El mapa político de la provincia de Málaga tiene más colorido. Después  de cuatro años de claro predominio azul, la irrupción de nuevas fuerzas políticas ha cambiado un escenario hasta ahora históricamente en manos del bipartidismo. Los resultados electorales siguen situando a los grandes partidos como los más votados, pero ambos han caído con respecto a 2011. Ante el nuevo panorama, a la espera del recuento y reparto definitivo por partidos judiciales, todo apunta a que el PP perderá la mayoría absoluta de la que gozaba hasta ahora en la Diputación provincial de Málaga donde los pactos podrían hacerse necesarios para garantizar la gobernabilidad en el próximo mandato.

Hasta hoy son sólo cálculos, pero parece que el PP perdería tres de los 18 diputados con los que gobierna ahora. El propio presidente de la Diputación provincial de Málaga, Elías Bendodo, dijo la pasada madrugada que "la suma municipio a municipio", y que coinciden con los del PSOE, supondría que el PP se quedaría a algo más de 1.000 votos de la mayoría absoluta, obteniendo 15 diputados, mientras que los socialistas lograrían 11, dos Ciudadanos, al igual que las formaciones vinculadas a Podemos y uno Izquierda Unida.  "El haber ganado en el global de la provincia, nos legitima para tratar de formar Gobierno", aseguró. Eso sí, al ser preguntado por si ya ha habido contactos con la formación de Albert Rivera, Bendodo comentó que " no sé quién sería diputado; no tengo identificado al interlocutor".

Los populares han sido los que más desgaste han sufrido en esta cita electoral ya que, aun siendo el partido con más votos, ha perdido más de un 10% del apoyo recibido hace cuatro años al haber conseguido 232.295 votos (35,39%) en esta ocasión. Aún así, logra mantener la ventaja con respecto a los socialistas que cosecharon 188.584 votos (28,73%), algo más de un 1% superior al dato de los comicios anteriores.

El batacazo del PP quedó de manifiesto con la pérdida de nueve mayorías absolutas con respecto a 2011, algunas de tanto peso histórico como Málaga capital, Torremolinos o Marbella hasta ahora feudos inexpugnables de los populares, además de en otros grandes puntos de la costa como Nerja, Vélez-Málaga, Rincón de la Victoria, o Mijas. No obstante, en total consiguió 23 mayorías absolutas y otras 16 relativas en los 103 municipios de la provincia, lo que le deja con un total de 384 concejales.

Bendodo intentó evitar una lectura negativa de los resultados, aunque admitió que el panorama político ha dado un vuelco: "Los ciudadanos quieren políticos que se sienten a hablar y lleguen a acuerdos. No quieren políticos que se tiren los trastos a la cabeza. Es tiempo de mayorías de diálogo, es la hora de la responsabilidad. Málaga y la provincia merecen que aparquemos diferencias".  Para el presidente provincial del PP, los políticos "tienen que cambiar el chip y buscar puntos de encuentro" para gobernar porque "los tiempos de la mayorías absolutas se han acabado". "El mensaje de los ciudadanos es claro. Quieren mayorías de diálogo y consenso, sea en Árchez, Cádiz o Madrid", concluyó.

En el caso del PSOE, la caída iniciada en 2011 se ha mantenido en esta ocasión al sacar unos 4.000 votos más. El recuento electoral le confirmó 35 mayorías absolutas y siete relativas, y una representación de 475 ediles en los ayuntamientos malagueños, según los datos del Ministerio del Interior al cierre de la edición de este periódico.

El secretario general del PSOE malagueño, Miguel Ángel Heredia, afirmó que su partido "sigue siendo la alternativa de progreso". "Los ciudadanos han rechazado las políticas de los populares", afirmó el socialista, que valoró como "muy positivos" los resultados.

Sobre posibles alianzas con otras fuerzas políticas, Heredia rehusó pronunciarse y únicamente afirmó que el balance "en el conjunto de la provincia es similar". Aunque, eso sí, defendió que el PSOE "es la fuerza con más capacidad de diálogo", algo que seguirá demostrando "en este nuevo tiempo político".

