Arenas recibe el apoyo del PP y continuará en el Parlamento
La insuficiente victoria del PP cuestiona a su líder, que compromete su futuro inmediato a la "responsabilidad" y será diputado. El heredero puede nombrarse antes de julio.
El PP andaluz está noqueado. Si en el PSOE sus responsables se han henchido en su orgullo ("¿Te lo dije o no te lo dije?"), en el PP aún no encuentran respuestas ("Nadie esperaba esto"). Arenas venció, pero no convenció. Tan estupefactos han quedado los populares que pareció que no iba a haber explicaciones a los resultados, aunque finalmente a media mañana compareció el secretario general del PP-A, Antonio Sanz, aún conmocionado y sin un análisis concreto de lo que había pasado. "Ni es el día ni hay forma de hacer otro balance", reiteró en varias ocasiones.
Sanz se anticipó a las preguntas y zanjó uno de los principales focos de interés de los periodistas: "Javier Arenas se va a quedar en el Parlamento; es el que ha ganado las elecciones y es lógico que siga. Estamos muy orgullosos de su trabajo y su contribución es fundamental para salir antes de la crisis y luchar contra la lacra del desempleo que hoy vive Andalucía". Sanz quiso despejar así las dudas sobre el futuro de Arenas tras su cuarta derrota en las urnas (1994, 1996, 2008, 2012), en esta última ocasión, la más amarga de todas a pesar de ganar en número de votos al PSOE.
Sanz vio suficiente el titular y no quiso confirmar si ese compromiso de Arenas durará los cuatro años de legislatura o si incluso se contempla una quinta oportunidad. "Lo que haga Arenas le corresponde decidirlo a él. Llevo más de 20 años a su lado y seguro que hace lo mejor para el partido. No he tenido tiempo de hablar de esto con él, ni de otras cosas", desvió. ¿Puso el candidato su cargo a disposición del presidente del PP? Sanz lo negó tajante: "En ningún caso. Yo estaba delante cuando conversaron por teléfono y no hubo nada de eso".
A pesar de conseguir 50 escaños, los mejores resultados de su historia, el PP andaluz consiguió 162.947 votos menos con respecto a 2008, creciendo sólo y un millar de votos en la provincia de Jaén, y perdiendo más de 400.000 desde las generales del 20 de noviembre.
Las expectativas habían sido tan altas que los escasos 40.000 votos con los que han superado al PSOE han abierto el debate de si Javier Arenas y otros integrantes de la dirección andaluza han tocado techo. "Hasta aquí hemos llegado", dijo Arenas desde el balcón de la sede el pasado domingo en una frase abierta a la interpretación. El PP, confirmó Sanz, ha iniciado ya el proceso que desembocará en la elección de una nueva dirección. Hasta ahí quiso leer el dirigente popular.
Según el reglamento de organización del partido, el congreso ordinario se realizará en los cuatro meses siguientes de celebrado el Congreso Nacional, que acogió Sevilla a mediados de febrero. Así antes de julio debería haber nueva ejecutiva y heredero de Arenas, aunque a buen seguro serán las circunstancias las que determinen el plazo en que el PP afrontará este proceso. Hasta el momento, ningún dirigente ha abierto el menor retazo de oposición a Arenas, (todos los dirigentes provinciales le manifestaron ayer su apoyo en un almuerzo), aunque varios han invitado a la reflexión. Arenas, que no acudió ayer al comité director, comparece hoy en Córdoba en la reunión del comité ejecutivo del PP andaluz.
Si una incógnita supone el destino de Javier Arenas, menos soluciones aporta el PP para lo que pasó el domingo. Sanz eludió cualquier atisbo de autocrítica y defendió la campaña realizada por su partido. Atacó a Griñán, porque "podría ser presidente sin ganar ninguna elección". Llegó incluso a abrir un proceso de diálogo con las formaciones políticas debido a que ninguna había conseguido mayoría absoluta, pero precisó pronto que esa comunicación se limitó a la "referencia objetiva" de una conversación telefónica de felicitación electoral. El dirigente popular rechazó otras experiencias de pactos entre ambas formaciones en capitales como Córdoba, Jaén y Sevilla.
Sanz subestimó las encuestas (obvió que el PP también presentó algunas internas que le daban mayoría absoluta e incluso absolutísima) y acusó al PSOE "de jugar con el miedo, la demagogia y muchas mentiras. No sé si le habrán dado resultado o no, pero nosotros elegimos el camino de las propuestas". Sanz se manifestó muy satisfecho de la campaña realizada, ante las críticas de que ha sido demasiado plana e incluso excesivamente confiada, con tropiezos como el de negar un debate en Canal Sur.
Sanz vinculó la pérdida de votos a la abstención (37,77%), aunque fijó el compromiso del PP porque siga habiendo elecciones separadas. Sobre el impacto en sus expectativas de las medidas del Gobierno nacional (reforma laboral, subida de impuestos, posibles recortes sociales), Sanz aseguró que el partido se siente "orgulloso de que el Gobierno haya cogido el toro por los cuernos". "España no se puede quedar con los brazos cruzados", apuntó.
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