No quiso ser especialmente agresivo el consejero de Fomento, Felipe López, en su primera visita a Málaga. Optó más bien por la prudencia y por contemporizar. Será en la reunión que se celebrará el próximo 9 de septiembre con el Ayuntamiento (asunto que abordó el pasado miércoles telefónicamente con el alcalde) cuando, avanzó, se abordarán las muchas cuestiones pendientes, por ejemplo, en materia de financiación. No dijo ni sí ni no cuando se le interpeló por los 32 millones de euros que habría de haber aportado años atrás el Consistorio por su parte de la factura de la construcción del suburbano, ni sobre si exigirá al equipo de gobierno del PP que haga frente a las obligaciones en la explotación del ferrocarril urbano, que, anualmente, va a rondar los 70 millones de euros hasta el año 2042. Lo que sí hizo fue poner sobre la mesa la necesidad de cumplir lo que se pacta. "Cuando se pactan relaciones, compromisos, contratos entre las instituciones, al final cada una de las partes tiene que ser lo más rigurosa posible para cumplir lo pactado, con la mayor flexibilidad posible", dijo López, quien insistió en este mensaje, confiando en que "no haya ninguna dificultad" en este punto. El peso de esta aportación no es baladí, dado que, de acuerdo con el convenio original del suburbano, que data del año 2003, el Consistorio ha de abonar el 25% de los costes de explotación y mantenimiento, quedando el 75% restante en manos de la Junta. Este reparto viene siendo puesto en duda por el alcalde, Francisco de la Torre, desde hace años, amparándose en las numerosas modificaciones introducidas en el proyecto, sin participación municipal, lo que ha derivado en un sustancial aumento de los costes. Según los datos de Fomento, de media, habrán de aportarse unos 70 millones anuales hasta 2042. El consejero, que eludió poner fecha al arranque de los trabajos en la Alameda, confió, eso sí, en la "lealtad y cooperación" del Consistorio.