Sergio de Larrea y recuerdos de Pau Gasol en Málaga un cuarto de siglo después
El MVP del joven pucelano de la Supercopa, con sólo 19 años, refrenda su progresión, que se ha acelerado en los últimos meses tras el Eurobásket
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Comparar a cualquiera con el mejor baloncestista y uno de los tres mejores deportistas de la historia de España es injusto, no se trata de eso. Pero quien estuvo en febrero de 2001 en el Carpena viendo la detonación definitiva de Pau Gasol en una final de Copa del Rey ante el Real Madrid y repitió en septiembre de 2025 en la de la Supercopa con el partido de Sergio de Larrea para que el Valencia Básket al equipo blanco tuvo una especie de dejà vu, de contemplar algo especial. Hay un nexo común en el rival, además de lugar: entrenaba al Madrid en ambos casos Sergio Scariolo. "Me alegro de que haya sido él, ha sido un verano realmente muy lleno de significado para mí entrenándole y para él creciendo. Os acordaréis los primeros partidos amistosos con la selección y ver los últimos en el Eurobásket y este...", decía el hasta hace poco seleccionador nacional, que, con las ausencias, decidió poner el equipo en Chipre en manos del pucelano y del malagueño Mario Saint-Supéry.
“Muy agradecido por todo a Sergio. Me conoce desde hace varios años, siempre ha estado en su mira. Es una persona que me dio la oportunidad hace un par de años con el programa Golden Boys y me ha dado la confianza para poder continuar con ese camino. Se lo agradezco un montón. Hablaba con él después del partido y solo le salían palabras de felicitaciones”, aseguraba De Larrea en la sala de prensa sobre el papel que ha tenido el italiano en su crecimiento.
Es un jugador de un molde diferente, que seguramente no ha tenido nunca el baloncesto español. En los 80 apareció el físico de un base alto como José Antonio Montero que rompió algún esquema. Pero desde seguramente Ricky Rubio no salía en España un jugador exterior del calado de De Larrea, con ese manejo y por encima de los dos metros, en el sentido de ser técnicamente superlativo y estéticamente vistoso y tener esas dosis de magia. Recuerda en cierta forma a jugadores que dominaron en Europa como Rigaudeau o Papaloukas. Es intrigante conocer su techo. Pedro Martínez intenta bajar el suflé públicamente. Antes de la Supercopa decía que "aún no era bueno". Trabajando con jóvenes durante 40 años, ha tenido muchos distintos y cómo las expectativas se llevaron por delante a muchos talentos, hay que entender esas palabras de la manera adecuada. Con hechos corrobora que le da minutos en momentos decisivos.
En todo proceso hay altos y bajos. Precisamente en el mismo lugar en el que se coronaba MVP de la Supercopa, tres años atrás, De Larrea jugaba el Mundial sub 17 en el que España era subcampeona del mundo después de tutear a la Estados Unidos de Cooper Flagg en la final. Entonces no tuvo un torneo fácil. Era base titular pero se acabó diluyendo con el paso del mismo y acabó algo relegado en la rotación, con Conrad Martínez adelantándole en minutaje, algo superado en los partidos de eliminatorias. Quedaba un tanto la duda de si era capaz de gestionar esa presión en los máximos niveles. Se ha constatado un progreso con ese Eurobásket en el que completó partidos muy serios y acabó jugando los minutos de la verdad del partido decisivo compartiendo pista con Mario Saint-Supéry. El malagueño tiene un perfil diferente aunque con ese colmillo competitivo de estar cuando más se eleva el nivel. Son complementarios y en el futuro, si no sucede nada extraño, serán esenciales, aunque el caudal en ese lustro de nacidos entre 2004 y 2009 es enorme.
Sus pasos han sido seguros. Debutó en ACB y Euroliga con 17 años, tuvo mucho recorrido en el equipo vinculado de LEB Plata, con actuaciones muy serias para su edad en una categoría perra. El club taronja hizo una apuesta, en el sentido de darle un hueco ya la pasada temporada en un equipo que sería subcampeón de Liga y también económicamente con un contrato importante, tras ser reclutado en edad cadete desde Valladolid. Con sus cláusulas de salida rumbo a Estados Unidos, lógicamente. Es inevitable su salto si continúa a este nivel, probablemente en puesto de lotería. Ahora también tiene faena Martínez con un tremendo perímetro con Montero, Moore, Taylor, Badio y Thompson, todos generadores de juego, en esa larguísima temporada. Pero De Larrea ha reclamado sobre la pista galones.
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