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Holi Life, una bienvenida a la primavera bajo una cortina de color

  • La cuarta edición de la carrera lúdico-festiva, de tradición hindú, junta a más de 5.000 personas en el recinto ferial de la capital

  • Los cinco kilómetros de recorrido, mera anécdota ante la música y actividades que adornan el evento

Los participantes lanzan polvos de color antes de la salida.

Los participantes lanzan polvos de color antes de la salida. / Marilú Báez

Más de 5.000 personas tomaron salida en la cuarta edición de la Holi Life, una carrera lúdico-festiva sin ganador y un propósito claro: la diversión. La prueba, con inicio y final en el recinto ferial Cortijo de Torres de la capital, fue una fiesta desde el minuto uno cargada de matices y música con una participación de lo más variopinta.

Propuesta y nombre llegan de la tradición del Holi, fiesta que se realiza anualmente en India con el mismo sistema. Con esta los hindúes dan la bienvenida a la primavera, que da comienzo este miércoles 20, y representan la alegría y el triunfo del bien sobre el mal que trae la nueva estación. Por tanto, esta Holi Life, conocida en sus dos primeras ediciones como Holi Run y llevada a cabo hasta este año junto al Martín Carpena, no es más que una representación del evento original que en España se lleva, además de Málaga, por Valencia, Vigo, Madrid y sus localidades de Parla y Azuqueca de Henares.

En Cortijo de Torres, la mezcla de polvo de almidón y colorante voló en tonos rosa, naranja, amarillo, azul, verde y morado. Lo hizo antes, durante y después. Y es que se lanzan desde puntos estratégicos en cada kilómetro de los cinco que componen un recorrido prácticamente anecdótico. Pero la clave son los Holi booms, los lanzamientos masivos de color antes del inicio y al final de la prueba, para los que se entregaron bolsas que los asistentes tiraron al cielo bajo una cuenta atrás.

Amigos, parejas o familias; mayores, pequeños y diminutos, todos corrieron (o pasearon, el ritmo es lo de menos) bajo la tormenta de color y un sol de justicia en una mañana muy calurosa. A las 11:00 se dio la salida en dos tiempos, y pasada la media hora comenzaban a llegar los primeros participantes, guiados a través del recorrido por un patinete eléctrico de la organización, al arco de meta. Ahí cada uno fue libre de revolcarse por el suelo, teñido de púrpura, aclararse los ojos y tirar de selfie.

Tras la llegada, vuelta al punto de partida, la Holi Land, espacio donde hasta mediada la tarde continuó la fiesta junto al escenario con atracciones hinchables, cañones de espuma de colores, bodypainting, pasaje del terror y otras actividades, además de barras con comida y bebida para los asistentes. No va a ser fácil de olvidar para quien se metió bajo la cortina de color, al menos para su pelo y su piel, que tardarán unos cuantos días en volver a su aspecto normal. Un recuerdo de que la primavera ya está aquí y con ella la luz y el color.

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