Rafael Yus | Presidente del Gabinete de Estudios de la Naturaleza de la Axarquía (Gena – Ecologistas en Acción)

“Los trasvases generan guerras de agua y más regadíos”

  • Hace dos años coordinó el estudio ’La Burbuja de los Cultivos Subtropicales y el colapso hídrico de la Axarquía’, fruto de un trabajo de cuatros años

Yus, con su libro ‘La Burbuja de los Cultivos Subtropicales y el colapso hídrico de la Axarquía’.

Yus, con su libro ‘La Burbuja de los Cultivos Subtropicales y el colapso hídrico de la Axarquía’.

El presidente del Gabinete de Estudios de la Naturaleza de la Axarquía (Gena – Ecologistas en Acción), Rafael Yus, coordinó hace dos años el libro titulado La burbuja de los cultivos subtropicales y el colapso hídrico de la Axarquía, resultado de una investigación de más de cuatro años. El libro escrito entre él, licenciado en Ciencias Biológicas, un geógrafo, un historiador y un topógrafo ya adelantaba la sequía a la que estaba destinada esta comarca.

–En su libro ya hablaba sobre el colapso hídrico de la Axarquía, ¿se ha producido antes de lo esperado?

–Nosotros hablábamos del colapso hídrico en un sentido retórico, porque pensábamos que la administración de la Cuenca impediría que esto se produjera, ya que era notorio que en el 2017 el consumo por regadío había superado los límites permitidos por el Plan Hidrológico y además, había que contar con dos factores que incrementan la amenaza: los periodos de sequía, que son consustanciales con nuestra climatología mediterránea; y, a medio y largo plazo, el aumento de la periodicidad de dichos periodos de sequía que desde el 2000 son muy recurrentes, junto al aumento de lluvias torrenciales, que hacen más daño que beneficio, debido al cambio climático.

–Por tanto, ¿consideran que hay que replantear el regadío en la comarca?

–Efectivamente, hace dos años ya dijimos que era el momento de replantear el regadío de la comarca, y adaptarnos al cambio climático y las sequías recurrentes que lleva consigo. Pero pecamos de optimistas respecto a la responsabilidad de la administración del agua, porque, para nuestra sorpresa, en lugar de contener el consumo de agua en regadíos, la Junta ha estado incentivando con aportes de agua de diversa procedencia. Todo sea por mantenerse en la cresta de la popularidad, nos cueste lo que nos cueste.

"La Junta de Andalucía está poniendo parches de forma irresponsablemente insostenible”

–Pero, ¿es sólo achacable a los subtropicales?

–No hay la menor duda. La población también consume agua y en temporada alta de turismo más, pero, aun contando con la vergonzante moda de las piscinas unifamiliares, el consumo nunca supera el 15% de los recursos. El resto de agua que se consume en la Axarquía, entre aguas superficiales, embalsadas y subterráneas, lo consume el regadío, que en el 2017 ya suponía 12.986 hectáreas, de las cuales 9.881 hectáreas (el 76%) eran de subtropicales. Cifras que seguramente ya habrán cambiado, pues no paran de poner en riego antiguos secarrales, por lo que actualmente prácticamente todo el mundo que riega ya tiene subtropicales.

–¿Hay algún factor responsable de que la Axarquía registre una pluviometría inferior a la de la provincia?

–En principio la Axarquía es la comarca menos lluviosa de la provincia, y esto sólo se explica por razones meteorológicas y topográficas. Los frentes de lluvias provienen principalmente del Atlántico, van descargando conforme avanzan hacia el este, y poco a poco van perdiendo carga de humedad (lluvia) por el camino, lo que explica que en la provincia de Málaga la parte occidental sea más lluviosa que la oriental. Lo que “salva” a la Axarquía de ser una “Almería” es su sistema montañoso en el norte, donde hay algo de más lluvia, que se filtra en las rocas carbonatadas, saliendo poco a poco por las numerosas fuentes y manantiales que dan los ríos de la comarca. Pero aun así, no es para tirar cohetes. Es un agua que, bien administrada, sería suficiente para esta comarca, incluso con cultivos de subtropicales con riego eficiente. Pero no da para más.

–Lo curioso, es que es un terreno “muy agradecido” para la lluvia. De hecho, a pesar de que no ha llovido, hay arroyos que llevan agua, ¿por qué no se queda en el embalse?

–El plan Guaro recoge aguas de toda la cuenca, pero siempre hay arroyos que desaguan pequeñas surgencias, vertidos de agua de desecho de riegos, pero estos recursos no son significativos.

"A este ritmo, y si persiste la sequía, en verano no tendremos agua ni para abastecer a la población”

–Desde su punto de vista ¿Qué responsabilidad tienen las administraciones en ese colapso hídrico?

–En mi opinión la Junta de Andalucía dispone de técnicos con suficiente cualificación como para detectar con antelación los problemas. Pero ellos no tienen poder, lo tienen los políticos, que desarrollan políticas populistas, se dan baños de masas (de agricultores) cuando vienen a Vélez-Málaga, y les prometen soluciones que son contraproducentes. La consigna es no ser impopulares, no perder la confianza (el voto) de la población, a veces en contra de los consejos de sus expertos técnicos. A estas alturas ya se tenía que haber cerrado el grifo del embalse de La Viñuela porque estamos a menos del 15% de capacidad, con un consumo medio semanal de 0,5 hectómetros cúbicos, y al 10% el agua tiene demasiado lodo para usarla para llevarla a la potabilizadora.

–¿Cree que está en riesgo el consumo para los próximos meses?

–A este ritmo y si la sequía sigue como parece, este verano no tendremos agua ni para abastecer a la población, que por la Ley de Aguas tiene prioridad en el suministro. Lejos de tomar esa solución los políticos de la Junta están poniendo parches, paños calientes, de forma irresponsablemente insostenible.

