Vitor Faverani: "Salí de Málaga muy machacado; me equivoqué muchísimo, igual porque no supieron guiarme"

Vitor Faverani vuelve a jugar al baloncesto con 37 años. Lo hace en el Cartagena, en Primera FEB. El pasado fin de semana firmó 18 puntos y 12 rebotes contra el Estudiantes. Después de varios años fuera de la circulación regresó para jugar, ahora asegura que disfruta. Estuvo en el programa "Tirando a Fallar", donde se abrió y contó su historia. No guarda un buen recuerdo de su etapa en el Unicaja. Llegó a Málaga siendo un niño y en Los Guindos se le recuerda como uno de los mejores talentos puros que pasó jamás por allí, el mejor para no pocos cuando se le reclutó en edad junior. Pero no cuajó en Málaga, aunque debutó con Sergio Scariolo en el primer equipo (jugó siete partidos de Euroliga y cuatro de ACB) y se hizo una notable inversión. Desde su experiencia, admitiendo errores, habla también de aquella época que no recuerda con cariño.

"Cuando vine de Málaga a Murcia llegué muy machacado, cosas que pasan en tu vida. Si se han equivocado, que se den cuenta. Tenían un niño con mucho talento, que acababa de salir de la calle, que nada más llegar a Málaga, a los tres meses, pierdo a mi hermana, dejo a los amigos que tenía, llego a España, no hablo el idioma, no sé nada... Mirándolo a día de hoy, el trato de hombre que yo tenía no era el que debía haber tenido. Me he equivocado muchísimo a lo largo de los años también, pero igual me equivoco porque no me supieron guiar al ser un niño. Lo único que voy a hacer trastadas porque soy un niño", decía Faverani sobre aquella época: "Sí tengo un recuerdo impresionante de Toa Paterna, que era quien me entrenaba individualmente, era una persona impresionante. Tuvo un cáncer y falleció, era un persona maravillosa, psicólogo además de entrenador. Llego de Málaga muy machacado y no quería jugar al básket, lo único que quería era estar con mi familia, que era donde me sentía bien. Me preguntaban por qué no iba con la selección y era porque el mes que tenía libre era para subirme con mi hermano a coger frutas o jugar a las canicas. Quien dice que el básket es lo primero, pero eso para vosotros, para mí no lo era".

"Me alegro de volver a jugar al básket en España, me alegro de volver a jugar a un buen nivel, y sobre todo me alegro más todavía de poder defender el Cartagena, en la región de Murcia. Soy, por así decir, un hombre del mundo, un chico que llevo desde los 12 años fuera de mi casa, lejos de mi familia, y recorriendo el mundo, jugando al básket, haciendo lo que ahora mismo es lo que más me gusta hacer, que no lo fue siempre, pero ahora mismo es lo que me gusta hacer. Me encuentro ahora mismo en el mejor momento de mi vida. Me encuentro, no solamente personal, pero también profesionalmente hablando, en un momento muy bueno de mi carrera, y de mi vida. Es cuando más estoy disfrutando del básquet. ¿Por qué lo estoy haciendo? Porque yo quiero hacerlo. O sea, no lo estoy haciendo por necesidad, no lo estoy haciendo por nada más que por ganas de estar ahí. Fueron momentos muy, muy, muy difíciles. O sea, dentro de lo que cabe, te puedo decir que me quitaron los mejores años que tenía para jugar el básquet. Por lesiones, pero no por lesiones que estaban, que una lesión y otra lesión, sino por simplemente una lesión que yo tenía, que nadie me dijo nada, estuve jugando con las piernas infiltradas, con el nervio de la pierna dormido, con corticoides, drenándome la rodilla prácticamente a diario, por una lesión que yo tenía que nadie fue capaz de decírmela, de diagnosticar. Un ligamento cruzado anterior que estaba laxo dentro de la rodilla, o sea, no tenía utilidad ninguna dentro de mi rodilla y a partir de ahí son lesiones sobre lesiones. Te imaginarás a un tío de 120 kilos corriendo y saltando durante todos los días sin un ligamento cruzado anterior. Entonces, todo lo que te puede llegar a provocar eso dentro de la rodilla", rememoraba cómo fue su infierno físico Faverani, que jugó en Valencia, en la NBA con los Boston Celtics, después en el Barcelona, más tarde en el Flamengo en Brasil... Y ahora vive una segunda juventud en Cartagena.