Era el momento. Quizás no había más motivos que en otras ocasiones. Pero el Antequera se reencontró ayer consigo mismo. Jahns se erigió en el gran goleador desde larga distancia, Vico en el matador desde el extremo, Vega en el canalizador del juego, Xavi Pérez fue un muro infranqueable y Bustos y Juanan pusieron su empeño y su talento. Todo funcionó y el Antequera consiguió de nuevo dos puntos (algo que no hacía desde que venció en la cancha del Almería hace ya demasiadas semanas) y toma moral para su próxima participación en la Copa del Rey en Zaragoza.

Porque en la Liga ya no tienen nada que decir, sólo buscar una mejor clasificación y maquillar una casi desastrosa segunda vuelta que se ha quedado sin consecuencias gracias a su espectacular inicio de campeonato.

Tampoco el Teucro ofreció ayer gran resistencia. Prácticamente con la permanencia en el bolsillo, los gallegos llegaron a Antequera sin hacer mucho ruido. Y no lo hicieron. Los locales consiguieron pronto encarrilar la situación y los visitantes tan sólo aportaron al envite una intermitente lucha y el talento y goles de Curivija. Pero su calidad queda lejos de la antequerana, a pesar de situarse cerca en la tabla clasificatoria.

Además, hubo un detalle para la esperanza en el partido: el juvenil Luisfe Martínez -que entró en la convocatoria en el sitio de Rune Ohm por decisión técnica- consiguió su primer gol para cerrar la cuenta antequerana. El equipo coge alas para enfrentarse al gigante: Ciudad Real aguarda.