Unicaja-Joventut: Aquí está el Unicaja (100-83)

Poderosa segunda mitad del equipo malagueño (60 puntos) para liquidar a un Joventut que resistió un tiempo pero que acabó cediendo para el pase a semifinales cajista

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Las fotos del Unicaja - Joventut de la Copa del Rey 2025
Fotos del Unicaja - Joventut de la Copa del Rey 2025 / ACB PHOTO

Aquí está el Unicaja, presentación poderosa en el siempre traicionero primer partido de la Copa del Rey. Pisando fuerte la tarima del Gran Canaria Arena, con un primer tiempo de adaptación, tanteo y cogida de distancias y un segundo periodo poderoso en el que desplegó el juego de altísimo nivel que le hace ser un contendiente cualificado a cualquier título que disputa para demoler a un digno Joventut (100-83) que no encontró recursos para extender el encuentro. “Ilusionados aspirantes”, precisaba López Nieto antes de la Copa. El primer salto se consiguió, el de estar ya el sábado en la pista y evitar ser el primer eliminado y una sensación fea aterrizando como el mejor equipo de la primera vuelta. No, fue al contrario, un in crescendo, cada vez mejor. El nivel de dificultad subirá en las semifinales, pero también el grado de confianza de un equipo que se siente autorizado para mirar a los ojos a cualquier equipo de ACB.

No fue un triunfo sencillo, no obstante, pese a lo que decía el marcador final. Hubo que trabajarlo, hacer labor de desgaste, sortear algunas trampas tácticas de Dani Miret, como colocar a Pustovyi con Tyson Pérez y Dekker con Osetkowski para matar el spacing con el hispanodominicano cuando Ibon, que descartó a Balcerowski, bajó el quinteto. Después de un inicio de buen nivel (21-15 tras el primer cuarto), sin meter de tres pero viviendo bien del rebote de ataque, el Joventut tuvo un segundo cuarto excelso en la anotación, con seis triples que hicieron dudar en algún momento de la defensa sobre Tomic cuando se intentaba ajustar con el croata, tan gran generador como finalizador. Con un Sam Dekker a un altísimo nivel, pero conteniendo a los exteriores verdinegros, salvo un Dotson juguetón. Con 35-40 a un minuto del final del primer tiempo, el Joventut empujaba, pero Tyson Carter aparecía para igualar el duelo (40-40).

El segundo tiempo fue otra historia diferente, equipos de diferentes dimensiones. Un Unicaja que metió 60 puntos. No había ayudado que los árbitros en la primera mitad toleraran poco contacto, de hecho hubo un par de faltas de Taylor y Carter inexistentes con manos al balón. Pero en la segunda parte se perseveró atr ás y comenzó a diluviar en la zona badalonesa. Triple de Kalinoski, cinco puntos seguidos de Osetkowski, robos, correr, velocidad, asegurar el rebote defensivo... Una mezcla y un ritmo de juego en el que el Unicaja es difícilmente abordable. Y la personalidad de este equipo le permite desplegarlo también en escenarios en los que a los equipos les tiemblan las piernas y pueden dudar. Subieron los porcentajes, el balón se movió mejor, pero todo partió desde atrás. La distancia subió a los 10 puntos, después tocaría los 20, con muchos jugadores enchufados, en ese ajuste, cual saltador de longitud, que los entrenadores intentan hacer para llegar de manera precisa a los grandes momentos. Y sí, aquí está el Unicaja, a dos partidos de un título y dispuesto a pelear con la suficiencia que transmiten los equipos grandes, los que reúnen esas cualidades. Y hay que valorarlo, porque esto no era frecuente hasta hace muy poco. Y ahora, por suerte, lo es.

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