Tenis

Alejandro Davidovich hace historia en Australia

  • El malagueño gana a sus 20 años su primer partido en un grand slam tras derrotar al eslovaco Norbert Gombos en más de tres horas por 4-6, 6-4, 2-6, 6-3 y 6-2

  • Le espera en segunda ronda el argentino Diego Schwartzman, cabeza de serie número 14

Alejandro Davidovich celebra un punto.

Alejandro Davidovich celebra un punto. / Australian Open

Vendrán más, seguramente muchas. Pero Alejandro Davidovich Fokina siempre podrá decir que su primer triunfo en un grand slam lo consiguió en el Open de Australia un 21 de enero, en un partido resuelto en cinco sets ante el eslovaco Norbert Gombos, 111 del mundo en este momento. Después de ajusticiar con un drive al cruce de líneas de fondo a su rival para firmar un 4-6, 6-4, 2-6, 6-3 y 6-2 tras más de tres horas de partido con altibajos, Davidovich se quedó pensativo unos segundos, como digiriendo que era el primer triunfo en un grande. Le lanzó una bola a su staff, que desde una de las esquinas había contemplado y sufrido el partido y, tras saludar al rival, continuó apretando los puños sentado en su silla. Sí, con 20 años, Davidovich había logrado su primera victoria en un grand slam, la verdad suprema del tenis.

No desplegó Davidovich su mejor tenis y, paradójicamente, es una buena noticia porque tiene mucho margen de crecimiento. No se le hizo largo el partido a cinco sets, al contrario. Fue creciendo conforme transcurría el partido y su rival menguando, después de haber ganado los tres partidos de la previa con comodidad. Fue más regular en los dos últimos sets. Tendrá una oportunidad en un escaparate mayor ante el argentino Diego Schwartzman, cabeza de serie número 14.

Y es que era un partido de grand slam, pero la pista 11 del majestuoso complejo tenístico de Melbourne simulaba más la de un Future o un Challenger. Dos filas de asientos y trasiego constante de público a un lado. Una fila de sillas y gente de pie al otro. De fondo, los gritos de otras pistas con más espectadores. Calor austral, aire enrarecido por los masivos incendios en la isla y un reto por delante, el de avanzar por primera vez a una segunda ronda de grand slam.

Con nervios, ninguno de los dos jugadores había ganado nunca un partido en un grande, a Davidovich le costó entrar en el partido. Recuperó rápido el saque perdido en el primer juego, pero volvió a romper Gombos y el malagueño, pese a levantar tres bolas de set, no pudo impedir el 6-4 para el eslovaco. Muchos errores no forzados en los dos bandos, el partido no tenía demasiado ritmo. Cuando los peloteos se alargaban, Davidovich tenía más.

Cogió las riendas en el segundo set Davidovich, ya más tranquilo. Con sus cortocircuitos, pero más asentado. Tiene bastante más tenis que Gombos, más unidimensional y con menos registros. Con 29 años y 1.93 metros, su plan parecía claro, contaba con más experiencia y tablas. Recuperó un saque perdido Davidovich y con 5-4 jugó un gran juego al resto que culminó con una volea.

Le faltaba a Davidovich hacer más daño con el saque. También culminar más bolas de rotura. De nuevo se salió del camino en el tercer set. Mentalmente estaba fuera y encajó cuatro juegos consecutivos para perder por 6-2. Dentro de ese proceso de maduración, aún incipiente, un detalle positivo del de La Cala del Moral es que los fundidos en negro duran menos. En esa guerra contra sus propios demonios, Davidovich va ganando batallas.

En el cuarto set, el malagueño recuperó un mejor tenis e impuso su calidad ante un Gombos que emitía señales de no poder seguir el ritmo de Davidovich. Mantuvo la rotura que hizo con 2-2 y mandó el duelo al set definitivo con un 6-3. Con sus dejadas marca de la casa, que son efectivas aunque con frecuencia sean a destiempo, movía a un Gombos que, si salía del guión de su martillo con la derecha, sufría. También iba bajando la efectividad de su saque, que Davidovich leía mejor. Se adelantaba algún metro para restar, al principio prácticamente desaparecía del tiro de cámara.

Davidovich aceleró en el set definitivo hacia la victoria. Rompió de arranque, levantó un 15-40, volvió a romper y fluía su tenis, sin exhibir todo su repertorio. La victoria estaba muy cerca con el 4-0 y el 5-1. Y la completó con un juego definitivo y un drive a la cruz. 6-2 y un momento especial en su carrera.

El siguiente rival de Davidovich será un hueso bastante duro, el argentino Diego Schwartzman, cabeza de serie número 14, que derrotó al sudafricano Lloyd Harris por 6-4, 6-2 y 6-2. Previsiblemente en una pista de mayor rango y ante un tenista de mucho nivel, que ha llegado a ser número 11 en la ATP. Nada que perder para Davidovich, que ya hizo historia en Australia. La primera victoria de un malagueño en el primer grand slam de la temporada y la primera suya en un grande. Y, de paso, se asegura casi 90.000 dólares.

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