Vélez-Málaga

Magia en alta mar: los shows de Javier Cruz que han llegado a 75 países

Javier Cruz en un show del Norwegian Cruise

Javier Cruz en un show del Norwegian Cruise / Javier Cruz

Javier Cruz, nacido y criado en la localidad de Torre del Mar, ha trazado un recorrido desde sus inicios en los talleres de teatro de su infancia hasta alcanzar los escenarios internacionales. A lo largo de los años, Cruz ha cultivado una profunda pasión por el arte de la magia, una pasión que ha moldeado su vida y carrera de manera extraordinaria.

El mago torreño recuerda con cariño cómo su abuelo plantó la semilla de la magia en su vida. "De pequeño, asistía a talleres de teatro y hacía malabares. Fue mi abuelo quien me enseñó algunos trucos de magia", comenta. Sin embargo, fue a los 18 años cuando conoció al mago malagueño Dani DaOrtiz, un referente mundial en la magia, quien le abrió las puertas al fascinante mundo de la ilusión. "Desde aquel momento, sin darme cuenta, entré en el mundo de la magia", afirma.

La transición de la magia como hobby a profesión no fue un evento marcado por una sola decisión, sino un proceso gradual. Cruz empezó a estudiar con DaOrtiz y poco a poco comenzó a realizar eventos como comuniones y cumpleaños. "Nunca hubo un momento en que decidiera dejarlo todo y dedicarme exclusivamente a la magia. Fue algo que creció con el tiempo hasta convertirse en mi vida", explica. Hoy, a sus 37 años, el torreño solo ha trabajado como mago profesional, destacando la influencia de su formación en sonido, que aunque nunca ejerció, le ha sido útil en sus espectáculos.

Para Cruz, el mayor logro ha sido vivir de la magia, un reto especialmente en España. Entre sus hitos más destacados, menciona su actuación en el campo de fútbol de Sevilla, frente a 33.000 personas. Además, recibió el premio Memorial Li-Chang en el Festival Internacional de Magia de Badalona, un reconocimiento otorgado por el público. "Es muy gratificante que el público decidiera que nuestra participación fue la mejor", señala.

Actuar en su tierra natal, Vélez-Málaga, durante el primer festival mágico el mes pasado, fue un sueño hecho realidad para el mago. "Siempre quise volver a mis raíces y compartir mi pasión con mi gente", expresa. La posibilidad de traer a magos de renombre a su ciudad natal y crear un evento de alta calidad es algo que le llena de orgullo. "Espero que este festival se consolide y podamos disfrutar cada año de una buena gala", añade.

Trabajar en cruceros de la compañía americana Norwegian ha sido otra gran conquista. "Es un sueño trabajar aquí, es un entorno exigente y gratificante. Actuar para un público mayoritariamente americano, que vive cada espectáculo con tanta intensidad, es increíble", añade. Javier ha viajado a más de 75 países, compaginando sus dos grandes pasiones: la magia y los viajes.

Uno de los momentos más memorables de su carrera fue trabajar en el espectáculo Ilusionario para Norwegian, compartiendo escenario con magos de renombre mundial como Michael Giles. "Estar rodeado de referentes de Las Vegas y aprender de ellos fue un sueño". Este espectáculo utilizaba material fabricado por Bill Smith, quien trabaja para David Copperfield, lo que añadió un toque especial a la experiencia.

La preparación de sus shows

La preparación de sus espectáculos ha sido un proceso de muchos años de prueba y error. Cruz mantiene un espectáculo principal que va evolucionando con el tiempo. "Nos gusta cambiar pequeños detalles para no aburrirnos y mantener la frescura", explica. Recientemente, asumió el reto de crear dos espectáculos nuevos con un formato más pequeño, lo cual ha sido una experiencia "refrescante y desafiante".

Los errores en el escenario son inevitables, pero el mago y su equipo están preparados para afrontarlos con naturalidad. "Tenemos planes B para posibles fallos, pero la clave es la naturalidad. Si algo no sale bien, pasamos al siguiente truco y seguimos adelante".

Más que un truco específico, Javier considera que su mejor arma es la personalidad y carisma en el escenario, así como la conexión con su compañera Ana. "El público nos dice que lo que más les gusta es nuestra conexión y simpatía en el escenario", comenta.

Cruz sigue soñando con nuevos retos en el mundo de las grandes ilusiones, como la aparición de una moto o una doble levitación. Para Javier, la magia tiene un impacto profundo en las personas, permitiéndoles desconectar de la realidad y conectar con su niño interior. "La magia genera un mundo de ilusión y fantasía que nos hace enfrentar lo imposible y activar emociones profundas", explica.

Mirando al futuro, el mago espera consolidar su nueva línea de trabajo con espectáculos más pequeños, combinándolos con sus grandes producciones. Además, planea repetir y mejorar el festival de magia en Vélez-Málaga. "Lo difícil no es llegar, sino mantenerse", concluye.

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