Málaga

El maltratador del Balcón de Europa confiesa el asesinato y pide perdón

  • El acusado, condenado antes a no acercarse a la mujer, reconoce que cogió un cuchillo en su casa, acechó a la víctima cerca de su trabajo y la apuñaló varias veces

Hicham Bellaster admitió ayer uno por uno los hechos y delitos que le atribuye la Fiscalía de Violencia a la Mujer. Ante el tribunal que le juzga por asesinato, quebrantamiento de condena, amenazas y maltrato habitual, confesó que el 28 de agosto de 2008 por la mañana se hizo en su casa con un cuchillo de 17 centímetros de hoja con la intención de matar a Cecilia, su expareja. Incluso antes de cometerse el crimen, llamó a un amigo y le contó su pretensión: "Esto se ha acabado, la voy a matar". A preguntas del Ministerio Público respondió que esperó a la mujer en una discoteca del Balcón de Europa, próxima a la cafetería en la que trabajaba, y que cuando la vio le asestó varias puñaladas. No precisó cuántas porque en aquel momento "estaba en blanco", pero recordó que después le habían contado que fueron 18. La mujer sufrió heridas en los brazos, pecho, abdomen y espalda que le costaron la vida en apenas unos minutos.

El acusado justo al tiempo que reconoció el crimen pidió disculpas "a la familia, el Estado y la sociedad" y especialmente "al padre" por el dolor causado. La muerte de Cecilia, de 25 años, fue posible a pesar de que contaba con un dispositivo de seguridad que incluía escolta policial en sus desplazamientos entre su domicilio y su trabajo y a pesar de que Hicham tenía una condena firme de seis meses de prisión y dos años de alejamiento de ella por maltrato y aquella misma noche había sido buscado sin éxito por la Policía Local de Nerja y la Guardia Civil para detenerlo otra vez por maltrato y amenazas.

Acusado y víctima habían mantenido una relación sentimental en 2004 y 2007. La Fiscalía sostiene que "desde el comienzo de la convivencia sometió a su compañera a malos tratos físicos y psíquicos y constantes aptitudes vejatorias hacia su persona". El 31 de julio de 2007 Cecilia lo denunció, sin embargo, cuando llegaron a juicio retiró la denuncia y él fue absuelto. Este es un comportamiento prototípico de la violencia machista, que justifica que el 60% de los procedimientos concluya con la absolución de los imputados. El 30 de agosto de 2007, un mes después, volvió a denunciarlo después de que la abordara una noche en una discoteca y tratara de asfixiarla con su cinturón. Entonces fue condenado a seis meses de cárcel y se le impuso la orden de alejamiento.

Cecilia, según la Fiscalía, "no quería reanudar su relación sentimental, teniendo ya la condición legal de víctima de violencia de género, pero el acusado la mantenía en un clima de profundo hostigamiento, sometimiento y temor al mantener constantes llamadas y requerimientos para verse con ella". En ese ambiente de presión, la mujer accedió a retomar el noviazgo en octubre de 2007, hasta que en agosto de 2008 decidió ponerle fin. Las llamadas y las amenazas siguieron. En una ocasión la golpeó en la cara e intentó ahogarla, otra vez, y aunque lo tenía prohibido, se acercó a ella en la playa para borrarle los mensajes intimidatorios que le había mandado al móvil y volver a amenazarla.

Estos hechos dieron lugar a que el 1 de setiembre de 2008 un juzgado ordenara la detención del acusado, aunque 27 días después aún no había sido localizado, lo que le permitió acabar con la vida de la víctima. Se volvieron a repetir las denuncias y las amenazas y el día antes de su muerte, Cecilia recibió otra llamada en la que, entre otras cosas, le predijo. "Te voy a matar". "Te voy a mandar a tu país en un ataúd". La Fiscalía de Violencia a la Mujer le reclama en su escrito de acusación provisional 26 años y nueve meses de prisión, así como una indemnización de 300.000 euros para los familiares de la víctima, aunque está aún por determinar si mantendrá esta petición de condena al término de la vista oral, dado que ha reconocido el crimen.

De hecho, el abogado de la acusación particular admitió ayer que de facto existe un acuerdo entre la defensa y las acusaciones que pasa porque el procesado muestre su conformidad con el relato de hechos formulado por el Ministerio Público, aunque en todo caso la vista oral se celebrará conforme a lo previsto, puesto que al tratarse de un sumario y no de un procedimiento abreviado la causa no se puede cerrar con un pacto que evite la celebración del juicio. La vista oral seguirá con la declaración de nuevos testigos el próximo 8 de noviembre.

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