Nunca es fácil ser jurado y menos cuando de Carnaval se trata. Es difícil no tener un miembro de ese tribunal en el interior. Es más, hasta encima de las tablas hay quienes se sienten jueces para dictaminar el pase a la gran final.

El jurado, vestido de blanquiazul anoche, no lo tuvo fácil. Las agrupaciones se aplicaron con fuerza para sobrepasar su pase de preliminares y apretaron las seis o siete agrupaciones que pugnarán por cinco puestos, cual juego de la silla.

Abrió la noche Las reinas del bosque, la comparsa infantil de Ronda, exclusivamente femenina. La labor instrumental es lo nunca visto con esas edades y es de rigor volver a escucharlas en la gala infantil de mañana. Y encima tiene fines solidarios. Así es como se apoya a las agrupaciones de los más pequeños.

Las comparsas hicieron posible que la emoción fluyese entre el patio de butacas

Las comparsas hicieron posible que la emoción fluyese entre el patio de butacas. Si bien Los indomables bajaron el nivel en interpretación, fue correcta en sus letras. En el nombre de la rosa se alzó como luchadora de la capital con un pasodoble reivindicando las agrupaciones femeninas, de ayer y de hoy, provocando la ovación del público. Mejoran respecto al año pasado y dejan el nivel por las nubes, incluyendo su autocrítica al forillo en cuplés.

Por su parte, los almerienses de El renacido mantuvieron su alto nivel de voces y afinación con letras al corazón de la mujer. Sus pasodobles, al cáncer y a los deseos de ser madre y el aborto de otras en paralelo, pusieron los vellos de punta. Apuntan de nuevo a final.

El cuarteto Este cuarteto es otro misterio quedará pendiente de la sanción de la Fundación por sobrepasar el límite de tiempo ante una brillante actuación. Ahora bien, la decisión del jurado es inamovible aunque les resten puntos. Salvando los cuplés, que quizás encajaban más en preliminares, el resto de la parodia es de altura. Si alguien quiere sacar un cuarteto en 2020 ya sabe dónde tiene un referente.

En el apartado de murgas, los marbellíes de Los auténticos narcos supieron explotar el humor sencillo, el que engancha al público en el teatro y en la calle. Buenos cuplés y mejores sensaciones para una semifinal más que digna. Por su parte, la murga de Torremolinos supo engarzar dos buenos pasodobles con crítica y emoción malaguita. Los cuplés indican que algo tiene reservado Godoy para la final. Suena a que quiere revalidar el primer premio.

La murga malagueña Constantino el tiroriro fue la encargada de cerrar la noche. El tipo de feriante permitió la conexión del imaginario colectivo y dejó una doble tanda de pasodobles y cuplés para el recuerdo. Se metieron en semifinales por derecho.