–¿Tendrían que haber previsto algunas obras o estas son susceptibles de generar tensiones interterritoriales?

–No, seguramente esto es lo que pensará el sector de los subtropicales. Ciertamente ya en 2017, según el Plan Hidrológico, la suma de los recursos disponibles para atender la demanda de agua era de 86,15 hectómetros cúbicos disponibles, y estaba prevista la construcción de una desaladora y el uso de aguas regeneradas. Ninguna de estas dos operaciones se realizaron entonces, pero curiosamente se permitió un consumo desmedido en regadío, alcanzando un consumo total de agua que ciframos en 100,58 hectómetros cúbicos, lo que suponía haberse pasado 14,43 hectómetros cúbicos de más de los 86,15 hectómetros cúbicos de recursos hídricos previstos en esa época, aun contando con residuales y desalación.

–Pero, ¿qué opinión tiene sobre los trasvases?

–Se han prometido trasvases, una operación de consecuencias nefastas, no sólo por las “guerras del agua” que provocarán, pues en todas partes el agua es poca, sino porque si a un sistema en el que se ha incorporado ilegalmente multitud de propietarios de secano para convertir las tierras en regadío, le aportas más agua, podría solucionar el problema de los consumos ilegales, pero enseguida se apuntarán nuevos aspirantes al regadío, en un círculo vicioso que sólo podrá terminar cuando ya no haya agua para nadie.

–¿Cuáles serían las alternativas?

–Cualquier alternativa que se diga para superar el problema que tenemos pasa por la paralización total de las conversiones de secano en regadío. Sin este requisito ninguna medida será efectiva. Hay que mejorar la eficiencia de riego, que pese al goteo sigue teniendo una dotación muy alta, tal vez más de lo que necesita ya que los agricultores creen que a más agua más frutos, y lo que pueden conseguir es que el árbol enferme por hongos. Hay técnicas para que el riego sea más eficiente, que no se pierda agua por evaporación, y se dé solo la que necesite el árbol que no es la misma a lo largo del año.

"La solución a la sequía pasa por paralizar las conversiones de secano en regadío”

–¿Usted aboga también por el uso de las aguas regeneradas?

–También es una buena ayuda, pero que sea para reducir el consumo de agua del embalse, no para aumentarla, como se hace ahora. Solo en casos extremos, que si se hacen bien las cosas no tendrían que llegar, se podría recurrir a la desalación. Pero por las razones antes apuntadas, jamás se debería trasvasar agua de otra cuenca, no es la forma correcta y sostenible de usar estos recursos. Por otra parte, en la Mayora ya están investigando con variedades menos exigentes de agua, que deberían ir reemplazando las actuales. Además hay estudios, conocidos como “riego deficitario” que muestran que regando menos agua de lo que normalmente se hace, puede dar lugar a una buena fructificación por una reacción hormonal de la planta ante la deficiencia de agua. Pero insistimos, todo esto valdría si la Administración se pone las pilas y bloquea nuevas conversiones de secano y regadío.

–Los agricultores, e incluso algunos alcaldes, están pidiendo a la Junta de Andalucía que les permita hacer nuevos sondeos para encontrar acuíferos, ¿es partidario de ello?

–Las aguas subterráneas han sido tradicionalmente ignoradas. El sector agrícola se ha malacostumbrado con el agua embalsada, que para muchos supone solo abrir el grifo. Pero el sector que no dispone de esa agua o que quiere aumentar su volumen, llenar las balsas y depósitos de reserva, utiliza pozos. El número que tiene la comarca es impresionante, del orden de miles, gran parte de ellos ilegales, pero son los que permiten ampliar el regadío por encima del Plan Guaro. Gran parte de los recursos subterráneos ya se están explotando y los de las sierras, al final salen dando lugar a aguas superficiales que van a parar el embalse. Creo que hay suficiente consumo de agua subterránea.

–¿Prevé cambios profundos en el agrosistema axárquica?

–Los cambios profundos ya se han producido. La maquinaria pesada ha destruido la antigua trilogía de secano, viña, olivo y almendros, y la ha sustituido por subtropicales, además de modificar la topografía, base del paisaje. El cambio es vertiginoso, se ha producido prácticamente en cinco años, alimentado por los fondos de inversión. Pero se ha alcanzado el máximo posible, y serán las sequías pertinaces que conlleva el cambio climático, las que provocarán nuevos cambios, porque los subtropicales no podrán sobrevivir, y habrá que revalorizar el secano. Frutos como la vid son también superalimentos y deberían ser represtrigados, porque son más sostenibles desde el punto de vista hidrológico.

–¿Se atreve a hacer algún pronóstico para la Axarquía desde el punto de vista geológico, biológico y económico partiendo de su climatológica?

–Ya se está observado una fortísima pérdida de biodiversidad en el bosque de aguacates y mangos. Hay numerosas especies de aves, insectos como mariposas que ya no se ven en el campo. La construcción de cercas en cada parcela está mermando la capacidad de tránsito de la fauna terrestre, como las ginetas zorros. El sistema agrícola actual, a diferencia del de antaño, es enemigo de la biodiversidad. Geológicamente aumentará la erosión del suelo, que ya era importante antes también, pero ahora se ha desestabilizado el suelo con maquinaria, de forma irresponsable, aunque una vez crecidos reducen la erosión. Económicamente es verdad que la agricultura axárquica ha movido mucho dinero, pero tiene los días contados porque en cuanto aumente el precio del combustible, los frutos tendrán que ser más caros para compensar los gastos de transporte, lo que irá reduciendo el consumo en el mercado, quedando solo el autoconsumo.

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