Fue una concentración sin precedentes en Málaga. Ayer, ante la puerta de Urgencias del Hospital Civil, protestaron los investigadores. Denunciaban que los recortes están hundiendo una actividad clave para el desarrollo económico del país y para la salud de todos. "Trabajamos para mejorar la salud de todo el mundo si no, la ciencia no avanza" esgrimía Sara García, una de las manifestantes.

Biólogos, farmacéuticos, enfermeros, técnicos de laboratorio, administrativos y médicos dejaron por un rato sus experimentos para alzar la voz. Paqui Fernández -bióloga y madre de una niña- reprochaba "la falta de reconocimiento brutal" que hay hacia la investigación. Ha trabajado en Estados Unidos, Inglaterra y Escocia. Ahora le quedan dos años de contrato en Málaga. Investiga las propiedades del aceite de oliva en la alimentación, una labor de repercusión tanto endocrinológica como económica. "Si cuando acabe el contrato me sale algo decente, me quedaré. Pero de lo contrario, me iré. Ya estuve con mi niña en Estados Unidos. Llevo 14 años estudiando y después de tanto tiempo lo que hay es la puerta grande para irnos", lamentaba.

En las escalinatas de las Urgencias, Carlos López leyó un manifiesto en el que se denunciaba que desde 2009 el recorte acumulado en la financiación pública de I+D+i es de un 39%, que hay ayudas que se resuelven con casi un año de retraso, que contratos como los Ramón y Cajal, Juan de la Cierva o Torres Quevedo no solo se demoran sino que se reducen y que el 90% de las jubilaciones no se cubren. Allí estaba también José Luis Rodríguez, técnico de laboratorio y padre de dos niños. Investiga en alergias. Tiene 16 años de experiencia y su contrato acaba a finales de enero. Después de una trayectoria tan dilatada, las opciones que le quedan son una contratación al 50% o el paro.

"Es una vergüenza. Se desaprovecha a profesionales formados. Se debería apoyar la investigación y no dejar que estas personas se vayan", reclamaba Sara. A continuación enumeraba nombres de compañeros que ya se han marchado a Estados Unidos, Holanda, Alemania, Suecia... "Investigación hoy = Salud mañana", rezaba una pancarta. Más acostumbrados al trabajo de laboratorio que a la reivindicación callejera, no corearon consignas; aunque dejaron muy clara su advertencia de que la situación de la investigación es crítica. "De no cambiarse esta política, el daño a nuestro sistema público de I+D+i será irreparable, destruyendo lo construido durante años, dejando sin trabajo y sin expectativas a miles de jóvenes investigadores y afectando seriamente a la economía española", resumía el manifiesto.

Allí estaba Rocío Herrera, enfermera, que investiga la alergia a medicamentos y cómo aportar soluciones a la rinitis. También se manifestaba Margarita Suardíaz, bióloga, que trata de encontrar remedios para la esclerosis múltiple.

La mayor parte de los investigadores de la fotografía, pese a estar luchando por hacer descubrimientos que mejoren la asistencia sanitaria del mañana, son científicos nimileuristas. Es más, muchos no tendrán paga de Navidad ni salario de diciembre. Debido a que el Ministerio de Economía ha decidido a última hora que a ellos también se les quite la paga extraordinaria y como muchos la tienen prorrateada, ahora deben devolverla en el sueldo de este mes. "Yo no cobro este mes. ¿Este mes que le doy a mi niña de comer?", protestaba Paqui.

Margarita apoyaba su crítica: "Nos quitan la paga. Pero nosotros no somos funcionarios, no tenemos la plaza fija; se nos puede acabar el proyecto en 15 días. No tenemos los beneficios de los funcionarios, pero nos aplican los recortes de los funcionarios".