Adiós al hombre récord

En los anales del malaguismo hay ya un capítulo guardado para los restos. Lacradas en oro, las letras que componen el nombre de Manuel Luis Pellegrini Ripamonti, el mejor técnico de la historia de la entidad en cualquiera de sus denominaciones. 30 meses de acelerado magisterio, en los que transformó dudas iniciales, incluso alguna petición de dimisión en el ecuador de su estancia tras una dura derrota en Granada, en reconocimiento colectivo como pocas veces suele existir en un elenco tan heterogéneo como una grada de un campo de fútbol. Ese "Manuel, Manuel, Manuel Pellegrini" con el son de Antón Pirulero será un cántico eterno que, seguramente, atronará entre las paredes de La Rosaleda de manera recurrente.

Una encuesta entre el malaguismo seguramente arrojaría diversos hits entre los mejores recuerdos. Pellegrini se quedaba con cinco momentos en una reciente entrevista en Canal Sur: "El primer año, cuando logramos enfocar esa racha de cinco victorias que nos permitió salir de un puesto que en el 90% de los casos nos hubiera mandado a Segunda. También el día ante el Sporting en el que nos clasificamos para la Champions, había mucha presión creyendo que era obligación meternos ahí y ese partido fue duro sacarlo. Y en la última temporada hay muchos momentos. La clasificación para la Champions ante el Panathinaikos, el primer partido con el Zenit, la clasificación en Milán, nada menos que en el Giuseppe Meazza... Y, por último, el frustrado acceso a semifinales ante el Borussia Dortmund en un partido en el que nos impidieron pasar de manera injusta". Las noches mágicas de Champions, esa quizá irrepetible aventura jamás soñada, seguramente no resistan comparación. Pero para llegar a ella hubo que atravesar otras. Y por esa infamia del Westfalenstadion, donde se estaba entre los cuatro mejores equipos del continente ya en el descuento del partido, se disfrutaron encuentros imborrables.

Se va Manuel Pellegrini, con un puñado de records en versión malaguista. Más puntos en una Liga (58), más puntos como local en un torneo (42), la mejor clasificación de la historia del club (4º), diversos registros para un equipo debutante en una Champions, dos clasificaciones para una competición europea, el mejor arranque histórico en Primera de la entidad... Y por encima de los fríos números, una huella indeleble, el aroma de un caballero del fútbol, un sello inconfundible de buen juego, una manera de comportarse, una rotonda al lado de La Rosaleda o el impulso de la carrera de Isco y la consiguiente carreta de millones.

El Manchester City, colores celeste y blanco como el Málaga, tendrá una colonia de seguidores en aquí al sur de Europa que mirará las tardes de Premier y noches de Champions con cariño, tifando por Manuel Luis Pellegrini Ripamonti. Hasta siempre, Ingeniero.