Resultado y crónica del Nizhny Novgorod-Unicaja

Un bautizo dorado (62-79)

  • El Unicaja se estrena con una buena victoria en la BCL en la pista del Nizhny Novgorod y amasa un buen average

  • La vuelta de Suárez alegra y preocupa al recaída de Brizuela

Jaime Fernández penetra a canasta.

Jaime Fernández penetra a canasta. / bcl

Un bautizo con honores en la Basketball Champions League para el Unicaja, que sacó músculo en su puesta en escena. Ganó, como siempre lo ha hecho, en su estreno en un nuevo torneo europeo. El resultado es mejor que las sensaciones. Un +17 muy importante en la pista del Nizhny Novgorod, que allana el camino. No hay que perder de vista que sólo el campeón de grupo, que ahora lideran los cajistas, acceden de manera directa a la siguiente fase. Un gran Jaime Fernández, en un momento sensacional, fue el mejor salvoconducto hacia el triunfo. Rompió y luego cerró. La vuelta de Carlos Suárez es otra muy buena noticia, aunque quedó el asterisco de la recaída de Darío Brizuela. No parece grave, pero queda esperar. El próximo contacto con la BCL será el 20 en el estreno en el Carpena contra el Lavrio griego. 

Arrancaba a buen nivel el Unicaja, siempre por delante después del 2-0. Bouteille metía la primera canasta cajista en la competición y desde ahí se despegaba. Un parcial de 0-8 abría hueco y establecía esa distancia de seguridad. Había motivos para crear ese colchón, pero se agarraban los locales con Astakpovich (ocho puntos en el primer cuarto). Saltaba a pista Carlos Suárez, que no jugaba un partido desde febrero. Es una enorme noticia ver al capitán en el parqué, aunque ahora tendrá que coger ritmo competitivo. Pero Strebkov comprimía (22-23). 

Aparecía Jaime Fernández, en un tramo de confianza alto. Repartía y anotaba el madrileño, que se iba en un suspiro a nueve puntos. Una canasta de Rubén Guerrero y otra de Cole, preciosa sobre la bocina, disparaban la diferencia (25-38). Zoran Lukic ya había parado el duelo. Era un gran momento de los malagueños, que habían cerrado su aro. Los rusos iban a punto por minuto y adelante el balón corría de una mano a otra. Se superaban las 10 asistencias y quedaba medio cuarto para el descanso. Ya se habían dado más que en Murcia, por ejemplo. 

Pero de manera incomprensible todo se iba por el sumidero y los de Fotis Katsikaris se diluían. En apenas 150 segundos del 25-38 se pasaba al 37-38. Un parcial de 12-0 del Nizhny, que recuperaba el pulso con Jones, Strebkov y Gankevich. El duelo volvía a estar en un puño. Una bala al aire del Unicaja, que no le sobraban en la recámara. Es un reto saber contemporizar con las ventajas y, sobre todo, no perderlas en un pestañeo. Freimanis tenía un triple para empatar al descanso, pero erraba (37-40). 

El péndulo se ponía sobre la pintura. Se buscaba a Micheal Eric cerca del aro y el nigeriano producía en una tarde gris hasta el momento. Evidenciaba gestos de cansancio y la sensación es que aún le queda para encontrar su mejor forma física. Pero sus puntos eran oxígeno para los cajistas, que estiraban (40-48). Con la vía del triple cerrada (0/6 en el cuarto) y los exteriores negados costaba mucho ver aro. El corajudo Gankevich seguía percutiendo y emergía Freimanis, formado en Sevilla, que dejaba algún destello. 49-52 con 10 minutos por jugar. 

Brizuela se marchaba casi sin poder apoyar el tobillo que le ha dado problemas en estas últimas semanas. El contexto no era el mejor. Pero aparecían Alberto Díaz y Jaime Fernández con dos triples que eran oro molido. Abromaitis, enérgico, también anotaba y le regalaba dos puntos a Rubén Guerrero. El marbellí, que mataba en transición, ponía un colchón interesante (55-66). Otra prueba de madurez con media victoria en el bolsillo. Y hubo seriedad para cerrar con contundencia. Un triple de Jaime sobre la bocina ponía la máxima para acabar. Victoria, buen average y liderato de grupo para comenzar la BCL. Un bautizo con sonrisas, sólo con el asterisco de Brizuela. Espera el Río Breogán el sábado en el Carpena. 

Estadísticas

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios