Málaga

Atención temprana. Terapia en el hogar

  • Los centros que trabajan con niños de 0 a 6 años con retraso madurativo están apostando por un cambio de modelo en el que la familia se convierte en el centro de la intervención

La logopeda de Equipo Sidi trabaja con el pequeño Tomás en su domicilio.

La logopeda de Equipo Sidi trabaja con el pequeño Tomás en su domicilio.

Los jueves a las 8:15 Tamara Jiménez llega a la casa de Ángel y Rocío. Allí se encuentra con Tomás, que ya ha desayunado su biberón de leche. Con juegos del propio niño y algunas fichas que trae la logopeda del Equipo Sidi, intentan que mejore su comunicación. Tomás tiene 3 años y un síndrome desconocido que le hace tener un retraso madurativo, además de haber sido operado de hidrocefalia. Por eso, dice algunas palabras sueltas pero no habla al nivel de los niños de su edad. La especialista ha creado un sistema de tarjetas para que con pictogramas diga lo que quiere o necesita. Cuanto más avanza el pequeño más se complica hasta intentar construir una frase completa. La logopeda acude una hora a la semana a su casa desde hace varios meses. Antes, la familia se desplazaba a la sede de Equipo Sidi en la Avenida de la Rosaleda. "Para nosotros y, sobre todo, para el niño es mucho más cómodo y el pequeño aprende más porque está más relajado en su propio entorno, con sus cosas", comenta Ángel. "Antes, se aprovechaba menos la sesión y le costaba más adaptarse a un lugar desconocido", agrega y subraya que ahora se busca una mayor "implicación de los padres, que seamos parte del proceso, que lo hagamos junto con los profesionales para luego poder repetir esas rutinas durante la semana".

En ellos se ejemplifica el cambio de modelo que la atención temprana está gestando. El pasado 28 de mayo la organización Plena Inclusión, con el apoyo de Mutua Madrileña, organizó una formación en Málaga con 18 entidades que ofrecen este servicio a niños de 0 a 6 años y sus familias. "Por primera vez entidades de toda Andalucía han hecho una formación para ir de la mano en el cambio de modelo, ya hay una iniciativa para plantear cómo hacerlo, y acompañarnos unos a otros para ir hacia esas prácticas, hacia ese acompañamiento de las familias y la escuela", dice Francisca Cañete, directora de Equipo Sidi. Y agrega que "estamos viviendo un momento dulce en la atención temprana".

Para su centro no hay duda. Este modelo más adaptado a las propias rutinas del niño, a su lugar de confort, es favorecedora. "El niño donde se desenvuelve no es en el centro de atención temprana, sino en el colegio, en la familia, en el parque... El objetivo ahora es que nos coordinemos mucho mejor para ayudar a las familias que son las que tienen la necesidad de ser competentes frente al requerimiento de sus hijos", apunta Cañete.

Más no es mejor. Así lo cree la directora del Equipo Sidi. "No se trata de que haya más y más sesiones, los niños aprenden en su día a día así que lo que debemos de procurar es que eso sea lo más rico posible", agrega. Igualmente Cañete considera que la calidad de la atención temprana en la provincia es buena. "Todos estamos conectados y coordinados y eso supone una ventaja tremenda, hay una gran unión en Málaga y eso es algo muy positivo", indica la psicóloga.

Todas las entidades, como la suya, que trabajan la atención temprana se reúnen en una plataforma, Acait. Domingo Collado es su presidente y estima que el trabajo en el seno del hogar es fundamental para el avance de estos niños. "Cuando son conscientes de que existe un problema, las familias en su situación de estrés y desesperación buscan que se haga lo más rápido posible y todo lo que se pueda, como es lógico. Y eso se va a hacer, pero el espíritu es el trabajo constante, no solo en el Centro de atención infantil temprana (CAIT) sino también en casa", dice Collado.

"Es muy importante que esas familias sepan manejar la situación y puedan prestar esos apoyos que su hijo necesita todo el día", añade el presidente de Acait y subraya que "nos estamos centrando mucho en dar esa fuerza a la familia en sus propios domicilios, con un trabajo intenso en su entorno natural intentamos que esa confianza se afiance y los padres sepan controlar las reacciones de sus pequeños durante todas las horas del día". El enfoque actual, como reitera Domingo Collado, es el trabajo en casa.

A Aday le gusta la música, va a clases de natación y a sus 3 años se entretiene con cualquier cosa. Aunque su nivel cognitivo y de motricidad es más lento que cualquier niño de su edad, en el último año ha experimentado una mejoría notable. Hace un año que le diagnosticaron una serie de características que podían tener relación con el Trastorno de Espectro Autista (TEA). Desde entonces Tamara Jiménez, una logopeda del Equipo Sidi, les acompaña en casa una hora a la semana y una vez al mes repite esa misma operación con su profesora de la guardería para tener un mayor control de su evolución. "Nació prematuro y aunque fue un poco más lento al andar llevaba una evolución correcta hasta que llegó un momento en el que vimos que empezó a retroceder. De pronto dejó de hablar", explica su madre, Esther Aragüez, que asegura que gracias a la atención recibida en este tiempo "cognitivamente ha evolucionado muchísimo. Ahora habla mucho, no como un niño de 3 años pero se comunica lo suficiente y ha tenido una evolución sorprendente".

Tamara les ayuda a poner en marcha las estrategias necesarias para cumplir una serie de objetivos marcados de antemano, como controlar sus niveles de frustración, socialización y comunicación, o alimentación, entre otros muchos. "Lo bueno de que este tipo de intervención sea en casa es que el niño está en su entorno, tiene sus juguetes y es más fácil darle las herramientas para que él vaya aprendiendo", comenta. Además los padres cuentan con una aplicación móvil con toda la información del niño y en la que tienen acceso a las valoraciones que se les realizan, informes o documentos, y los objetivos cumplidos y pendientes de realizar.

"La última valoración que tenemos es que está dentro de los límites. Eso es gracias a que hemos cumplido muchos de los objetivos marcados hace un año, cuando era muy probable que hubiera tenido una modalidad de escolarización de tipo B y, sin embargo ahora al mejorar tanto la modalidad de escolarización ha sido la A", señala Esther mientras el pequeño Aday corretea por la casa y juega con su cocinita. Lo más difícil, asegura, es que toda la familia siga esas mismas pautas. "Si a nosotros nos cuesta para el resto de la familia también es difícil porque a veces no saben cómo actuar", apunta.

La habitación de Aday está repleta de pictogramas. Cada uno de los cajones en los que guarda sus juguetes tiene un dibujo diferente, de esta forma le es más fácil identificarlos. Y como expresar las emociones tampoco es fácil para él, su madre le ayuda con una serie de tarjetas que indican si está enfadado, triste o contento. "Funciona muy bien con apoyo visual", agrega, y subraya que "le encanta el inglés, ha pasado de no hablar nada a decirte los números". A veces, incluso sorprende a sus padres cantando temas de Pavarotti o de Queen.

En la transformación del sistema de este servicio ha tenido mucho que ver Plena Inclusión, organización que representa en España a las personas con discapacidad intelectual o del desarrollo, que está formada por 17 federaciones autonómicas y casi 900 asociaciones en toda España. Bajo el título Viaje a los centros de atención temprana hacia la transformación una treintena de profesionales han recibido formación en el centro de innovación social La Noria. "Este encuentro ha estado dirigido a los profesionales para profundizar en las claves de la transformación, una iniciativa que nos permite seguir avanzando en atención y apoyos centrados en la familia y que cuenta con verdaderos resultados que mejoran en la calidad de vida de los niños y sus padres", comentan desde Plena Inclusión.

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