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Unicajamanía desatada

El club tiene ínputs en diversas áreas del crecimiento de la entidad más allá de los límites de Málaga, aunque con algunos puntos oscuros

La radiografía de la cantera

El Unicaja, recibido por la afición tras ganar la Copa. / Javier Albiñana

La primera gran corriente de simpatía por el Unicaja a nivel nacional emanó en el año 95, cuando el equipo malagueño consiguió con el subcampeonato de Liga (primer equipo no madrileño o catalán en conseguirlo) desafiar al poder establecido y quedarse a centímetros con un grupo de jóvenes, muchos canteranos, con tres extranjeros emblemáticos. Después vino el trienio de 2005 a 2007, cuando se encadenó Copa-Liga-Final Four. “Yo iba a San Sebastián cuando era niño a ver al Unicaja como a un grande, como a Madrid o Barça”, decía en estas páginas Darío Brizuela tiempo atrás. Con campeones del mundo con la selección española, con jugadores carismáticos y extranjeros de tronío. La tercera ola se vive ahora, con este Unicaja de los, de momento, cinco títulos, que se coronan con un juego vertiginoso (no reñido con el cuidado del balón, tiene una de las tasas bajas de pérdidas en España y Europa) y plástico que cautiva.

En Gran Canaria se vivían escenas impensables tiempo atrás. Cuando se preguntaba a aficionados que se paseaban por la Playa de las Canteras con las camisetas verdes y moradas de dónde venían sorprendía la variedad de origen. Los había con raíces malagueñas que venían de Barcelona o Madrid, principales lugares de emigración desde la provincia. Pero también había aficionados desde Cáceres, Pontevedra, Valladolid o Santander, sin más nexo con Málaga que el puro baloncesto. En la celebración se observaba, a través de la retransmisión de Movistar, a un niño cantando a pleno pulmón el himno de Pablo López con la bufanda del Unicaja estirada y una camiseta con el 8 de Darío Brizuela. Era el hijo de Sitapha Savané, histórico jugador del Gran Canaria y ahora exitoso presidente canario, que reparte cariño con el club que dirige su padre. El club ha visto un crecimiento muy importante en la venta de camisetas desde otros lugares de la península, incluso desde el extranjero, en los dos últimos años. Gustan los diseños e identifican con la ciudad. Aunque la verdad auténtica es que se está ganando mucho, partidos y títulos, y es donde radica la diferencia y con lo que la marca Unicaja en su vertiente deportiva se expande. Pero también ayuda lo que rodea al equipo. Hay cupo cerrado de abonados en algo más de 9.000 y un amplia lista de espera. Los jugadores y personal del club que viaja con el equipo perciben en cada desplazamiento la expectación que despierta el equipo. También con el reverso de la motivación que tienen los locales, sin presión, por derrotar a un campeón.

No obstante, surfear la ola tampoco será sencillo. Mantener este nivel de conquista de títulos es una entelequia. Hay también un momento valle y de redefinición del Barcelona, el Valencia está creciendo con un proyecto con muy buena pinta, el Baskonia vive una travesía del desierto en competiciones nacionales y el Madrid siempre está aunque parezca un punto menos potente. El club genera ahora mismo más dinero que nunca en su historia. De los en torno a algo más de 15 millones que tiene el Unicaja como presupuesto, nueve, un 60%, lo consigue el club con sus recursos de abonos, entradas y patrocinios variados. “Yo estoy contento con los recursos que tenemos y los que hemos generado. Los recursos importantes dentro de lo que teníamos, el aumento presupuestario viene generado por el club. Agradecido como siempre históricamente al banco y a la fundación bancaria porque son los que han mantenido 47 años, es nuestro dueño y mecenas en un nivel más prudente que el del señor Roig en Valencia”, admite López Nieto, que también contextualiza el momento económico: “Cuando nos acostumbramos al caviar la diferencia presupuestaria en aquel momento que entonces el fútbol no tenía tanto dinero de los derechos individuales, en la época 2005-2006-2007 del equipo, cuando viene aquí Jorge Garbajosa y elige esto antes que el Madrid es porque entonces la diferencia presupuestaria estaba en 3-4 millones de euros. El Unicaja que gana la Liga, y se lo digo a Carlos y a Berni, tiene una diferencia presupuestaria de 3-4 millones de euros. Cuando se firma el Real Decreto del fútbol, donde viene el dinero, cuando llega nuevamente el dinero al Madrid y al Barcelona entonces a partir de ahí ponen el dinero en la sección de baloncesto y dan otro salto cualitativo, que al final son saltos irreales. En estos momentos, el 60% de nuestro presupuesto lo genera el club. Ahí entra ticketing, merchandising, patrocinadores privados y públicos. Ahí están también premios que se puedan conseguir e ingresos también por traspaso de jugadores pero esos fundamentalmente son hipotéticos, esto está dentro de la baraja pero nosotros estamos ahora mismo contentos con lo que estamos generando. Un club ordenado, encantados siempre con el respaldo que tenemos de salida del banco y la fundación, que en el tiempo han sido los que han mantenido esto. Nosotros hemos dado desde el club ahora un salto que es lo que nos permite tener una plantilla algo más competitiva pero repito, es un momento glorioso, es un momento importante y yo tengo mucho miedo. Tengo mucho miedo no por nosotros sino por el baloncesto en general porque no veo el contrato de televisión futuro, no lo veo”.

Los ingresos en clave Unicaja por televisión suponen en torno a un 5% del presupuesto. En clubes más modestos sí llega hasta el 20-25%. Sí hay una realidad, que la final de la Copa la vieron 223.000 personas en Movistar. En Grecia, con menos de un cuarto de la población de España, el Panathinaikos-Olympiacos lo vieron 1.3 millones. Números altos para el baloncesto en cerrado, con cuidado del producto exquisito y para aficionados, pero se escapa al gran público. “En Almería o Cádiz no saben lo que está haciendo el Unicaja”, suele lamentar López Nieto, que defiende una apertura, aunque sea una cuota mínima de partidos por jornada, en televisión generalista. Se negocia el contrato nuevo con Movistar, que quiere bajar la aportación actual. En este situación, la Unicajamanía se desborda. Los resultados siempre mandarán, pero se intenta fortificar unas bases sólidas para cuando la pelotita no entre.

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