El PSOE de Susana Díaz ha vuelto a ganar las elecciones, pero tendrá difícil lograr una mayoría que le permita gobernar Andalucía. Al 85% del escrutinio, la candidata a la reelección ha logrado 33 escaños en el Parlamento. Sólo el veto de PP y Ciudadanos a los ultraderechistas de Vox, que logran 12 escaños darían posibilidades a Díaz de volver a San Telmo.

El bloque del centroizquierda, que hasta esta noche tenía 67 escaños en la Cámara, se ha visto superado por el buen dato de PP y Ciudadanos, pero, sobre todo, por la irrupción del partido de Santiago Abascal, que debuta en las instituciones con su presencia en el antiguo Hospital de las Cinco Llagas. La suma de PSOE y Adelante Andalucía sólo alcanza los 50 escaños, a cinco de la mayoría absoluta. 

La alta abstención, que ha hecho saltar las alarmas en el PSOE desde el primer avance de las 14:00 de hoy, es una de las responsables de esta debacle que puede dejar a los socialistas fuera del Gobierno por primera vez en democracia.

Los socialistas son los más votados, pero han vuelto a bajar el listón de su suelo electoral. La campaña de perfil bajo que diseñó el equipo de Susana Díaz no la ha ayudado en la tarea de movilizar a al electorado de centroizquierda. Se ha notado, sobre todo, en ese descenso de la participación en bastiones socialistas como, por ejemplo, Dos Hermanas.

Díaz inauguró la campaña huyendo del "fango" que, en su opinión, movían desde PP, Ciudadanos y, en menor medida, Adelante Andalucía. Sin embargo, en la última semana ha sido la propia presidenta de la Junta en funciones quien ha jaleado el miedo a la derecha, aunque encarnada en esta ocasión por Vox, que se ha convertido en la llave de estos comicios.