Unicaja, ADN y latido salvaje
Muy reforzado el Unicaja de Gran Canaria, por una victoria que reafirma su espíritu y un carácter ganador que aparece en momentos más ásperos, mientras el equipo continúa con su proceso de construcción
Músculos en la isla
El Unicaja sale muy reforzado de Gran Canaria, casi como una confirmación silenciosa de que el espíritu competitivo de este equipo está más vivo que nunca. Aunque todavía hay una base incompleta, especialmente en la diferencia entre los jugadores del núcleo de estas temporadas y los que se han incorporado, el grupo volvió a demostrar que, incluso en medio de un proceso de ensamblaje y ajustes a todos los niveles, sabe sobreponerse a la adversidad. En la primera mitad el equipo estuvo falto de energía, sin chispa y muy espeso en todo lo que intentaba construir, atrapado por un Gran Canaria que se presentaba (cero novedad) como un verdadero quebradero de cabeza. Todo sonaba a dudas, a errores y a dificultades, pero lo que vino después fue un vuelco total, mental y físico, que convirtió una situación comprometida en un triunfo de mucho coraje. Es de esas victorias que no se juegan tan bien, y que demuestran que el ADN de este equipo sigue intacto. De esos días que serán valorados con perspectiva ante unas cuentas de Copa o play offs, porque la capacidad de competir y levantar encuentros sigue siendo sobresaliente. Se ha ganado todo desde la Supercopa, y hacerlo en medio de este proceso no solo da confianza, sino que refuerza que el trabajo mental y colectivo puede sostener resultados importantes mientras se sigue construyendo.
El Unicaja fue claramente superado, sin energía suficiente para contrarrestar la intensidad de Gran Canaria, que tomó la iniciativa y generó problemas constantes. Todo lo que se vio parecía reforzar los errores y limitaciones, y el equipo parecía atrapado en un juego lento y con poca chispa. Pero en la segunda mitad brotó ese carácter. Un tercer cuarto portentoso permitió dar la vuelta al marcador, mientras que un último tramo lleno de aplomo consolidó un triunfo que no peligró. Dentro de esa segunda mitad, varios jugadores empezaron a brillar. Killian Tillie anotó varios triples decisivos que hicieron despegar al equipo y mostró por qué es un jugador diferencial desde el perímetro, con uno de los mejores tactos del baloncesto europeo. “Le falta chispa”, decía Juanma Rodríguez hace unos días en Zona Verde acompañado de algún gesto elocuente. Como los de Balcerowski, que definitivamente se ha soltado la correa, de nuevo dominante el polaco, que muerde, la pide, ruge… Transmite ese lenguaje de jugador líder, preparado para ese salto. Es otra persona incluso. El polaco marcará en parte el techo de este equipo. El suelo, para Webb III y Sulejmanovic, prometedor el americano, que irrumpió en el último cuarto con varias canastas, como Tillie, y que le vendrán genial a su confianza.
Duarte sigue adaptándose a encadenar esfuerzos constantes en sus rotaciones, sobre todo en partidos con una dureza alta. No le gusta escucharlo al dominicano, pero es palpable ese margen de progresión en lo físico. Y Castañeda bajó el suflé tras su partido en BCL. Síntomas evidentes de octubre, pero el equipo va sumando elementos. “Hemos aprendido mucho de la primera parte”, comentaba Ibon Navarro tras el triunfo. No solo para la segunda, sino de cara al futuro próximo. Dentro de que se tiene clara la idea y playbook que es nuevo en un 50%, el equipo está en fase de exploración. El calendario exigente que se avecina, Grecia ante el AS Karditsas este martes en BCL (18:00 horas) y el binomio endiablado y a la vez excitante Barcelona-Tenerife en Liga Endesa, citas más fiables de cómo se está, aunque serán partidos donde se exigirán un paso más en lo baloncestístico y avanzar en esa versión todavía beta. No solo es corazón, energía y espíritu, también baloncesto. Pero el carácter está ahí, y esa reacción en la segunda parte reúne señales muy alentadoras para lo que viene.
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