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La semipeatonalización del centro enciende el debate

  • Los técnicos municipales advierten de los problemas del Puente Nuevo usado por 11.000 vehículos al día

Puente sobre el Tajo de Ronda.

Puente sobre el Tajo de Ronda. / J. Flores

La semipeatonalización del casco antiguo rondeño, el Gobierno municipal anunció la pasada semana su intención de reducir un 80% el tráfico rodado en esta zona de la ciudad, ha provocado la apertura de un intenso debate entre los detractores de la idea y aquellos que creen que debe potenciarse la comodidad para el turista y proteger el Puente Nuevo sobre el Tajo, uno de los monumentos andaluces más conocidos. Los técnicos municipales apuntan a los problemas que padece el monumento, que soportaría el paso de unos 11.000 vehículos diarios, presentando un hundimiento en uno de sus laterales en la parte superficial de la calzada. La deficiencia se achaca a problemas con tuberías de conducción de agua y saneamientos. La delegada municipal de Tráfico y Patrimonio, Francisca González (IU), basándose en un informe realizado por técnicos de sus delegaciones, es la principal valedora de la necesidad urgente de restringir la circulación. No obstante, insiste desde que dio a conocer la evaluación que no existen motivos para las protestas porque todavía no se han dado a conocer la medidas, que mantiene que serán consensuadas con los colectivos afectados.

Mientras tanto, la principal oposición se encuentra entre los vecinos del Barrio de San Francisco, que consideran que quedarían separados de Ronda si el paso por el Puente Nuevo no se permite. Además, se oponen a que sea una medida total o parcial, exigiendo soluciones y alternativas antes de dar un paso de este tipo. De hecho, buena parte se inclina por reparar los daños que tenga el Puente Nuevo y fortalecer su estructura. "En los tiempos que estamos no me creo que no sea posible", afirmaba.

Otros no ven con malos ojos el cierre del Puente Nuevo al tráfico si existe una alternativa que no sea pasar por la circunvalación, eso sí, construida antes de poner en marcha ninguna medida restrictiva. Una medida que no cuadraría con lo anunciado por el Gobierno local, que quiere que las primeras medidas comiencen a funcionar en el mes de enero de 2017.

Aunque entre los preguntados la gran mayoría de vecinos se opone a las restricciones y ya han firmado contra las mismas, también hay algunos defensores de dar prioridad a proteger el Puente Nuevo.

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