Málaga

Parcelaciones ilegales en Churriana llevaron al alijo de armas de Rincón

  • El detenido con el alijo negoció y firmó un convenio con el Ayuntamiento para la finca El Albaricocal

Una denuncia vecinal por parcelaciones ilegales puso a la Guardia Civil hace más de un año sobre la pista de una investigación que posteriormente se amplió al tráfico de drogas y luego a la tenencia ilegal de armas, después de que descubrieran en Rincón de la Victoria un gran arsenal, en el que figuraban hasta obuses.

Las primeras pesquisas del Seprona condujeron a la Gerencia de Urbanismo de Málaga, donde fueron detenidos en mayo de este año dos inspectores, que junto a un policía local de la capital, son sospechosos de connivencia con los parcelistas ilegales. Los tres quedaron en libertad tras prestar declaración ante la Guardia Civil y el juez instructor.

A partir de ahí se constató que uno de los principales parcelistas, con expedientes disciplinarios a sus espaldas, había suscrito un convenio con el Ayuntamiento en 2012, tal y como informó ayer La Opinión de Málaga. En el convenio figura como titular de los suelos el ciudadano de origen finlandés Ricardo H., cuya familia llegó a la Costa del Sol hace décadas y que desde los años 80 ha sido propietaria de los suelos conocidos como El Albaricocal. Originariamente, la finca comprendía gran parte de la sierra de Churriana que ha sido objeto de parcelaciones ilegales durante las últimas décadas.

No obstante, el acuerdo urbanístico con el Ayuntamiento de Málaga lo firmó Luis Andrés F., detenido e ingresado en prisión preventiva por su relación con las armas intervenidas en esta operación, bautizada por la Guardia Civil como Yedra.

El suelo de El Albaricocal ha figurado históricamente sujeto al plan de protección del medio físico, hasta que el plan de ordenación de la aglomeración urbana de Málaga (Potaum) lo desclasificó en su mayor parte. La familia finlandesa propietaria de la finca exigió al Ayuntamiento que adaptara el plan general de ordenación urbana (PGOU) a esa nueva situación normativa. Entonces tuvo lugar un primer acuerdo por el que el Ayuntamiento permitía edificar sobre 18.000 metros ubicados junto a la carretera, con la condición de que cediera los 350.000 restantes al municipio.

La Junta de Andalucía puso objeciones a los términos del acuerdo. Subrayó que había 56.000 metros que sí seguían sujetos a protección ambiental. Para eliminar este obstáculo Luis Andrés F., formalmente como representante de Ricardo H. y los propietarios del suelo, firmó con el Ayuntamiento el convenio que contempla expresamente la cesión de los 56.000 metros de suelo protegido en la Sierra de Mijas. En cualquier caso, el municipio todavía no ha recibido ni el suelo acordado previamente con la propiedad, ni el que luego formó parte del convenio puesto que los titulares del terreno ni siquiera han llegado a presentar hasta el momento el plan de desarrollo de la zona.

A medida que la investigación de la Guardia Civil ha trascendido la cuestión urbanística para ampliarse al tráfico de drogas y armas el equipo inicial del Seprona se ha reforzado con expertos de otros grupos, y el asunto ha pasado también a manos de la Fiscalía Anticorrupción y el Crimen Organizado.

El alcalde de la ciudad, Francisco de la Torre, defendió ayer a capa y espada la transparencia y legalidad del convenio firmado en los suelos de El Albaricocal. Indicó que únicamente se hizo "para cumplir lo que la Junta decía. El convenio se hizo porque la Junta obligaba".

De la Torre hizo hincapié en que el resultado es el mismo antes y después del acuerdo urbanístico: 18.000 metros urbanizables junto a la carretera y el resto zona verde, con la única diferencia de que 56.000 metros de los 350.000 que se ceden están protegidos.

De acuerdo con el discurso del alcalde, el Ayuntamiento lo único que hizo fue defender ese suelo y su destino. Por esa razón, lo único que se permitía era edificar en una parcela reducida y con uso hotelero "que siempre es una actividad más productiva que la meramente residencial o urbanizadora. De la Torre insistió en que no se puede buscar ni encontrar nada extraño ni sospechoso detrás delconvenio.

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