El pasado 27 de mayo se celebró el Día Mundial de la Esclerosis Múltiple y los afectados por esa enfermedad volvieron a plantear una reivindicación histórica: que en los centros de salud se les ofrezca rehabilitación para ralentizar el avance de sus devastadores efectos. Los pacientes tienen la atención sanitaria y de fármacos cubierta, pero no el derecho a recibir rehabilitación, salvo en los días en que presentan un brote.

La demanda de los afectados es que el sistema sanitario público prevea la fisioterapia de forma sistemática para el colectivo, ya que es una enfermedad neurogenerativa grave que puede llegar a postrarlos en una silla de ruedas. Según el presidente de la Asociación de Esclerosis Múltiple, Baltasar del Moral, si se aprobara esta prestación podrían beneficiarse todos los enfermos de la provincia.

En la actualidad, esta organización dispone de un gimnasio que apenas puede dar tratamiento a un centenar de afectados, cuando hay alrededor de mil. Esa sala únicamente ofrece atención para los pacientes de Málaga capital y los municipios más cercanos, que son recogidos con una furgoneta de la asociación. "Pero en los pueblos no hay ningún recurso, no hay nada", lamenta De Moral.

La asociación recibe subvenciones para pagar a dos fisioterapeutas. Pero como las ayudas no le alcanzan, tiene que organizar rifas y rastrillos para recaudar el dinero que le falta. También cuenta con el apoyo de un profesional que va a domicilio y que lo sufraga la Junta, pero que trabaja nueve meses al año; de octubre a junio. "En verano se corta esta atención, cuando para nosotros es la peor estación del año", apunta el presidente. Debido al calor, es cuando sufren más brotes. Del Moral denuncia que tiene lista de espera para rehabilitación, pero de momento no hay sitio para más pacientes.

La esclerosis múltiples es una enfermedad en la que el cuerpo se ataca a sí mismo. No se sabe por qué, destruye la envoltura (la mielina) de los nervios que llevan y traer la información que nos permite caminar, ver, hablar o comer. Así, va destruyendo la función correspondiente al nervio que ataca.