Málaga

Sobredosis de proyectos

  • Expertos destacan el "excesivo" número de acciones planteadas en el II Plan Estratégico de Málaga y hablan de que la "crisis de relaciones institucionales" dificulta su desarrollo

Dice el refrán que quien mucho abarca poco aprieta. Y eso es lo que parece que le está ocurriendo justamente al II Plan Estratégico de Málaga, que con el afán de concebir, diseñar y pensar en las necesidades presentes y futuras de la capital de la Costa del Sol y su entorno metropolitano ha acabado por poner sobre la mesa muchos más proyectos de los que realmente factibles. Más aún en un periodo de carestía económica. Sobre ello incidió ayer el urbanista Damián Quero, integrante del grupo de trabajo encargado de revisar el estado del documento, para el que los responsables del proyecto, representados en la Fundación Ciedes, quisieron "ir muy a por todas".

"El plan tiene exceso de acciones y hay que concentrarse en aquellas con más eficacia", señaló Quero, una tarea en la que ahora toca centrarse, más aún ante la metamorfosis sufrida en el contexto económico desde mediados de 2006, momento de gestación del plan. Es por ello que el también redactor de todos y cada uno de los PGOU en la historia democrática de la ciudad subrayó la necesidad de hacer un "reciclado" en su contenido y buscar una salida "más selectiva, más armada" al documento, ya que el momento actual "ni pasa por la continuidad del ladrillo ni por la economía sostenible".

En su análisis, Quero, que participó en la exposición del foro ciudadano Málaga, ciudad litoral y revitalización urbana junto al ingeniero José Alba, apostó por una planificación "a medio plazo" de los proyectos y por "girar el timón" y pasar de "una economía turística-inmobiliaria a una turística de servicios avanzados". Todo ello con un objetivo: "reforzar" la imagen de Málaga como capital de la Costa del Sol. Sobre esta transformación del modelo de crecimiento, el urbanista fue contundente: "Quien se quede apalancado en la industria del ladrillo estará en declive antes o después".

En la misma línea se pronunció Alba, uno de los mayores expertos en materia de infraestructuras de la provincia, que destacó la incidencia que la crisis tiene sobre el plan estratégico, que puso en valor como una herramienta adecuada para generar "estados de opinión" que permitan impulsar proyectos concretos, como ocurriera en su día con el AVE Málaga-Madrid. A pesar de ello, señaló que Málaga afronta esta situación "con un salto cuantitativo y cualitativo" dada la actual disposición de infraestructuras y equipamientos. Asimismo, destacó la necesidad de que Málaga "refuerce" su papel en Andalucía, pero no esperando que la solución caiga "del cielo administrativo".

Pero más allá de la carestía económica, los ponentes pusieron de relieve una segunda traba que dificulta el desarrollo de los proyectos pensados: la confrontación entre administraciones. Alba puso como ejemplo de ello la solución al Guadalmedina y consideró que mientras este proyecto "se plantee de una esfera administrativa frente a otra no saldrá adelante".

En este punto, destaca la aportación de la asesoría externa de la que dispone el II Plan Estratégico de Málaga, correspondiente a la empresa Naider. Su responsable, Iñaki Barredo, profundizó en esta idea. "Detectamos una cierta crisis de relaciones institucionales que dificulta la gestión de los proyectos", manifestó. Al tiempo, dados los condicionantes económicos, apostó por "hacer las cosas posibles, pensar en cosas sencillas y fáciles de poner en marcha", como "aprovechar" el capital social de la ciudad y "poner en valor" aquellas infraestructuras que ya son realidad.

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