Unicaja-Rytas: Y Tyson Carter cogió su pincel (92-74)
El Rytas vendió cara su derrota y empataba al comienzo del último cuarto, pero el americano ofreció un recital para el recuerdo con 16 puntos sin fallo en los últimos minutos
Las fotos del partido

Puede ocurrir que venga el lobo en algún momento, aunque es difícil reñir a un niño que saca matrícula de honor, a un equipo que es el caudillo de la BCL, que domina con 18 victorias consecutivas. El equipo lo sabe, conoce sus límites, mucho más altos que el de los rivales. Y eso le hace no entrar en los partidos con la agresividad e intensidad al tope. Pero en una instancia más avanzada puede ocurrir que un equipo serio y pétreo, sin un talento sobresaliente, pero muy bien trabajado como el rival que compareció este miércoles por el Carpena, dé un susto y no haya margen de error. El Unicaja estaba cinco puntos abajo ante el Rytas mediado el tercer cuarto, tras un primer tiempo a tirones y una salida del descanso ciertamente desconcertante. Sesteó durante un tramo del partido ante el enfado de Ibon Navarro, al que se vio discutir en un lance con Osetkowski, al que cambió menos de dos minutos después de iniciarse el segundo periodo. Le pedía más intensidad, la que pone, por ejemplo, un Tyson Pérez negado en este partido ante el aro pero con un espíritu y una entrega contagiosa. Con un sector de la grada colonizado por unos 200 hinchas del club lituano que vieron un excelente plan pasar unos días en Málaga y le dieron ambiente y pasión a un triunfo con un último cuarto demoledor (92-74), en el que Tyson Carter, el tímido chico de Mississippi, ofreció un recital para el recuerdo, con 16 puntos (cuatro triples y dos canastas de dos) para poner el Carpena boca abajo. Siempre tiene un clavo al que agarrarse el Unicaja, con su tremendo fondo de plantilla al que no llegan los rivales de la competición. Hacen falta albañiles, sin ellos no hay solidez, pero también artistas. Y Carter lo es, muy bueno además.
El Rytas ofreció una imagen bastante buena y se fue con una derrota por 18 puntos, excelente para el average y para encarrilar el pase a cuartos, como primero de grupo además. Durante tres cuartos repelió todas las embestidas cajistas, su entrenador preparó varias argucias tácticas interesantes que le vienen bien al Unicaja para descifrar posteriores trampas que le puedan llegar en duelos con más tensión. Pero llegó al límite de su resistencia en el cuarto final. 64-61 era el resultado y llegaba a igualar el Rytas poco después, pero la subida de nivel defensivo y un Carter celestial que levitaba sobre el Carpena, en una exhibición individual que no es frecuente por la filosofía de Ibon, hizo el resto. El público coreó su nombre varias veces, le gritó “MVP” repetidamente y él celebraba con carácter, que lo tiene y que no está reñido con su personalidad. Es un competidor que ha ido forjando su cuerpo en estos años en Málaga para aguantar mejor los contactos. Y el premio es un jugador de una dimensión tremenda que disfruta en Málaga y del que se disfruta porque no hay muchos como él que puedan vestir la camiseta del Unicaja. “A por la Copa”, fue el último grito.
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