A Irene López no le gustaban mucho las Matemáticas y se apuntó al programa Andalucía Profundiza hace dos años para intentar buscar "el lado divertido". Y lo encontró. Con la papiroflexia aprendió geometría. El segundo año continuó con el control de calidad de alimentos y "eso me ayudó a comprender la Química, a meterme en un laboratorio, la experiencia fue muy positiva", dice esta alumna de 4º de ESO en el IES Politécnico Jesús Marín. Como ella, este año más de 600 escolares malagueños amplían sus conocimientos científicos en horario extraescolar.

En 24 colegios e institutos de toda la provincia los docentes realizan proyectos durante las tardes o en fines de semana para potenciar en sus escolares el interés por la innovación y por la investigación, "convirtiéndolos en agentes activos de la construcción de su aprendizaje", explican desde la Delegación provincial de Educación. Este programa está dirigido a segundo y tercer ciclo de Primaria y a Educación Secundaria y en él se profundizará sobre temáticas de diferentes ámbitos del currículum y desde otras perspectivas más activas.

El programa acaba de comenzar a principios de marzo y se extenderá hasta el mes de mayo. Se compone de ocho sesiones de tres horas cada una. En el IES Politécnico Jesús Marín se imparten tres programas, uno de robótica, guiado por el profesor Enrique Norro, otro de informática con Carlos Piri y el tercero, el de Física y Química que realizará los sábados por la mañana el profesor Jesús Girón.

"Nuestro currículum está bastante encorsetado, deberían prestar más atención a la aplicación práctica porque los alumnos se quejan de que no encuentran el sentido a lo que les enseñamos", considera este docente. Precisamente, trasladar a la vida real conocimientos de física y química es el objetivo de su programa de control de calidad de alimentos.

"Los contenidos de Profundiza no tienen que estar relacionados con la materia que se imparte en clase, son proyectos libres pensados por el profesorado, aunque guarden cierta relación con las asignaturas", explica Jesús Girón, que añade que "les enseño el concepto químico a través de la aplicación, en clase tenemos poco tiempo para hacerlo así, para bajar al laboratorio y hacer estas cosas". Alejandro Hinojosa y Carlos González estarán con el profesor en su proyecto. A ambos les gusta la ciencia y piensan que es una manera de avanzar y ampliar sus conocimientos. Saben que, aunque tengan que volver al centro los sábados, será provechoso para ellos. "Los chicos que participan tienen que tener un interés alto y un buen rendimiento académico, pedimos implicación máxima y que tengan el mismo patrón de comportamiento, el mismo interés", comenta Jesús Girón.

Este docente tiene planificadas dos visitas, una de ellas al grupo Siro, que es el que realiza toda la pastelería y bollería de Mercadona. "Tengo un master en tecnología y control de alimentos y oro en biología celular y molecular, trabajé como técnico de control de calidad y cuando pasé a la enseñanza, creí que era una buena oportunidad trasladar al aula la realidad de la calle", indica el docente. Cree, además, que si puede implantar en sus alumnos el gusanillo por la investigación y fomentar el conocimiento de actividades profesionales en relación a ella, les está abriendo el campo de su futuro laboral.

"El objetivo es que adquieran competencias básicas, que puedan resolver situaciones de la vida real poniendo en práctica sus conocimientos, habilidades, herramientas y actitudes", considera Jesús Girón, que apunta en su programa participarán unos 15 alumnos, que también tomarán muestras para hacer análisis bacteriológicos. El programa lleva una "pequeña compensación económica" pero aseguran los participantes que se hace "por vocación, por estar implicado en un proyecto bastante bonito". Según Educación, se ha producido un incremento importante de participantes este año.