Unicaja-Girona: Victoria más allá de la rutina (95-71)

El Unicaja derrota a un combativo Girona que apretó, pero el cuarto final de los de Ibon Navarro fue demoledor para sentenciar, con mucho acierto además de la actitud

Así fue el partido

Killian Tillie celebra.
Killian Tillie celebra. / Carlos Guerrero

El corazón de un equipo muy ganador sigue latiendo en el Unicaja, despojado de jugadores desequilibrantes y determinantes pero con ese ADN construido en años fabulosos que pervive. No será una temporada sencilla, seguramente los títulos pasen de largo, el acierto marciano en los fichajes era insostenible y parece que no se ha podido sostener, pero en el día a día el equipo malagueño dignifica el escudo y la camiseta, los mínimos que se exigen. Sometió al Girona (95-71) en un partido completo, con momentos irregulares, inherentes a un equipo en construcción, pero con un último cuarto demoledor (28-14) en el que afloraron las mejores cualidades del equipo, adornadas con un acierto tremendo. No es realista el marcador respecto a lo que se vio, fue una victoria mucho más trabajada, pero viene bien para el average copero y para la confianza de un bloque que necesita estímulos positivos para reconstruir.

En el cuarto final se adornó el triunfo con tres triples de un Tyson Pérez con mucho impacto, con momentos en los que Perry y Alberto Díaz convergieron en pista para acabar de gobernar y también con los fogonazos de un Chris Duarte que va poco a poco entendiendo el baloncesto en el que está ahora y leyendo mejor situaciones concretas, alternando con momentos en los que le sale el jugador de instinto salvaje al que tampoco se puede renunciar y que no siempre es positivo. En ese reto bonito para las dos partes están Ibon y el jugador dominicano, al que no se le pueden negar las ganas aunque tenga desconexiones. El tipo quiere.

El Unicaja gobernó todo el partido, desde el primer cuarto, aunque el Girona estuvo siempre ahí. En una vuelta de tuerca a su estilo tradicional, Moncho Fernández también surfea la ola del baloncesto veloz con muchas posesiones e intenta que su equipo vaya creciendo desde esa perspectiva. No le va mal al Unicaja enfrentarse a esa propuesta cuando el nivel del equipo rival es inferior, como es el caso. Con diferencias entren los cinco y 10 puntos se fue desarrollando el duelo (46-39 al descanso), sin sensación de peligro real de que el partido se escapara, pero con la mosca tras la oreja de desconocer aún cuál es la seguridad que tiene un bloque con piezas distintas.

En la rotación entraba Sulejmanovic después de sus problemas físicos, quedaba para sólo para el minuto final del joven Butajevas. Balcerowski hacía un partido serio, de impacto constante en los dos lados de la pista, Tillie metía algún tiro abierto y Webb hacía un más que correcto primer tiempo sin estar a tope físicamente después del golpe que recibió en el partido de BCL del miércoles.

En la segunda parte se siguió aumentando la diferencia cada vez más, pero llegó en el cuarto final la reacción del Girona, que se colocó a sólo cinco minutos. La respuesta del Unicaja fue tremenda, con actitud y también con acierto, con un Carpena in crescendo para celebrar uno de esos triunfos que parecen rutinarios y que se dan por supuestos, pero que tienen un valor alto en la jungla de la ACB. Hay una base a la que los nuevos pueden engancharse para retroalimentarse y crecer.

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