Redescubriendo Málaga

Senda de Rincón de la Victoria a Vélez-Málaga: de costa a costa y tiro porque me toca

  • La etapa 2 de la Gran Senda de Málaga nos lleva por un paseo llano y sencillo a través del litoral malagueño

  • Por fin cruzaremos esta frontera, y otras muchas, tras el fin del confinamiento perimetral

La etapa 2 de la Gran Senda recorre el litoral de Rincón y Vélez.

La etapa 2 de la Gran Senda recorre el litoral de Rincón y Vélez.

¡Por fin podemos movernos entre localidades! Cualquiera diría que durante este tiempo lo hemos hecho sin problema, pero el caso es que todos conocemos a algún conocido de algún amigo que ha sido multado por cambiar tan ricamente de municipio.

Y aunque es una buena noticia, y aunque es aún mejor noticia que la vacuna contra la Covid ya se esté administrando (por mucho que los mismos españoles que aplaudían a los sanitarios y que piden mayor inversión en ciencia médica ahora resulta que no quieren ponerse la vacuna), debemos seguir manteniendo un cuidado extremo para minimizar la expansión de la pandemia que todavía puede, y hará, mucho mal.

Sin embargo, como ahora sí se pueden cruzar las fronteras chicas, retomamos nuestro peculiar repaso de las rutas que la Gran Senda de Málaga nos ofrece con la etapa 2, el camino que conecta a Rincón de la Victoria con Vélez-Málaga.

Si hace algún tiempo describimos la etapa 1 entre Málaga y Rincón de la Victoria, un recorrido sencillo, cómodo y fácil (aunque según algunos internautas peligrosísimo, pero todavía no sabemos por qué…), un recorrido, decíamos, que se puede enlazar con esta etapa 2 lineal, también muy benigna, por el litoral y que nos llevará terminar en unas cinco horas sus pocos más de 24 kilómetros de extensión.

El punto de inicio es la desembocadura del río o arroyo Totalán, justo al final de la etapa 1 de la Gran Senda, río que hace de frontera entre Málaga y Rincón de la Victoria.

La Punta de Cantal nos da la bienvenida al comienzo del recorrido. La Punta de Cantal nos da la bienvenida al comienzo del recorrido.

La Punta de Cantal nos da la bienvenida al comienzo del recorrido. / malaga.es

Como decimos, es una ruta de lo más sencilla; su única dificultad estriba en su longitud. Por lo demás, a lo largo del camino encontraremos agua, comida, souvenirs… Es prácticamente una ruta urbana, en casi todo su recorrido: sólo a partir del peñón de Almayate (muy reconocible gracias al Toro de Osborne que lo corona) se complica la cosa por alejarse el sendero de la carretera que vertebra la costa.

La ruta será de oeste a este, por lo que arrancamos, como hemos dicho, en Rincón de la Victoria, en el arroyo Totalán hacia los túneles de su famoso cantal en la Cala del Moral. Este hermoso paseo escavado en la accidentada geografía del litoral rinconero enlaza con su paseo marítimo Blas Infante.

La senda es larga pero tranquila y sencilla. Pese a quien le pese. La senda es larga pero tranquila y sencilla. Pese a quien le pese.

La senda es larga pero tranquila y sencilla. Pese a quien le pese. / malaga.es

Esta senda es una buena oportunidad para conocer todas las playas de Rincón de la Victoria pero, también, si tenemos tiempo, la propia localidad donde encontraremos numerosos puntos de interés que visitar.

Al final del paseo nos encontramos el cantal y los túneles que empleó el ferrocarril suburbano de Málaga desde 1908 hasta finales de los años 60 del siglo pasado. Pasaremos bajo la atenta mirada de la torre del Cantal, que se erige en el llamado Cantal Alto. Y es que desde su posición, a 30 metros sobre el nivel del mar, vigila una amplia línea costera y las ensenadas donde solían desembarcar las naves enemigas que se dedicaban al pillaje tanto en época musulmana como cristiana.

La torre del Cantal es la primera atalaya de la etapa 2 de la Gran Senda. La torre del Cantal es la primera atalaya de la etapa 2 de la Gran Senda.

La torre del Cantal es la primera atalaya de la etapa 2 de la Gran Senda. / malaga.es

Situada esta torre justo encima de la boca del túnel, al otro lado del pasadizo continúa el litoral playero del Rincón de la Victoria, que es probablemente la de mayor longitud y anchura de la Axarquía.

