Y el jeque se convirtió en calabaza

El sueño del Málaga torna en una pesadilla en la que los jugadores están en venta y el club ha de ajustarse a sus ingresos

Redacción / Málaga

05 de agosto 2012 - 05:02

Cuando el pasado 15 de junio de 2012 Abdullah bin Nasser Al-Thani festejaba con todo el malaguismo desde el balcón del Ayuntamiento la consecución del histórico cuarto puesto en Liga, nadie se podía imaginar que, bajo su mandato, el conjunto blanquiazul llegara a la situación de angustia y necesidad que ahora vive.

Alguna evidencia había con las denuncias acumuladas a la hora de cubrir los pagos acordados con otros clubes. Ciertos retrasos con los jugadores, que algunos se encargaron incluso de desmentir públicamente, se acabaron viendo como algo puntual y no muy trascendente. Ninguna voz pública que confirmara las deudas a proveedores y demás empleados sustentaba esta tesis. Nunca las pruebas hicieron que nadie quisiera pensar que el Málaga europeo iba a tener que pasar de la opulencia que se ha disfrutado a la austeridad que ya ha comunicado el propio club que volverá a ser su estandarte.

Habían sido dos temporadas bañadas en la ilusión y en un crecimiento deportivo del equipo nunca antes imaginado, clasificado por primera vez en su historia directamente para disputar una competición europea. La consecuencia fue no querer ver como algo ciertamente real las demandas de Pellegrini de final de campeonato, en las que subrayaba la deficiencia estructural como algo a mejorar urgente. La misma razón por la que Fernando Hierro se despidió el 28 de mayo. Y esa sí resultó la profecía de todo lo que está pasando.

un mandato siempre A distancia

Esta historia, que ha tornado en tan poco espacio de tiempo de la más absoluta de las bellezas en pesadilla en los seguidores blanquiazules, comenzó el pasado 25 de junio de 2010, cuando Abdullah Al-Thani se presentaba ante la afición malaguista. Sus continuadas ausencias son las que definen su periodo en el cargo. Se pueden contar con los dedos de las manos los encuentros en los que el presidente ha ocupado su asiento en el pertinente palco del estadio en el que jugara el equipo. Ante el Real Madrid, en tres ocasiones, Sevilla, Villarreal, Valencia y Getafe, en su único desplazamiento, y Sporting han sido las ocasiones en las que el jeque lo ha visto en directo. Sus "múltiples obligaciones que atender", como aseguran en todo este periodo desde el club, le han impedido vivir más de cerca la actualidad del mismo. "Él está 100% implicado y tomará las principales decisiones. Estará plenamente informado de las gestiones. Hay muchas cosas por hacer, pero las supervisará todas", ya decía Abdullah Ghubn el día de su presentación. Los designios del club los ha llevado desde la distancia.

Una inversión desconocida

La primera cifra que se hizo pública en cuanto se conoció que Al-Thani se hacía con el 95% de las acciones del Málaga era 36 millones de euros. Con ellos se adquiría esa mayoría accionarial, además de incluir la deuda del club, que por entonces estaba en 14,5 millones. Ya se superaba en más de diez el presupuesto del club de la anterior campaña. Con él se ha llegado a una etapa en que la inversión que está realizando resulta desconocida por estos lares. Fuentes del club aseguran que ya ha destinado 180 millones de euros en estas dos temporadas. Las mismas siempre han querido recalcar que más del 40% ha ido destinado al fisco.

