Unicaja Alhaurín de la Torre-Valencia U22: Un horrible cuarto final arruina el buen trabajo previo (82-85)

El Unicaja había intervenido en Madrid en el primer partido de la historia de la Liga U22 y el Pabellón Blas Infante de Alhaurín de la Torre fue el escenario del primer duelo en suelo malagueño de esta novedosa competición que cuenta con el paraguas del Gobierno para intentar fomentar la competición y dar una alternativa al éxodo masivo a EEUU para jugar en la NCAA. La primera jornada dejó marcadores muy desequilibrados en varios partidos, como el del equipo malagueño, y algún juicio sumario sobre la poca utilidad de la misma. Habrá que esperar, al menos, algunos meses para sentenciar.

El Unicaja recibía al Valencia, otra cantera puntera nacional, con una creciente inversión en La Alquería, envidiable instalación a nivel europeo, en un duelo aparentemente más igualado, peleable. Y así fue, un partido dominado de manera holgada hasta bien entrado el tercer cuarto pero que se complicó en el último sobremanera, con malas decisiones y ejecuciones cajistas y la pérdida del rebote, hasta que llegó la remontada rival para llevarse el partido (82-85), echando por tierra el notable trabajo anterior. Con viento a favor se remó muy bien, pero cuando sopló en contra todo fue mucho más difícil. Estuvieron varios jugadores del primer equipo (Perry, Alberto Díaz, Tyson Pérez...) una vez acabó el entrenamiento, además de la plana mayor de la entidad.

El equipo cajista gobernó al inico del duelo con Manu Trujillo moviendo los hilos. En su segunda temporada en órbita de primer equipo se le pide un paso adelante en agresividad y creatividad aquí. Fue quien llevó el mando, en la primera parte metió tres de cuatro triples, uno desde 10 metros en final de posesión. 29-19 lideraba al final del primer cuarto el Unicaja, dentro del contexto hacia el que tiende el baloncesto, juego rápido con muchas posesiones, con un punto de anarquía e imprecisiones que en estos niveles se agudiza en ocasiones. Pero se intenta preparar a los jugadores para ese salto futuro. La pareja titular interior Butajevas-Moller es una base sobre la que ser competitivos, aunque el danés no estuvo fino este sábado, pero el lituano en esta categoría es dominante ante un alto porcentaje de rivales. Quizá el proyecto más sugerente es Alonso de la Iglesia, un chaval de 15 años aún cadete, que ya mostró su descaro en Madrid y que ratificó la grata impresión el Alhaurín, atacando hacia el aro de manera constante, para producir en forma de anotación o canasta. Es cierto que tiene un físico quizá adelantado a su edad, habrá que ver cuál es su evolución física. Pero parece tener ese algo especial, aunque al final errara varias canastas. Tuvo la personalidad en un momento en el que la bola quemaba. La lesión de Dani Carrasco propició que se adelantaran los tiempos con él. Con 54-38 se iba el partido al descanso.

En esa frontera entre los 15 y 20 puntos a favor navegaba el partido. Butajevas percutía cerca del aro para machacar, había algún momento de imprecisión y pérdidas, pero se compra en el paquete completo de la propuesta. Las diferencias, eso sí, se hacen más volubles. Carot también hacía daño cerca del aro para los taronjas y recortaban al final del tercer cuarto, pero un triplazo de De la Iglesia sobre la bocina dejaba la renta en 12 puntos (76-64). El Valencia ganaba la batalla del rebote y el partido tendía a la igualdad y a un final apretado. Bajaba la distancia hasta el 78-72 y, pese al tiempo muerto de Manolo Trujillo, el Valencia igualaba (80-80) con un mayor acierto en los triples. La tendencia del partido había virado hacia el lado taronja, que ya dominaba por 82-85 a falta de dos minutos. Un par de buenas penetraciones de De la Iglesia no la podía culminar ahora con canasta y la victoria se iba para el Valencia después de que el triple final del joven granadino para mandar el partido a la prórroga no entrara. Firmó 15 puntos y cinco asistencias, con 20 puntos y nueve rebotes de Butajevas.