El trazado sigue siendo el mismo: dirección este sin mayores complicaciones (aunque, reiteramos, seguramente algún internauta afirmará que esta senda es mucho más complicada de lo que nosotros afirmamos…). Un poco más adelante se cruza sobre el arroyo Granadilla, y observaremos cómo la vegetación del casi totalmente desaparecido cordón dunar se muestra con un mayor número de especies que, ahora, cuando quizás es demasiado tarde, se comienza a proteger y tener en cuenta, aunque tímidamente, claro.

La vegetación de la senda se va recuperando poco a poco. La vegetación de la senda se va recuperando poco a poco.

La vegetación de la senda se va recuperando poco a poco. / malaga.es

Continuamos avanzando hasta alcanzar a ver la torre de Benagalbón poco antes de cruzar el arroyo de Benagalbón que precede al arroyo de Santillán, donde al desaparecido puente ferroviario le ha sustituido el puente peatonal de la Gran Senda, dando paso al término municipal de Vélez Málaga y a otro de los apeaderos del tren litoral, el de Chilches, marcada también por otra torre almenara.

Uno de los puentes de acceso de la zona de Chilches. Uno de los puentes de acceso de la zona de Chilches.

Uno de los puentes de acceso de la zona de Chilches. / malaga.es

A partir de este punto, casi como en el resto, lo recomendable es ir lo más pegado a la orilla, ya que al principio hay un tramo de dunas con tarajes, caminando así por la tierra aplanada del litoral cuando el trazado lo permita: es más seguro y, obviamente, más bonito. Y no olvidemos ser respetuosos con el medio ambiente, por favor.

Y ya que estamos en Vélez-Málaga, también hemos de recordar que es una localidad con muchas cosas que ver y visitar.

La torre de Moya de Vélez. La torre de Moya de Vélez.

La torre de Moya de Vélez. / malaga.es

Unos huertos tradicionales preceden a la playa de Benajarafe, así como la torre de Moya, que marca la mitad de la etapa. El sendero, por su parte, se dirige al ya mencionado peñón de Almayate, cruzando el arroyo de los Íberos. Para ello hay que caminar por su cauce hacia el norte, pasar por debajo de la carretera nacional y salir hacia el este a través de una escollera.

Seguimos rumbo al arroyo Almayate y hacia el Castillo del Marqués, en la playa de Valle-Niza, edificación que data en 1766 y que ha sido reconvertida en una escuela de hostelería.

El Castillo del Marqués es hoy una escuela de hostelería. El Castillo del Marqués es hoy una escuela de hostelería.

El Castillo del Marqués es hoy una escuela de hostelería. / malaga.es

El peñón de Almayate se situaba como baluarte occidental de Vélez-Málaga, un emplazamiento histórico en la ensenada del río Vélez que los fenicios aprovecharon para construir el cercano asentamiento de Los Toscanos que la etapa deja a su izquierda. Y es que pocas zonas agrícolas litorales de Málaga son tan extensas como las vegas del río Vélez ni tan productivas. Su clima mediterráneo subtropical se basa en el cobijo que proporcionan las sierras de Tejeda y Almijara y las del Arco Calizo Central frente a los vientos del norte.

La torre de Manganeta está rodeada de cultivos. La torre de Manganeta está rodeada de cultivos.

La torre de Manganeta está rodeada de cultivos. / malaga.es

Por otra parte, justo en el cruce de Los Toscanos se puede girar hacia el sur para ver la torre de Manganeta. Situada entre cultivos, esta construcción data del siglo XVI y la diferencia entre la costa y su localización evidencian la evolución del nivel del mar y el relleno de la cuenca con sedimentos.

En cuanto cruzamos el río llegamos a la entrada del núcleo de Torre del Mar. La etapa sigue entre parcelas de cultivo de regadío, con el cauce del río a la izquierda, y desde el paraje de la Barranca ya se divisa la capital de la Axarquía. Nuestra referencia será la imagen de la fortaleza de Vélez-Málaga coronando el monte, así como las ya mencionadas moles de Sierra Tejeda y Almijara.

El río Vélez señala el camino a seguir en todos los sentidos. El río Vélez señala el camino a seguir en todos los sentidos.

El río Vélez señala el camino a seguir en todos los sentidos. / malaga.es

Una vez llegado lo que resta es buscar el bar más próximo donde tomar una buena cerveza fresquita, que, como bien sabe Homer Simpson, es causa y a la vez solución de todos los males de la humanidad.

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