Apoño: "Yo no le falté el respeto a nadie"
El centrocampista malagueño responde sin tapujos después de dos meses sumido en el ostracismo y en silencio
Dos meses después, Apoño puede ponerse sin problemas de corto y ante los micrófonos. Su vida deportiva empieza a normalizarse tras su mosqueo al descanso en el Sánchez Pizjuán, que fue el primero de muchos capítulos de ostracismo. Ayer al fin analizó su particular calvario y pulió las aristas de su confrontación con Manuel Pellegrini. Habló de todo sin tapujos y, sobre todo, quiso dejar claro que su conciencia estaba limpia: "No pedí perdón en ningún momento porque no le falté el respeto a nadie. Si lo hubiera hecho, en frío habría pedido disculpas. Pero no le falté a nadie".
El medio centro malagueño se sinceró en Canal Sur Radio. No sólo no se escondió ante las preguntas sobre sus ausencias, sino que las agradeció para aportar su versión, la que faltaba en el puzle. Existía gran expectación por conocer su visión de lo ocurrido en Sevilla. "En cuanto al berrinche del vestuario, me mosqueé conmigo porque la cosa no iba bien y no estaba haciendo un buen partido. Pero, claro, si te mosqueas es malo porque te mosqueas; si no te mosqueas es porque pasas. Lo cierto es que me enfadé conmigo mismo y por eso no me arrepiento de lo que pasó. No quise que nadie se sintiera perjudicado ni culpar al míster porque me cambiara. Él toma sus decisiones porque para eso es el entrenador", aseguró.
Con una voz que dejaba clara la erosión por todo lo ocurrido, hizo más que patente su malestar por algunas versiones que han circulado en torno a sus exclusiones de la convocatoria tras el lance: "He estado dos meses tragando con que si me peleé o falté al respeto. Todo el mundo me ha estado echando mierda dos meses y yo no he podido decir nada [el club le impidió realizar entrevistas y comparecer en sala de prensa y zona mixta a pesar de que Pellegrini afirmó que no había ningún problema extradeportivo con él]. En dos meses mucha gente ha contado versiones que no son". A lo cual quiso añadir que sufrió más por sus allegados que por él mismo: "Para dejarme tocado tienen que pasarme muchas cosas. Yo soy muy duro. Si lo pasé mal fue por mi familia y por mucha gente que me quiere. Se han dicho cosas que no eran verdad".
De la vivencia, Apoño saca la moraleja de reafirmarse en su forma de ser y comportarse. "Muchos me dicen que sea algo más hipócrita, pero no puedo, con la verdad hay que ir adelante siempre. A veces me paso de sincero, pero soy así, tengo que soltarlo todo como es. Igual que quiero que me digan las cosas claras, me gusta decirlas a mí", expresó.
En este tiempo, se ha hablado mucho de su posible salida en invierno, cuestión que ni siquiera el propio afectado esquiva. "No descarto nada. De momento estoy aquí, pero el fútbol es así, un día estás aquí y otro por ahí. Yo estoy haciendo todo lo posible por jugar en el Málaga. Si no juego y hay que buscar otra solución, la buscaríamos", reseñó.
Cómo no, también analizó el último afluente de su regreso, el gol de penalti en el que sólo tres compañeros le felicitaron. Dejó entrever cierto malestar de varios de ellos con él: "Agradezco a los que vinieron a saludarme porque me apoyan mucho y saben que lo había pasado mal, pero no le voy a dar vueltas a por qué no vinieron a saludarme. Son cosas del fútbol, igual estaban pensando en otras cosas. Lo importante es que fue gol y que valió tres puntos. No me importa lo que piensen ellos, sino el míster, que siempre pone en el papel que soy uno de los lanzadores, y él es el que manda. No me llevo mal con nadie, pero con 25 tíos en el vestuario no te vas a llevar bien, bien con todos".
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