Tyson Pérez, el factor hambriento del Unicaja
El ala-pívot hispanodominicano fue el hombre que focalizó la remontada histórica ante el Barcelona con minutos prodigioso
43.000 espectadores vieron el partido por Vamos

En el verano de 2023, el Unicaja, en un ejercicio de previsión, visualizó el fichaje de Tyson Pérez a medio plazo. Le hizo un contrato por cuatro temporadas y le dejó cedido una en Andorra, el club al que pertenecía. El descenso a la entonces LEB Oro del club pirenaico hizo que Pérez siguiera en la ACB, pero cedido, en la campaña 2022/23. De vuelta tras superar una dura lesión de rodilla, no congenió con Pedro Martínez en Manresa y salió rebotado hacia el Betis, que peleaba por la salvación. Con su compinche Jean Montero casi logra la salvación en la ciudad hispalense. No lo lograron aunque los dos impulsaron sus carreras con actuaciones numéricamente salvajes. Justamente, casi simultáneamente al milagro del Carpena del domingo, el equipo de la capital andaluza recuperaba la categoría dos años después en Madrid tras derrotar en la Final Four a Estudiantes y Fuenlabrada. Pérez felicitaba al club bético por las redes por el logro.
Juanma Rodríguez, director deportivo del Unicaja, está obsesionado en el buen sentido con los cupos. Los quiere a medio y largo plazo, con nivel competitivo pero dentro de unos parámetros. La operación Pérez se puede repetir con Pantzar, ahora en Bilbao, en las próximas semanas. El jugador hispanodominicano, que espera el plácet de la FIBApara representar a su país natal tras ser liberado por la FEB, a la que había defendido en las ventanas, en las últimas convocatorias previa petición a Sergio Scariolo, está viviendo una temporada en Málaga con una progresión inmensa. “El mejor reboteador ofensivo de la ACB”, le calificaba sin dudar precisamente el seleccionador nacional durante la retransmisión del partido del pasado domingo. Se sabía de su energía, de que era un potro salvaje para rebotear y jugar por encima del aro. Pero la progresión en defensa, lectura en las dos canastas, en confianza para animarse en un momento de máxima exigencia a atacar el aro con el bote o para lanzar un triple sin tener un porcentaje alto, dos de sus grandes campos de mejora, cuando el partido se escapaba ante el Barcelona ejemplifican que es un jugador con el arrojo y la fe para seguir creciendo.
Con los dos metros raspados, más cercano al cinco que al tres por cualidades, Ibon Navarro le había dirigido en Andorra y sabía de la materia prima que tenía entre manos, pero faltaba ver el encaje en el sofisticado ecosistema que ha creado el entrenador vitoriano en estas temporadas mágicas en Málaga. Tras el periodo de adaptación, Tyson está para grandes cotas. Su productividad por minuto en pista es altísima. Su talón de Aquiles, las lesiones, lo ha mejorado con la ayuda del staff cajista, que va cogiendo también una gran fama en el mundillo por la calidad de su trabajo y los resultados. Pese a que Tyson Pérez se casa este verano, no quiso ganar tiempo, como decía en la entrevista con Movistar, para preparar la boda. “Hay tiempo para todo”, decía el gallego de adopción. Con 29 años, aún con mucho por crecer.
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