En materia de fichajes, que es la que más llama la atención, se ha gastado 84.600.000 euros para conformar la plantilla que ha llevado al Málaga por primera vez de forma directa a Europa. 26 millones fueron para contratar jugadores para su primer proyecto: Sebastián Fernández (3,6), Rondón (3,5), Sandro Silva (2,2), Kris (2), Galatto (1,2) o Malagueño (0,9 millones de euros). Seis futbolistas sin gran nombre y de los que sólo el venezolano ha mejorado su valor en el mercado. En el mercado invernal se completó la cifra con Buonanotte (4,5), Baptista (2,5), Camacho (1,5) y Maresca, que vino gratis. A la llegada de esos tres jugadores se sumaban las cesiones de Demichelis y de Asenjo. La lesión del cancerbero atlético hizo que se redoblara el esfuerzo por traer otro guardameta. Caballero, por el que se pagó un millón de euros, fue el elegido. Esta cifra subiría a más de 30 millones si se tienen en cuenta las indemnizaciones por el despido de Ferreira, su equipo, y otros miembros de la plantilla.

El salto de calidad se dio el pasado verano. El gráfico que acompaña estas líneas desglosa uno por uno lo que se pactó para traer a los diez fichajes que se hicieron el último verano. 55.600.000 euros suma el total invertido, de golpe en la mayoría de los casos. Entre la gratuidad del fichaje de Van Nistelrooy y los 19 millones pagados al contado por Cazorla se escriben las claves de un periodo estival muy activo en los despachos. A ellos hay que incluir los tres millones que se abonaron al Bayern de Múnich para hacer efectiva la opción de compra por Demichelis.

Sólo el Paris Saint Germain, el Barcelona, el Manchester City y la Juventus hicieron mayor desembolso. Pese a lo mareante de todas estas cifras, esta última temporada se vivieron las ya mencionadas situaciones de impagos, poco comprensibles ante la imagen que desprendía el club, gracias a su máximo accionista. Entidades como el Valencia, Villarreal u Osasuna no dudaron en interponer las denuncias correspondientes. Castellonenses y navarros, además de River Plate, las mantienen hoy en día, aunque sean renovadas. Las fuentes del Málaga siempre han querido indicar a las distintas costumbres de los propietarios como la razón por la que ha habido retrasos.

Cambio de rumbo en la parcela deportiva

Muy relacionado con el apartado anterior está el cambio de rumbo que se decidió dar en noviembre de hace dos años, cuando se prescindió de los servicios de Jesualdo Ferreira para traer a un hombre como Manuel Pellegrini, quien en su último destino había batido el récord de puntos en una Liga del Real Madrid.

El chileno también ha vivido momentos altos y bajos en este camino, en el que el jeque finalmente llegó a convencerle de que rubricara el contrato de cinco temporadas que se le había ofrecido en el inicio. Ahora no vive precisamente su mejor tiempo. El pasado jueves un miembro del club se dirigió a él para informarle de que no se le podría seguir abonando el contrato, el más alto de todos los integrantes del equipo. Su tajante respuesta, reflejando que él sólo hablaría este asunto con los propietarios, le ha llevado a una situación en la que se siente defraudado ante los constantes retrasos en las reuniones que debía mantener con Moayad Shatat, el único hombre que a día de hoy tiene el jeque destinado a regir el club. A día de hoy no parece que el enfado del chileno haya menguado.

El nuevo rumbo que ha tomado el Málaga este verano ha tenido en Antonio Fernández el primer protagonista en abandonar el cub en la parcela deportiva. Un miembro del club le espetó al que fuera director deportivo blanquiazul hasta esta semana que no se le podía pagar. Indignado se fue a pedir explicaciones a otro dirigente, que le invitó a tomarse un par de semanas de vacaciones. Ante tal propuesta, el jerezano espetó que, si no contaban con él, la mejor solución era dejarlo.

En el último año se ha pasado del capricho de contratar a Cazorla por 19 millones de euros, más el correspondiente IVA, a tener que venderlo por cuatro menos (operación aún no cerrada oficialmente) y dejar escapar todas las opciones que estaban apalabradas. Entre ellas se encuentran los casos de Michu (el asturiano finalmente recaló en el Swansea por dos millones de euros) o Negredo, con quien como publicó este diario, existía un principio de acuerdo. Ahora hay que pensar en que los refuerzos serán futbolistas cedidos o fichajes a un costo muy bajo.

