas semanas, demostrando con palabras la fe que le tiene.

Algunos de esos picos sí dejaron trazas del jugador que es el serbio. Un tipo versátil, resolutivo en ataque y un muro en defensa. Pese a ello, aún está lejos de su techo real. "Tiene carisma, es muy profesional, es muy competitivo. No es un supertirador. Él tira, asume, él se crea sus tiros. Es capaz de poner el balón en el suelo. Él crea, asiste, penetra y consigue ir para adentro, pero es capaz de leer y darla si recibe una ayuda", eran las palabras de Himar Ojeda, director deportivo del Alba, para desgranar su figura a este periódico en julio. Virtudes que ha mostrado con intermitencia desde que está en el Unicaja.

La frialdad de la estadística refleja cómo le está yendo. 5.7 puntos, 2.3 rebotes, 1 asistencia y 4.4 de valoración son sus promedios en 18 minutos en pista en los 33 partidos que ha disputado. Se perdió una docena, con el cansancio y una distensión en el psoas como argumento. Mejoran sensiblemente sus números en Euroliga, donde ha dejado actuaciones de más incidencia. Escama en un jugador tan completo en ambos lados de la pista una media muy deslucida. El balcánico acumula un más/menos (-1.82) negativo entre ambas competiciones. También posee algún mal porcentaje en el tiro, que extraña igualmente al ser el mejor triplista en la pasada Eurocup. Una lesión en el codo le ha hecho perder cadencia en el gesto del tiro, pero el alero trabaja de forma concienzuda el tiro después de los entrenamientos para recuperar su mecánica tradicional.

No obstante, pese a quedarse sin salir a la pista en la Copa del Rey ante el Real Madrid por decisión técnica, la sensación es que su adaptación ha virado en un avance significativo en los últimos meses. Ayuda la mejoría grupal, pero también su aclimatación a la Costa del Sol, donde Nedovic, con el comparte una buena amistad, ha sido clave. También Musli hasta que se marchó a Bamberg. De hecho, Gagi, como se le conoce en el vestuario, fue padre por primera vez de un niño en este mes.

Ahora el calendario indica al Estrella Roja, con el que obró su mejor actuación con el Unicaja. 12 puntos, 4 rebotes y 3 asistencias para 19 de valoración. Antes de visitar a los serbios, sus últimos encuentros dejaron minutos de trascendencia del tres. Frente al Anadolu Efes brilló, ante el Baskonia no desentonó y frente al Maccabi emergió con varios triples cuando los de Spahija venían al alza. Toca seguir la secuencia ante los rojiblancos, un recuerdo alentador para Milosavljevic, del que se espera el empujón definitivo en el momento cumbre del curso.

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