El Unicaja busca lo imposible: nunca se ha remontado un 2-0

En 42 series, de 68 disputadas, las semifinales llegaron al tercer partido de la eliminatoria con un claro 2-0 a favor del equipo que partía con el factor cancha a favor. Dicho resultado es sinónimo de éxito, ya que todas esas eliminatorias finalizaron con el equipo que partía con ventaja de campo accediendo al play off final. Un dato que da la espalda al Unicaja en ese intento de remontada.

De esas 42 ocasiones, más de la mitad (22, el 52,4%) han terminado con un 3-0, resolviéndose la serie por la vía rápida. 13 veces se ha forzado el cuarto partido, para que la eliminatoria acabase 3-1 (30,9%) y tan solo siete (16,7%) han necesitado un quinto encuentro. Eso sí, en esas siete ocasiones, siempre ha acabado venciendo el choque decisivo el equipo con el factor cancha a favor.

El último precedente lo encontramos la pasada temporada, cuando en semifinales se vivió el Clásico de la Liga Endesa entre Real Madrid y Barça. El conjunto blanco acabó clasificándose para la lucha por el título, tras sentenciar al equipo azulgrana por la vía rápida (3-0).

Ibon pide respeto arbitral

No se había visto a Ibon Navarro así con respecto a una actuación arbitral. Expulsado el técnico del Unicaja por doble técnica. “Solo pido un poco de respeto, solo eso”, decía yéndose al túnel. Se explayó más en rueda de prensa. “Todos cometemos errores. Seguramente yo soy el que más los cometo de todo los que están en el campo. A mí lo que me molesta mucho y es lo que me he quejado al principio es el diferente rasero. Te dicen que controlan y entienden las emociones de los jugadores, esa frustración, el margen de comprensión con las emociones de Balcerowski es 1, con el resto de los jugadores es otro. Se lo he intentado hacer ver a los árbitros, más que nada porque luego han seguido llegando protestas y no he visto ningún aviso ni nada, entonces eso es lo que me indigna: que no se respete a Olek Balcerowski, que es un jugador que ha ganado BCL, Champions, Euroliga, y se le trate como si fuera un mocoso. Es normal que los jugadores se quejen, porque esto es un juego y los jugadores van a 2.000, pero no entiendo por qué un gesto a él se le sanciona con una técnica y al resto de jugadores no. Es lo que no me han sabido explicar. Y luego te vas fijando todo el partido y vas preguntando por qué no avisan. Y al final… Ya me decía mi madre que soy un tocacojones. Pues sí. Pero es que no lo entiendo. Y luego hay decisiones, buenas y malas en el campo, lo que no entiendo es que se vanaglorian de controlar las emociones y entender las emociones, pero a un niño de 23 años no le pasan ni una. Eso no lo puedo admitir. Me parece una falta de respeto. Así de claro”.