Inestabilidad en el organigrama

Muchas variaciones ha ido sufriendo el organigrama directivo del Málaga en estas dos temporadas en las que el jeque es su presidente. Nada más arrancar la primera, Jasmeen Al Sahoud, la entonces directora general, y Javier Amantegui, vicesecretario del Consejo de Administración, abandonaron la entidad. Los órganos de decisión quedaron reducidos en las figuras de Abdullah Ghubn y José Carlos Pérez en primera instancia, pues siempre Al-Thani ha tenido la última palabra. Poco a poco se fueron incorporando los Jesús Nuño, Manolo Novo, Antonio Fernández y Vicente Casado, encargados de dirigir diversas parcelas. Pero quien llegó desde el principio para tomar decisiones fue Fernando Hierro. Junto a Ghubn y Pérez formaba el triunvirato de máxima confianza del jeque en Málaga. El vicepresidente se fue alejando cada vez más del día a día en persona. De hecho, en los últimos meses sólo ha aparecido en dos ocasiones, de forma casi fugaz, por Málaga. La primera, en diciembre. La última vez que estuvo en la ciudad concedió una conferencia de prensa en la que con su discurso altivo se ganó a las masas y ahora le ha esclavizado.

Tras la lamentable pérdida del consejero consultivo, quedaba un vacío en cuanto a una figura con peso en el quehacer diario de la entidad, pues su dedicación había sido total. Ese lugar lo pasó a ocupar Fernando Hierro, quien ejercía el papel de hombre fuerte en España del club. Con su salida por su "discrepancia en la gestión", la entidad se vio abocada a un vacío de poder que ha degenerado en que el director de Desarrollo, Vicente Casado, y el de Comunicación, Víctor Varela, pasaran a ser los interlocutores de la entidad. Una incomprensible posición que, pese a la llegada de Moayat Shatat, han ejercido y ejercen durante todo este verano. El primero de ellos fue el encargado de negociar la posible venta del club con el abogado Roberto Rodríguez Casas y el intermediario Fernando Martínez, que, al menos de momento, no parece haber cuajado.

En el Debe y en el Haber de Al-Thani

Muchos han sido los datos positivos que deja Al-Thani de estas dos temporadas. El primero de todos, aunque ahora parece convertido en incertidumbre, es la ilusión que ha llegado a generar en una afición acostumbrada a ver a su equipo pelear por cotas inferiores. En cuanto a estructuras, ahí están los arreglos del estadio Ciudad de Málaga, a coste cero para el Ayuntamiento, y la remodelación de La Rosaleda, perteneciendo a las tres instituciones. Llenar el estadio de abonados, la mejor temporada de la historia y propulsar la marca Málaga a nivel global se engloban entre sus méritos.

En el debe está la situación de crisis institucional que vive la entidad. Toda producto de una como mínimo peculiar gestión. La deuda reconocida, confirmada desde distintas fuentes del Málaga, además de los negociadores en la venta, es de 76 millones, 62 más de la que teía el Málaga cuando Al-Thani lo adquirió. Que se conozca, 20 son con los jugadores, 5,5 a Villarreal, Osasuna y River, y 14 a Hacienda.

la afición es la que más lo está sufriendo

La aparición de Al-Thani en el palco de La Rosaleda ante el Valencia provocó una de las ovaciones más sonoras vividas. El público se puso en pie para recibir a su líder, al que demostró adoración. Incluso le dedicó cánticos. Hoy, la falta de claridad del club en su política informativa mantiene en vilo a una afición que se las prometía realmente felices y que había acudido en masa a la campaña de abonados. Y es que, sin duda, son los seguidores malaguistas, a los que hasta está quitando el sueño la crisis institucional de su equipo, quienes peor lo están llevando. Para algunos, no todos, el jeque se ha convertido en calabaza.

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