IU se consolida como la tercera política más votada de la provincia a pesar de la entrada triunfal de los nuevos partidos en los municipios en los que se presentaban. El partido de izquierdas obtuvo el 10,6 % de los votos, un total de 69.581, y logra mayoría absoluta en nueve municipios, cuatro más que en las elecciones de hace cuatro años. En otros cuatro municipios ha conseguido una mayoría simple y 188 concejales bajo sus siglas. Pero perdió algunas de sus alcaldías históricas como Manilva y también Archidona y Ardales.

La gran novedad de estos comicios locales ha sido la irrupción de Ciudadanos como el cuatro partido con más votos recibidos de la provincia, a pesar de haber presentado candidatura únicamente en 18 municipios. Con casi el 7% de los votos (44.695), por primera vez en su historia ha logrado colarse en los ayuntamientos con una treintena de ediles, que en algunos casos tendrán la llave de la gobernabilidad municipal.

El PA únicamente gobernará con mayoría absoluta en un municipio de la provincia y curiosamente será en Montecorto que por primera vez elegía alcalde como pueblo independiente. En Serrato, el otro municipio malagueño donde sus habitantes votaban por primera vez, el PSOE arrasó al ganar los siete concejales que estaban en juego.

Nueve municipios de la provincia serán gobernados por grupos independientes, entre ellos destaca el caso de Por Alhaurín en Alhaurín el Grande liderado por el ex alcalde del PP Juan Marín Serón que consiguió diez concejales y Por mi Pueblo en Benamocarra, donde el alcalde será el ex popular Abdeslam Lucena. El descalabro de UPyD en la provincia se confirma al haber conseguido únicamente dos concejales, uno en Coín y otro Álora, y apenas un 1% de los votos totales. El gobierno de la Diputación provincial de Málaga era la guinda del pastel que todos querían comer. El reparto de los 31 diputados, que corresponden de forma proporcional a cada uno de los cinco partidos judiciales en los que se divide la provincia, es la clave de una cita electoral en la que el PP confiaba en poder revalidar la mayoría absoluta histórica que consiguió en 2011. El futuro gobierno supramunicipal depende en parte de los resultados obtenidos en el partido judicial de Málaga, que engloba a municipios tan importantes como la capital, Torremolinos, Rincón de la Victoria o Alhaurín de la Torre. Todos ellos gobernados por el PP y claramente afectados por la entrada de Ciudadanos. Los 16 diputados en juego en esa zona, hasta ahora nueve en manos del PP, quedarán previsiblemente repartidos como consecuencia de la estrepitosa bajada sufrida por el PP en algunos de estos municipios.

La Costa del Sol occidental, partido judicial de Marbella, es la otra gran plaza donde los populares sufrieron un gran descalabro al perder las mayorías absolutas en Marbella o Mijas. Solamente consiguieron afianzar su poder en Estepona y Fuengirola, mientras que en Benalmádena ganó el PP pero en un panorama incierto con la entrada en el Ayuntamiento de siete partidos diferentes. La irrupción de Costa del Sol Sí Se Puede...Tic Tac, partido instrumental apoyado por Podemos, en cinco ayuntamientos pertenecientes a este partido judicial contribuyó también a desestabilizar la tranquilidad del PP. IU, por su parte, mantiene sus alcaldías en Casares y en Istán, aunque en ésta última en minoría.

Más disputada estuvo la batalla electoral en la comarca de la Axarquía, donde el voto se fragmentó por completo hasta el punto de que el PP perdió todas las mayorías absolutas que ostentaba y con un complejo panorama de pactos. Solamente ganó en Torrox, pero por la mínima al igual que ocurrió en Algarrobo. Los resultados electorales arrojaron menos sorpresas en el partido judicial de Antequera. El municipio principal seguirá en manos de los populares y Manuel Barón seguirá al frente del Ayuntamiento, aunque en minoría al perder apoyos con respecto a 2011.

En la comarca de Ronda, el feudo por antonomasia de los socialistas, fue en el municipio de Ronda donde ganó el PP aunque el futuro gobierno tendrá que estar sujeto a posibles pactos.