Hay quórum en el malaguismo acerca de que sería una machada retener a Ignacio Camacho en la próxima plantilla. Las cábalas se centran más en cuántos futbolistas saldrán de la entidad, bien por la necesidad de la entidad de seguir recaudando dinero, bien por la pujanza de algunos de los futbolistas que tan buen nivel han mostrado. Varios nombres están en el candelero, seguramente los de Darder y los Samus son los más cacareados. Sin embargo, en el seno de Martiricos existe cierta inquietud con respecto a Juanmi. Es otro de los que esta campaña está haciendo ruido y, aunque la entidad lo blindó renovándolo, de hecho fue el primero de las diez que se han acometido, su cláusula de rescisión es de las más bajas del plantel: siete millones de euros.

Es una cantidad respetable aunque accesible dentro del mercado del fútbol. Sobre todo para equipos que quieran apostar por un delantero joven y con un futuro prometedor, como es el caso del coíno. En los mentideros de representantes el nombre del canterano se maneja como opción interesante. Un chico de sólo 21 años pero que entre Liga y Copa del Rey ya roza el centenar de partidos. Que ha roto a goleador (lleva ocho tantos esta temporada, su tope histórico, y con otros dos mal anulados) y que se ha puesto en el escaparate gracias a su tanto del triunfo en el Camp Nou (también mojó en el Bernabéu) y a la internacionalidad con la selección en un amistoso ante Holanda el pasado mes de marzo. Existe cierto temor en que alguien pueda abonar el precio de su libertad y convenza al futbolista para enrolarse en un proyecto más ambicioso.

Por su parte, al entorno del futbolista, al que representa Manuel García Quilón, ya ha llegado el interés de algunos clubes en su gran temporada. No significa que vaya a salir seguro, pero en el Málaga andan con la mosca detrás de la oreja por si alguien pagase su cláusula de rescisión, ya que es uno de los jugadores en torno a los que se quiere construir el equipo a medio y largo plazo.

Juanmi, que tuvo que pasar casi tres meses fuera de combate por la fractura de cúbito en su brazo izquierdo a finales de año, justo cuando andaba en su mejor momento, lleva disputados 31 partidos esta temporada y acumula 2.100 minutos de juego, apenas 800 menos que todos los que sumaba en sus cinco temporadas anteriores como malaguistas. De hecho, se encuentra a tan sólo dos tantos de igualar la decena que sumaba en Primera hasta antes de comenzar esta campaña. Ha experimentado un claro crecimiento. Los dirigentes del Málaga esperan que lo siga demostrando aquí, en Martiricos.