Antonio Hidalgo dice adiós, héroe del último ascenso

Antonio Hidalgo Morilla. Sus últimos dos goles con la camiseta del Málaga valieron el último ascenso. Ahora que los aficionados empiezan a temer un posible descenso, el catalán, el goleador de aquel gran equipo de Muñiz, anuncia que cuelga las botas en el Cornellá de Segunda B y se refrescan los recuerdos de un año triunfal. Tras casi 20 años jugando al fútbol, su cuerpo dice basta. Ahora comienza un nuevo proceso que pretende que le lleve a los banquillos. Ser entrenador será la nueva oportunidad para volver como técnico local o visitante, a La Rosaleda, estadio que aún le profesa un inmenso cariño.

Llegó en plena convulsión institucional y se fue de manera enrarecida por la falta de acuerdo con la entidad para renovar su contrato, que finalizó días después de meter al Tenerife los dos goles que certificaron el regreso a Primera, hace más de siete años. Fue de menos a más hasta que en su tercera y última temporada rompió todo ese talento que cazó Manolo Hierro en una de sus pocas operaciones acertadas. 116 partidos y 29 goles, 24 de ellos en Segunda, fueron su bagaje. Sin ser un tipo especialmente carismático, conectó con la afición a base de tantos importantes. También firmó contra el Cádiz el que selló la permanencia en Segunda en una temporada más que convulsa.