La segunda edad de oro del Unicaja: "Tenemos un tesoro"

“Le diría a nuestra gente que tenemos que disfrutar”, decía Juanma Rodríguez sobre un grupo que cautiva y que recuerda la mejor época

"¡A por la Liga!", mensaje de la afición

La plantilla, llegando al Ayuntamiento.
La plantilla, llegando al centro. / Javier Albiñana

El Unicaja vive la segunda edad de oro de su historia. Con Imbroda fue el boom, con Maljkovic la consolidación, con Scariolo la sublimación. En esa década del subcampeonato del 95 a la Final Four del 07 el globo no dejó de hincharse, creciendo constantemente en todos los aspectos. Calidad de jugadores, presupuesto, inversión y también socialmente. Entonces empezó la recesión, que ha durado bastantes temporadas con el paréntesis más productivo de Joan Plaza, que volvió a jugar semifinales, a oler finales y a ganar un título, la Eurocup.

Lo visto en Gran Canaria ratifica que el club malagueño vive su segunda edad dorada, con cinco títulos en dos años para recordar que Málaga es una de las plazas con más solera del baloncesto español. La sensación de poderío y superioridad en territorio insular es muy complicada recordarla en una final siendo el rival un Real Madrid. Y da pie para soñar con que es un año propicio para competir por la Liga ACB, el mensaje que tímidamente cantaba la afición en la celebración y que Ibon Navarro parecía alentar pidiendo que gritaran más alto. Dentro del vestuario existe la convicción de que es posible.

Dentro de esta segunda edad de oro referida está el asterisco de no competir en Euroliga. Sucede que entonces la carga era de 20 partidos antes meterse en unos play off. Ahora son 34 encuentros de temporada regular. El contexto exige más desgaste físico. Y el Unicaja tiene una plantilla extensa que Ibon Navarro está gestionando de cine. Es tema de debate, cada vez más recurrente, si aquel equipo de Scariolo o este es mejor. Lo mejor es saber dimensionar y valorar lo que se hizo entonces y disfrutar de lo actual. También cuando hay malos momentos, cuando se pierde un partido de temporada regular fuera de casa y la imagen del equipo es peor, entender que no siempre se está al 100% y que la dirección de grupo, también entendida desde el punto de vista físico, tiene el suficiente crédito para que no vuelen los cuchillos. Sin obviar la crítica lógica, pero entendiendo que esto no es normal, ganar cinco títulos en dos años.

“Como ya dirá Kendrick, esto no ha terminado. Algunos nos decían que por qué renovábamos a estos jugadores hasta el 27. Pues bueno, yo creo que está demostrado. Tenemos un tesoro que tenemos, yo le diría a nuestra gente, que disfrutar. Y este tesoro tenemos que cuidarlo mucho porque nos van a dar más alegrías. Estamos muy contentos”, decía el director deportivo Juanma Rodríguez, en 101TV, después de conquistar el octavo título de su carrera en el Unicaja. Estuvo en los tres primeros y los cinco últimos, sólo faltó en la Eurocup de Valencia:“Creo que tenemos un equipo impresionante, tanto de jugadores como de personas. Se demostró en la final que, a pesar de los problemas que hemos tenido en el partido, aparecieron otros jugadores. Dominamos al Madrid durante todo el partido, eso son palabras mayores. Y muy contentos por toda la gente de Málaga, por nuestros aficionados y por toda la gente que está disfrutando con este equipo. La clave estuvo en la mentalidad que tiene el equipo. Era la sexta final de este grupo, el saber jugar la final”.

Gestionar ese subidón, ese posible despegar los pies del suelo, podría ser un enemigo para seguir desarrollando el progreso, pero dentro del grupo hay pesos para seguir en la senda. Los líderes están pasada la treintena. El jugador más joven es Balcerowski (23 años), seguido de Tillie (26). Es decir, el grupo tiene mucha experiencia y dilatada trayectoria y, también, muchas vivencias comunes que refuerzan los lazos. Ver cómo Lima o Thomas son llamados desde el vestuario cuando el equipo gana un título es un síntoma de que hay unos lazos que rebasan el profesionalismo.

Pelear por la ACB es sugerente, no se gana desde 2006, de hecho no se ha jugado desde entonces. Sólo en 2009, 2015 y 2024 se estuvo a una victoria de jugarla, en un último partido de semifinales. Sólo en el último hubo factor cancha, cuando fue el UCAM quien se llevó el gato al agua. Y aquel palo dejó una cicatriz en un grupo que ha ido aprendiendo de manera vertiginosa de cada tropiezo, tomándose como un reto el siguiente. Perdió una final de Supercopa en 2023 y la ganó en 2025. Cayó en la Final Four de 2023 y conquistó la de 2024. Tras decir adiós en la primera ronda de Copa en 2024, se ganó la de 2025. Es un recordatorio de que este equipo está preparado para luchar. Y estas oportunidades, con el Barça con dudas, con un Baskonia que retrocedió y un Madrid al que se le ganaron las dos últimas finales, además de un estado de confianza y madurez propios tremendo, se dan muy pocas veces en la vida. Ellos piensan que es la última frontera. Y quieren cruzarla.

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