Liga endesa

Primero por derecho (74-59)

  • El Unicaja afloja en el juego pero sigue implacable ante los rivales y somete al Gipuzkoa lejos de su mejor versión Vasileiadis y Green (14 puntos cada uno) lideran la octava victoria.

El Unicaja es líder de la ACB en la quinta jornada, un hito poco habitual en las últimas temporadas. Sólo el Real Madrid aguanta el ritmo constante de Joan Plaza y sus chicos. Sin enamorar, en las dos últimas semanas ha sacado cuatro partidos adelante que en temporadas recientes hubieran volado. En la búsqueda de cotas más altas avanzada la temporada, el Unicaja acumula victorias, hasta ocho de una tacada desde que comenzó el ejercicio. Comienza a ser una secuencia muy estimable y fortifica la idea de un equipo al que no se le atisba techo. Un dato ilusionante es que en la victoria de ayer los dos mejores anotadores fueron, con 14 puntos, Caleb Green y Kostas Vasileiadis, quizá los dos jugadores más necesitados de confianza ahora mismo.

Ganó el Unicaja por 15 puntos (74-59), pero no fue la diferencia existente durante el partido. Es mayor la que hay entre los dos equipos, pero el Gipuzkoa hizo largo el duelo y combatió hasta bien entrado el último cuarto pese a la gran cantidad de lesiones y sus limitaciones. El Unicaja, apenas 36 horas después de recibir al Limoges, tardó en tensarse. El rival no invitaba a la motivación extrema. Puede censurarse al tiempo que es totalmente comprensible que el cuadro donostiarra, pese a su juego estructurado y su buen hacer, no despierte el instinto asesino hasta que existe un peligro real de derrota. Los equipos grandes juegan un buen puñado de partidos al año de esta forma, ganando lejos de su techo de rendimiento. A la espera de un tremendo fin de semana en Moscú y Badalona en el que se puede avistar la primera derrota, la alforja está llena ahora mismo para paliar los momentos de hambre.

El Gipuzkoa se presentó en Málaga con nueve hombres hábiles, mermado en su rotación y con varios canteranos en su seno. Si la semana pasada propició que el Barcelona anotara sólo seis puntos en el primer cuarto y que se quedara en 58 al final, ayer aplicó un somnífero parecido al Unicaja, que también puso de su parte. Salió sin la concentración mínima para demoler a un rival con el que la distancia normal es 15-20 puntos. La que fue, pero antes. Concurrían los atenuantes de un partido bastante reciente ante el Limoges y el salpicón de lesiones y molestias, pero el Gipuzkoa ganaba en esa faceta y su presupuesto y potencial es inferior. Granger zarandeó un poco al equipo malagueño, que perdía un balón cada dos minutos y mostraba un porcentajes en tiros de campo del 36% al descanso. No fluía el balón, el bote ganaba al pase y se detectaba una parsimonia contagiosa.

Plaza intentaba hacer cosas para agitar un poco el partido. La primera rotación exterior fue Romaric Belemene, que el día antes jugaba con el Clínicas Rincón ante el Burgos. El Gipuzkoa empleaba con frecuencia una zona presionante que derivaba a otra 2-3 atrás. Y el Unicaja no la atacaba cómodo. De manera que el equipo donostriarra iba acumulando canastas y se vio con una ventaja de 20-28 después de que los de Plaza renquearan y perdieran varias posesiones por falta de ideas. El Unicaja puso una raya en ese momento y dejó sin anotar seis minutos al oponente, que no iba sobrado de recursos y veía cómo David Doblas, quizá su jugador franquicia, se cargaba de faltas. El resultado fue un parcial de 14-0 a caballo entre el primer y segundo tiempo (30-28 al descanso) que propició una renta de seis puntos (34-28). Pero tras ese chisposo momento volvió la rutina y el ritmo pausado visitante, con algunos jóvenes prometedores, caso de Mikel Motos, poderoso exterior que hizo daño en algunas penetraciones. El Unicaja se sabía ciertamente superior y sesteaba, sin el ritmo adecuado. Con otra vez ventaja visitante (39-42) apareció Kostas Vasileiadis, con inteligencia para forzar faltas con el rival en bonus y para meter un triple en transición (46-42). Se ve cierta ansiedad por agradar del griego, le falta una pizca de fortuna para que no se le salgan tiros que suele meter y le hace falta más continuidad. Pero sus puntos valen oro, no se esconde aunque falle, no duda. Y acabarán entrando sus tiros y haciendo más pupa aún.

En ese momento, el Unicaja tenía contra las cuerdas al Gipuzkoa (50-46), en mínimos ya de gasolina. No le llegaba para aguantar y dos tiros libres de Vasileiadis elevaban la renta por encima de los 10 puntos (59-48). Y ahí ya empezó a romperse el partido, con un Granger (13 puntos, siete asistencias y seis rebotes) que empezaba a aniquilar la admirable resistencia de un equipo al que el calendario (tres clubes de Euroliga en las cinco primeras jornadas) ha ayudado a colocar el 0-5 que registra pero que exhibe disciplina e ideas.

Fue el momento de Caleb Green, que metió cuatro triples en el último cuarto ante el jolgorio de sus compañeros y de la afición, que ve ese talento aún sin explotar. Afinó el punto de mira y extendió la renta del Unicaja, que acabó en pista con Soluade y Nguirane. El líder tiene registros muy diferentes. Gana lejos de su tope, característica diferencial de los equipos que aspiran a retos muy importantes.. 

Ficha técnica

74 - Unicaja (15+15+20+24): Granger (13), Toolson (6), Kuzminskas (4) Thomas (8), Golubovic (4) -cinco inicial-, Vasileiadis (14), Nguirane (-), Markovic (6), Soluade (-), Belemene (1), Vázquez (4) y Green (14). 

59 - Gipuzkoa Basket (15+13+18+13): Jordan (9), Motos (10), Dean (10), Hanley (11), Doblas (11) -cinco inicial-, Franch (6), Huskic (-), Olaizola (2) y Oroz (-). 

Árbitros: García González, García Ortíz y Cagide. Señalaron técnica a Ryan Toolson en el minuto 24. 

Incidencias: Partido correspondiente a la quinta jornada de la Liga Endesa disputado en el Palacio de los Deportes José María Martín Carpena ante unos siete mil espectadores.

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