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Parar a Hackett es la obsesión defensiva

  • Por las manos del italoamericano, baja en los dos últimos partidos, pasa el juego del Siena

Daniel Hackett está en pista una media de 34 minutos y 11 segundos por partido en la Euroliga. No hay jugador en la competición que permanezca más tiempo sobre el parqué que él. Probablemente no haya otro equipo que dependa tanto en su forma de jugar de un protagonista como el Montepaschi del base-escolta italiano.

Daniel Lorenzo Hackett cumple mañana justamente, el día del partido, 26 años. Hijo de Rudy, ex jugador profesional que hiciera carrera en el mítico Pallacanestro de los 80, y una italiana nació en Forlimpopoli, creció en Pesaro y estudió en el instituto (St. John Bosco of Bellflowey) y la universidad (South Carolina) en Estados Unidos. Con 22 años, regresó a su país, al Benetton, justamente a las órdenes de Jasmin Repesa. Dos años en Pesaro fueron el preludio de su salto al campeón italiano, donde cumple su segunda y última temporada. Hay quien vaticina que si el Montepaschi queda apeado del Top 16 emigrará ya. Ettore Messina le seduce desde Moscú. Y no es el único.

Hackett no ha jugado en los dos últimos partidos, ni en El Pireo ni ante Roma en la Lega, por un golpe en la cadera, que tenía inflamada. Ayer se entrenó con suavidad en la sesión vespertina de trabajo a las órdenes de Marco Crespi. Dentro de la clásica partida de póker, desde Siena no se asegura de manera tajante su participación. Pero el Unicaja trabaja como si jugara. 14.3 puntos, 5.8 asistencias, 4.5 rebotes y 20.6 de valoración más la batuta del partido desde su 1.99. Así se refiere a él la plantilla cajista. "Tienen un jugador que marca la diferencia, el tempo del partido, es lo que debemos parar", dice Suárez. "Hackett dirige como él quería. Cuando quería correr lo hacía, pero más que nada controlaba, es importante no dejarle que domine", refiere Vázquez. "Amasa mucho balón. Le gusta más controlar que correr, todos los balones pasan por su mano. Hay que defenderle bien, es clave. Los pivots tenemos esas defensas agresivas saltando de lejos, pero los cinco en pista influimos para pararle. Frenarle es la clave", remata Hettsheimeir.

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