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Un tobogán de sensaciones

  • El partido ante el Obradoiro es fiel reflejo del Unicaja de las últimas semanas, capaz de bailar en las antípodas

  • Resulta clave encontrar un punto de solidez en la antesala del 'play off'

Dragan Milosavljevic lanza a canasta en el partido en el Fontes do Sar.

Dragan Milosavljevic lanza a canasta en el partido en el Fontes do Sar. / acb photo

Cuenta el Unicaja con una circunstancia especial, en la que no se vio desde que en octubre la temporada echase a andar. Tienen los de Plaza el horizonte despejado, con un único punto de mira. Ahí aparece la Liga Endesa, donde toca darle brillo, o al menos no ensuciar, un curso importante a nivel de club. Un par de meses, más las semanas que permanezca vivo en caso de acceder al play off, básicos, donde el billete de regreso a la Euroliga es uno de los premios.

Se encuentra el equipo en una especie de puesta a punto hasta junio. Después de algunos vaivenes que tuvieron al Unicaja en uno de las bisagras de la tabla, los cajistas se montaron en el columpio. Un tobogán sensorial que evidencia que la plantilla aún no alcanzó ese punto de solidez necesario para afrontar un tramo vital de campaña.

El Barcelona y el Valencia asoman, dos encuentros que pueden definir bastante el final

Fiel reflejo de ello es el partido ante el Obradoiro, donde el Unicaja exhibió dos caras opuestas, que dejan un cuadro global difícil de detectar. Introduciendo en la ecuación los más de 50 choques disputados hasta este tiempo quizá la segunda parte se parezca más a lo que el equipo puede ser ahora. No obstante, no debe tapar el triunfo, básico y reconfortante, unos primeros 20 minutos indignos. Inconcebibles en una entidad de este calibre y que en otros escenarios pueden coartar.

Sea como fuere, la escena total en el Fontes do Sar solo es una consecuencia de lo expuesto en las últimas semanas. Donde el cuadro de Plaza dejó triunfos de bella factura ante la crema continental y resbalones frente a rivales abordables de la Liga Endesa. Unos dientes de sierra que le alejan del adjetivo fiable, lo que no es sinónimo de tranquilidad a estas alturas y con lo que se otea en el corto plazo. Seguramente la virtud del equipo esté en el punto medio de ambas versiones, altamente diferentes.

De igual forma, es de recibo reconocer el orgullo y carácter competitivo de una plantilla que posee pocos días negros en una temporada de máxima exigencia. Una seña de identidad que permitió levantarse en Santiago y que debe mantenerse para los momentos crudos que quedan por afrontar. No suele abandonarse el Unicaja aunque su baloncesto sufra altos y bajos.

Llegan ahora dos de los compromisos más complejos de los siete restantes. El Barcelona visita el Carpena y los verdes viajan a La Fonteta, en un partido que podría verse en la primera ronda de las eliminatorias por el título. Sería el escenario más favorable en caso de no ser cabeza de serie, que se jugará en buena parte ese día.

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