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Ignacio del Valle

Museo de la reputación

Todo quisqui anda con el formulario de satisfacción bajo la oreja. Califique de uno a diez. Siendo uno sinónimo de nunca jamás y diez un no te olvidaré para la 'webedad'

Si se preocupa del qué dirán, para hacer negocio no va desencaminado. Vivimos en la hora de la combustión y prescripción espontánea. Las buenas referencias equivalen a billete contante. Por eso, tiene mucha importancia ser biensonante en las cuestiones laborales y de marca personal. Cuidado con el orgullo y la autenticidad, no vaya a ser que se moleste un cliente. De un tiempo a esta parte todo quisqui anda con el formulario de satisfacción bajo la oreja. Califique de uno a diez. Siendo uno sinónimo de nunca jamás y diez un no te olvidaré para la webedad. Trip Advisor se lleva el ramo por hostelera palmada o puñalito en la espalda.

Las cartas de recomendación con buenas referencias y certificado de buena conducta del párroco cíngular han sido sustituidas por los me gustas mucho y su andamiaje virtual. Evaluaciones que sentencian ruina o riqueza.

En estas investigaciones que atraviesan el turismo invierte la Facultad de Comercio y gestión umita. Nos lo expusieron al cubo en la renovada franquicia del Centre Pompidou. Museo de la reputación el pasado viernes veintitrés. Con el holandés reputante: Cees Van Riel. Gurúteca. Profesor de la Erasmus University de Rotterdam. Cofundador del Reputation Institute. Un tipo pulcro y sensible hasta en el peinar con intereses comerciales en Países Bajos, Estados Unidos, Francia, Alemania y España. Experto en analizar museos. Dio a conocer el indicador RepTrak Pulse, una metodología que mide los siete pecados o virtudes capitales de todo producto y servicio: gobernanza, desempeño, innovación, ciudadanía, puesto de trabajo y liderazgo.

Ya centrado en Málaga diagnosticó Mr. Cees que es necesario el buen funcionamiento de todos los agentes gubernamentales, económicos, empresariales y sociales. Un contexto donde la reputación de los museos también es clave para la imagen de la ciudad. Añadió que la tradición de educar y servir a la sociedad, proteger el patrimonio propio de la actividad museística puede servir de ejemplo para el mundo empresarial.

El tono docto del encuentro en línea con la universidad y teoría feliz progresaba esperanzador en este evento con el sello Dircom Andalucía. Se insistió en el valor de los intangibles y cómo ha mejorado la marca Málaga, que debería posicionarse como ciudad de los Museos, por eso del qué dirán, que parece ser muy rentable. 

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