Cultura

Cerco malagueño a Blayney

  • El historiador Manuel Moreno rescata las memorias del general inglés que fue apresado por los franceses en Fuengirola en 1810 y que recogió en su obra el cruento desarrollo de la Guerra de la Independencia

El historiador Manuel Moreno Alonso, especialista en el periodo napoleónico y biógrafo de José Bonaparte, ha preparado la edición de las memorias del general inglés Andrew-Thomas Blayney, apresado por los franceses en Fuengirola y que, como preso, recorrió toda la España ocupada de sur a norte en 1810. En el bicentenario de los hechos que relata, España en 1810. Memorias de un prisionero de guerra inglés (Renacimiento) es el título de este libro que en su época alcanzó una enorme popularidad, ya que, según sus editores, "no deja de ser un tipo de libro de viajes y de aventuras en el que se encuentran interesantes observaciones sobre España y los españoles durante la guerra". Estas observaciones no se ven libres del tópico, como señala en esta edición Moreno Alonso, al referirse a cómo el general inglés, cuyo "mediano conocimiento de la lengua española le permitió captar en directo aspectos y detalles de los españoles que le dan a su relato una indudable autenticidad", creyó que las tropas españolas no combatían los domingos.

Blayney describe la acción de Fuengirola, en la que cayó prisionero y en la que, entre los días 12 y 15 de octubre de 1810, una pequeña guarnición de polacos, a las órdenes de los franceses, contuvo a un ejército hispano-luso-germano-británico mucho mayor al mando del propio Blayney. El general inglés describe el sitio de Cádiz tras la caída de Sevilla en manos francesas en enero de 1810, cuenta cómo campesinos armados hicieron retroceder a las águilas napoleónicas en la Serranía de Ronda y el "gran descontento" de la ciudad de Málaga tras ser ocupada por los franceses. Igualmente detecta Blayney la desconfianza que los ingleses suscitaban entre los españoles, hasta el punto de que en Ceuta quitaron todos los cañones de la ciudadela en que se alojaron las tropas británicas, y llega a sorprenderse del patriotismo de los españoles, que hacen la guerra al francés "sin que tengan la esperanza ni el deseo de una recompensa pecuniaria".

El general recoge observaciones de docenas de pueblos y ciudades pero, según Moreno Alonso, su silencio es "intencionado" cuando pasa por Bailén y no dice ni una palabra sobre la famosa batalla, tan sólo que se trata de "un pueblo poco importante, situado a unas cuantas leguas de Andújar". Precisamente en el municipio jiennense describe con detalle cómo el general francés del que es prisionero le invita a su mesa, fuman juntos un puro y hablan de mujeres para, como hombres entendidos, llegar a la conclusión de que las españolas son más bellas que las francesas. Blayney consigna observaciones sobre lugares pintorescos, sobre "la vanidad de los franceses", los bandoleros, los quintos y hasta la expectación generada por la exhibición de los prisioneros, no pocas de ellas marcadas por la ironía y el humor.

Undécimo barón de Blayney (1770-1834), aristócrata protestante, Adrew-Thomas entró en el ejército británico en los tiempos de la Revolución Francesa, cuando era poco más que un niño, para luchar en Roma contra los franceses, en Centroeuropa lo hizo a las órdenes del general ruso Suvaroff y sirvió a las de Nelson por todo el Mediterráneo, desde Menorca a Egipto, además de otras misiones en África, las Indias orientales y América. Según Moreno Alonso, los libros de militares británicos sobre la Peninsular War, como ellos denominaron a la de la Independencia española, no fueron infrecuentes y "siguiendo la tradición de los libros de viajes del siglo anterior" fueron publicados desde diarios de oficiales de Wellington hasta obras escritas por sacerdotes y políticos que tuvieron que ver con el conflicto.

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