"Ahora intento quitar a los niños de la calle"
Ortiz se empeña hoy en dar a los jóvenes la misma alternativa que tuvo él de pequeño · Una artrosis en la cadera y una hernia de disco le obligaron a retirarse a los 32 años
La carrera de la que Antonio Montero Nene consideraba "mejor zurda del grupo IV de Segunda B" se acabó a los 32 años por culpa de una doble lesión muy dolorosa, demasiado para aguantar jugando al fútbol: artrosis en la cadera y una hernia de disco. Es la historia de Ortiz (Málaga, 06/08/1972), eterna promesa blanquiazul a quien en su camino al primer equipo siempre la acompañó el fútbol pero le abandonó la suerte. Hoy su vida la pasa como frutero y adiestrador de niños de edad infantil en La Unidad para que lleguen a tener la oportunidad que a él le llegó a los 8 años.
Porque su vida cambió drásticamente a los 8 años. "En el Pavero, donde vivía, el Málaga organizó una serie de partidos en la carretera. Literalmente. Se cortaba la calle, jugabas y, si gustabas, el club te mandaba a hacer una prueba. Antonio Benítez y Burgueña, entonces entrenador y portero del equipo, fueron a verlo. Se ve que les gusté y estuve en el Málaga hasta los 23", recuerda Ortiz, que ahora quiere cambiar de acera para ser él quien dé a otros la oportunidad de probar fortuna con el balón: "Estuve dos años en el Puerto de la Torre y ahora llevo aquí desde hace tres. Estoy intentando quitar a niños de la calle, donde suelen estar mucho tiempo. Es necesario este trabajo porque los niños son el futuro de Málaga, y no hablo precisamente de lo deportivo".
Con Diego a una banda y él a otra, el Atlético Malagueño que renació de las cenizas del CD Málaga dio grandes tardes de gloria en Tercera. Cuando llegó el salto de calidad, la suerte esquivó a Ortiz, pero él prefiere asirse a sus buenos recuerdos para asegurar que disfrutó "de una buena carrera en la que le doy más importancia a los pequeños detalles colectivos". En sus últimos días en el Antequera optó por jugar con dolores por compromiso con Manolo Canillas, porque para entonces los reconocimientos médicos no le dejaban fichar por ningún equipo. Como tampoco en el Málaga de Pepe Cayuela, cuando, tras ser obligado a dejar pasar un contrato de dos años con el Gavá, le dejaron en la estacada a última hora. Tampoco olvida que Paco Chaparro, entonces en el Cádiz, le dio la baja a él y a los otros tres capitanes por defender a los compañeros que habían sido mal tratados por el club amarillo, si bien pesan más "los ascensos con el Algeciras, el Xerez y el Atlético Malagueño a Segunda B".
Y frente a su gol más mediático, un zambombazo con la elástica del Cádiz a Paco Buyo contra el Real Madrid en el Trofeo Carranza, recuerda otro más emotivo: "Con el Algeciras, una época mala con un equipo que dio buenos momentos, nos jugamos el ascenso ante un equipo como el Burgos. En el minuto 90 nos pitaron un penalti y, yo, que tenía el privilegio de lanzarlos, me puse muy nervioso por todo lo que nos jugábamos. Pero vinieron todos mis compañeros a darme el balón a mí y lo metí. El portero aquel día era Goitia".
Precisamente su golpeo de zurda a balón parado era casi un seguro de gol para sus entrenadores. Por ello, cuando se le cita a Duda, su tono de voz sentencia: "Como él no hay nadie, es único. Es medio Málaga, así que a ver si se recupera porque tenerle es un privilegio". Su ausencia evitará un gran duelo de tiradores el sábado en La Rosaleda, Duda contra Cristiano Ronaldo. Él tiene su propia elección: "Si tuvieran que tirar cinco faltas cada uno, ganaría Duda, lo tengo muy claro. Él tiene mucha más efectividad".
Su carrera es pasado y su futuro lo proyecta en los niños que entrena con Mariano Santiago, ex jefe de prensa del Málaga, en La Unidad. Su presente se mezcla con un horario muy sufrido con las tiendas de fruta que regenta y el reparto que él mismo realiza: "Empiezo a las 3:30 y acabo a las 20:00, y cuando entreno procuro estar un rato antes en el club, a las 18:00".
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