Rojas-Marcos culpa de la desaparición del PA "al desinterés del pueblo andaluz"

"El desinterés del pueblo andaluz por un partido andaluz". Ésa es la razón principal por la que se disuelve el Partido Andalucista o, al menos, es lo que considera uno de sus fundadores, Alejandro Rojas-Marcos. El abogado sevillano compareció ayer en la misma casa -hoy es un hotel de cuatro estrellas en pleno centro de Sevilla- donde fundó hace cincuenta años el grupo Compromiso Político de Andalucía, que después desembocaría en la Alianza Socialista de Andalucía y, finalmente, en el Partido Socialista de Andalucía.

El medio siglo de historia de la formación finalizó oficialmente el pasado sábado, en el XVII congreso celebrado en Torremolinos, pero el histórico dirigente pormenorizó ayer las razones de la decisión, de la que asegura que asume toda la responsabilidad. "Fui el primero en levantar la voz", declaró Rojas-Marcos, que sumó el apoyo de otros pesos pesados del partido, como Luis Uruñuela o Miguel Ángel Arredonda, antes de hablar con la actual dirección del partido para proponer su disolución. "Yo no he hecho nunca nada solo", apostilló el que fuera alcalde de Sevilla entre 1991 y 1995.

"El pueblo andaluz todavía no está suficientemente convencido de que es útil un partido andaluz", sentenció Rojas Marcos, que basó su tesis en que nadie excepto su formación ha logrado mantenerse como partido netamente autonómico. Y utilizó como ejemplos al Partido Socialista Liberal de Andalucía y la Unión Andaluza de Manuel Clavero Arévalo, así como los "tres intentos" de Pedro Pacheco, ex alcalde de Jerez.

Después de hacer una analogía deportiva -"El Partido Andalucista dimite por dignidad y nadie que dimite se muere. Es como un atleta que llega al final de su carrera"-, Rojas-Marcos ensalzó el trabajo realizado por la formación de la que fue secretario general hasta 1982: "Lo que ha hecho el PA en 50 años ha sido heroico y titánico ante la incomprensión de tanta gente". Y como mayor logro, el mandatario andalucista atribuyó a su partido la consecución de la autonomía para Andalucía, puesto que empezaron a demandarla "cuando nadie la pedía".

La falta de interés popular diagnosticada por el abogado sevillano lo llevó a reconocer que su partido nunca tuvo sustrato electoral, sino que se nutría de votos prestados de izquierda y derecha. Rojas Marcos habló de los errores cometidos, como la confusión de "un hecho efímero como permanente", en referencia a los cinco diputados que cosechó el entonces Partido Socialista de Andalucía en las elecciones generales de 1979. "Creímos que sería para siempre", señaló el líder andalucista, que también tachó de error pensar que los votantes daban su apoyo al PA en las municipales por motivos ideológicos y no como premio a una gestión.

Sin embargo, rechazó que el fracaso de su formación tenga que ver con estos errores. "Hay partidos que tienen imputados y condenados en sus filas y los siguen votando", espetó el político. Según Rojas-Marcos, la falta de apoyo popular tampoco es una consecuencia de los pactos en las locales de 1979, cuando PA, PSOE y PCE se repartieron las alcaldías de Granada, Huelva y Sevilla. "El PSOE renunció a Sevilla y no dejaron de votarlo". También restó importancia al desgaste sufrido tras dos legislaturas en el ejecutivo autonómico como muleta de los socialistas. "¿Cómo nos va a castigar el pueblo andaluz por permitir un gobierno del PSOE cuando lo que ha quedado claro en 40 años es que está encantado con ellos".

Rojas-Marcos comenzó su alocución explicando que su última comparecencia política sería un homenaje a todos los periodistas que lo "han sufrido en innumerables ruedas de prensa". Por eso estructuró su discurso en preguntas que él mismo se formulaba y luego respondía.

Empezó negando de forma tajante una crítica recurrente al Partido Andalucista: su indefinición ideológica. "Nacimos con una ideología de izquierdas. Tuvimos momentos más radicales y otros más moderados, pero nunca abandonamos la izquierda", señaló el letrado, que lamentó las críticas recibidas por el PA por pactar tanto con el PSOE como por el PP. También explicó que la eliminación en 1984 de la palabra "socialista" de su denominación no buscaba el rechazo a las políticas progresistas, sino una mayor identificación con el andalucismo.

El presente de esta corriente política fue otro de los temas tratados por Rojas-Marcos, que definió a su formación como un "partido de pueblo, no nacionalista". En su opinión, no hay ningún grupo que encarne hoy los ideales fundados por Blas Infante, -"aunque todos se dicen andalucistas", afirmó- "Lo que hay ahora son partidos estatales que no tienen nada que ver con el andalucismo. Pero reconoce que el PSOE "asumió lo andaluz". Y recordó que, en su momento, el partido de Felipe González le ofreció a su PSA lo mismo que al PSC en Cataluña.

Respecto al futuro, Rojas-Marcos se mostró ciertamente esperanzado: "Cuando empezamos, no sabíamos quien era Blas Infante, pero hemos llegado mucho más lejos que él. Puso una pica en el camino hacia la cima, nosotros cogimos el testigo y lo llevamos hasta más arriba y se podrá seguir construyendo desde donde nosotros lo hemos dejado". Lo que sí dejó claro es que su vida política termina con la formación que fundó. "No puedo militar en un nuevo partido andalucista porque la opinión pública pensaría que es más de los mismo", manifestó para dejar claro después que "sobre cenizas no se puede construir nada".