El culebrón de André André cerró ayer su último capítulo. El centrocampista portugués, primer jugador al que tuvo atado el Málaga este verano, se mostraba ayer por primera vez con la camiseta del Oporto, su nuevo club pese a tener un acuerdo firmado con la entidad de Martiricos. La irrupción del club portugués dinamitó la operación y finalmente se confirmaba lo que venía siendo un secreto a voces, su llegada a Do Dragao.

El futbolista será portada del próximo número de la revista del club en un reportaje junto a su padre. En dicha entrevista, desvela su amor por el cuadro luso y las ganas que tiene de debutar. "Es un sueño de niño estar aquí, y se ha hecho realidad. Tengo mucha ilusión y mucha ambición de poder hacer grandes cosas con el Oporto", afirmó el ex de Guimaraes.

Eso sí, el Málaga sacará cierta tajada de esta desdicha, ya que el precontrato firmado contemplaba una cláusula en caso de incumplimiento, caso que finalmente se ha dado. Por tanto, el club deberá percibir el pago de una cantidad que no ha trascendido, pero que tampoco resultará demasiado elevada, como compensación por la traición de André André.

El rápido movimiento de la dirección deportiva tendrá cierto rédito económico. El Málaga percibirá dinero por un jugador que ni siquiera ha llegado a pisar la ciudad y muchos menos vestir la camiseta blanquiazul. Su cambio de idea obligó a dar un volantazo en la búsqueda de refuerzos, aunque no tardó en cerrarse un acuerdo con Fabio Espinho, que ya fue presentado y se encuentra a las órdenes de Javi Gracia.

Esta no es la primera vez que el Oporto se entromete en los asuntos del Málaga este verano. El subcampeón de la liga portuguesa también intentó llevarse a Sergi Darder, cuyo representante ha mostrado una gran insistencia con la posibilidad de recalar en el equipo de Julen Lopetegui, técnico que lleva tiempo siguiendo la trayectoria del centrocampista balear.