Tiempo Un frente podría traer lluvias a Málaga en los próximos días

Málaga

Al estilo de los mejores verdiales

  • Ni el barro ni la lluvia impiden la celebración de la Fiesta Mayor de esta música tradicional malagueña

Ya sea al estilo Comares, al de Los Montes o al de Almogía, para los profanos los verdiales son siempre iguales. Pero ayer muchos de ellos se unieron a los entendidos para disfrutar de una especial jornada en la 47 edición de la Fiesta Mayor de los verdiales que se celebró en la explanada de la venta San Cayetano, en la barriada de Puerto de la Torre. Allí se dieron cita hasta 3.000 personas -a pesar de la lluvia que lo embarró todo- para ver las actuaciones de las 28 agrupaciones que acudían al concurso.

Multitud de curiosos y expertos se acercaron así a una de las tradiciones más antiguas, sentidas y propias de Málaga. "Aunque en realidad no es de toda la provincia, sino que está enraizada en el área metropolitana de la capital, pero en el sentido más rural del término", explicaba el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, que estuvo acompañado de concejales como Manuel Díaz Guirado, Miguel Briones, Purificación Pineda o Teresa Porras, además de ediles de la oposición como el socialista Rafael Fuentes. Al alcalde le tocó ayer hacer de alcalde -así se denomina al director del grupo- en la panda que, curiosamente, tiene su mismo nombre: De la Torre, cuyo máximo responsable en realidad es Miguel Torres.

Los que sí sabían distinguir los estilos eran los miembros del jurado, que tenían que valorar las tres luchas -lo que sería una canción en un grupo musical- del repertorio de cada panda verdialera en el escenario, donde se sucedieron bailes de bandera, por parejas y trenzaíllos. "Nosotros nos fijamos en el vestuario, en si hay algún fallo, en cómo cantan, en los bailes o si falta algún detalle de los que dicta la federación de verdiales", explicaba Antonio Jiménez, uno de los jueces.

Pero ayer, probablemente, disfrutaron más los que no sabían ni los nombres de los instrumentos presentes en las bandas. Porque mientras una panda participaba oficialmente en la carpa instalada para el evento, varias más ensayaban e improvisaban en el barrizal que se convirtió ayer la explanada. Viejos (y no tan viejos) amigos de los alcaldes se sucedían en las luchas, mientras los callos, la paella, el lomo adobado y decenas de botellas de vino dulce eran degustadas por visitantes y participantes al ritmo frenético de panderos, platillos, castañuelas o violín.

El alcalde auguró ayer un gran futuro a esta música folclórica por dos motivos. Una, el futuro Parque de los Verdiales, aún pendiente del PGOU y de la finalización de las obras de la hiperronda y la Autopista de las Pedrizas. Otra, que en las 21 escuelas que hay en Málaga aprenden verdiales más de 1.200 alumnos. Le sumamos otra más: siempre habrá artistas como Enrique Morente que introduzcan músicas con sus verdiales en sus discos -en este caso Pablo de Málaga- para homenajearlas y, de paso, perpetuarlas para siempre. Aunque sus oyentes no sepan diferenciar los estilos verdialeros.

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